Camiroaga, un familiar que no conocía- por Eleonora Aldea
Al final lo familiar es lo que está de fondo en la vida de cada uno y Felipe Camiroaga estaba ahí siempre en la pantalla, en los avisos, en las revistas, estaba ahí, sonriente.
Ayer estuve todo el día pegada a la tele, mirando las noticias. Esperando saber algo sobre los 21 pasajeros accidentados en Juan Fernández. Sintiendo pena, mucha pena.
Entre medio me puse a pensar, ¿por qué siento tanta pena? me costaba racionalizarla, entenderla. No conozco a ninguno de los accidentados, y por mucho que es triste un accidente donde mueren 21 compatriotas, compatriotas buenos más encima, la pena que sentía era casi como la que uno siente cuando algo le pasa a un amigo, o a un familiar.
Y no es por pasar por alto a los otros 20 pasajeros de la avioneta, pero es que crecí viendo a Camiroaga en la tele; mi mamá ve todas las mañanas el Buenos días a todos, me reí con el Washington, bailé con Luciano Bello, lo vi en todos los programas que hizo, y siempre lo consideré tan buen tipo, chistoso, siempre tirando la talla, cuando lo mostraban en su casa siempre se veía tan amoroso con sus animales, tan abierto para hablar de su vida. No hablaba mal de la gente, no se metía en cahuines. No sé, de alguna manera uno llega a sentir que conoce a estas personas, que son parte del día a día.