Patricio Contreras y carta de Bulnes:"hay más flexibilidad, pero siguen ambigüedades sobre las garantías"

El sábado, los miembros de la Confech estaban en el campus Guayacán de la Universidad Católica del Norte, en Coquimbo, en el punto más álgido del debate sobre la carta enviada por el ministro de Educación Felipe Bulnes ofreciendo tres nuevas garantías para retomar el diálogo, cuando se produjo el apagón eléctrico que dejó sin luz a 11 millones de chilenos.

“Estábamos discutiendo la posibilidad de pedir una nueva reunión al secretario de Estado para que nos explique las tres garantías (manejar los ritmos y las urgencias de los proyectos de ley, levantar actas de las reuniones y reprogramar el año escolar y los cierres de semestre de los universitarios), cuando vino el apagón”, cuenta Patricio Contreras (22), presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Los Lagos de Puerto Montt, actual miembro de la mesa ejecutiva de la Confech, ex dirigente pinguino en el 2006 y, según el gobierno, “ultrón”.

Es decir, miembro de la “izquierda independiente” -como se autodenominan- que no sólo posee la mayoría de las federaciones de la Confech sino que se basa en la “representación de sus bases”. Según el Ejecutivo, son quienes han radicalizado la postura de los universitarios y una de las principales trabas para reiniciar el diálogo, en contraste con la carta dialogante que han significado los también miembros de la mesa, Giorgio Jackson (FEUC) y Camila Vallejo (FECH).

Aunque públicamente, tanto el Presidente Piñera como el ministro Bulnes se muestran optimistas sobre la apertura al diálogo de los estudiantes a partir de mañana, en el oficialismo no se oculta cierta preocupación de que, a último momento, prevalezca la postura del sector  que representa  Contreras y se le dé un portazo a la nueva propuesta.

El estudiante de Ciencias Políticas y Administrativas evita adelantar la posición que adoptarán, aunque dice que la misiva de Bulnes es “ambigua” y que Piñera actuó con cinismo al decir frente a la Asamblea de la ONU que el movimiento estudiantil perseguía una causa “hermosa”.

¿Cuál es la postura de la Confech frente a la nueva propuesta del gobierno para entablar el diálogo?

-Hay sectores que hacen una interpretación más bien favorable ya que hay más garantías que las veces anteriores. Nosotros más que ser duros e intransigentes, queremos hacer bien las cosas, y tratar de fortalecer el movimiento. Hay puntos que no quedan claros y creemos que hay que clarificarlos.

¿Por qué no continuó la reunión en Coquimbo a pesar del corte de luz ?

-En un gimnasio sin amplificación y sin poder ver el data donde se proyecta el acta que se redacta, no se podía seguir. Por lo que, dada las circunstancias, se decidió que cada universidad lo discutiera con sus bases y que el martes al mediodía se tuviese un veredicto sobre la nueva propuesta del gobierno.

¿Cuál será la posición del sector que representa?

-Creemos que la nueva carta dista de la primera, hay una flexibilidad mayor para entregar garantías, pero hay ambigüedades de cómo se plantean. El gobierno retrocede en su postura, eso es algo concreto, pero frente a las ambigüedades serán nuestros compañeros quienes decidan. No podemos arriesgarnos a generar diferencias por interpretaciones. Por eso hoy serán las bases quienes analizarán el tema.

¿Cómo evalúas el rol de las vocerías en la mesa ejecutiva de la Confech?

-Es una muy buena mesa ejecutiva. Con ella se trató de hacer que la voz de las regiones también tuviese un posicionamiento, lo que no se ha podido hacer, no por la mesa ejecutiva, sino por los medios de comunicación que se han centrado en los dirigentes de Santiago. Eso significa que todo lo que se diga en Santiago se va a tomar a nivel nacional. Les hemos pedido en varias ocasiones que sean explícitos y que cada vez que den una opinión de su universidad o a juicio personal lo clarifiquen. Pero uno ya no sabe si lo hicieron o no, o si fueron cortados por los medios.

¿Se mantiene la movilización del próximo jueves?

-Sí, y su caracterización se definirá el martes. Nos interesa que se entienda que estaba programada de antes, más allá de la nueva propuesta de mesa de diálogo.

¿Qué opina de ser mediáticamente conocidos como “ultrones”?

-Ya se nos identificó así. No es algo que moleste, pero está mal dicho. Es despectivo,  porque se acerca a ultraizquierda, que no lo somos. Somos izquierda independiente, sin partido ni estructura tradicional.

¿Cómo evalúa el rol que ha jugado el PC considerando la críticas que ha recibido ante supuestas manipulaciones del movimiento?

–Efectivamente, hay muchas críticas sobre algunas personas, no tanto de dirigentes, que habrían intentado generar nexos entre el movimiento y el Partido Comunista. No puedo descartarlo ni darlo por hecho, y los dirigentes estudiantiles del PC no lo han reconocido, pero que se genere este ambiente y que dé pie para que hablen los medios de comunicación, al menos en mi universidad genera bastante descontento. En cuanto a sus dirigentes, si bien están bajo el alero de su partido, debo reconocer que en las universidades han sido la voz de sus bases y se demuestra en que entre ellos mismos, de repente, hay diferencias y eso refleja que son las bases quienes han elegido y no sus dirigentes.

“La fuerza del movimiento la hacemos las regiones”

¿Cómo ves el panorama del movimiento estudiantil en regiones?
-En regiones hay movilizaciones que se han prolongado por bastante tiempo y con mucha fuerza. Creo que la fuerza del movimiento la hacemos las regiones, no porque seamos más revolucionarios o más fuertes, sino porque allí se viven las más duras realidades.

¿En comparación a Santiago?

-La universidad pública que está más debilitada y la que más se ha visto perjudicada por la prolongación de las movilizaciones ha sido la de región.  Las universidades públicas de Santiago, con algunas excepciones, como la Utem, la Valparaíso de Santiago, también la Usach,  son altamente elitizadas, mientras que en las regiones hay muchísimos estudiantes de escasos recursos. Son ellos los que viven esa realidad y a quienes les han hecho más sentido estas demandas.

“Piñera tiene un  ego muy fuerte”

¿Cómo cree que Sebastián Piñera ha enfrentado el conflicto?

-Ha actuado con contradicciones desde su campaña, cuando hablaba de que se necesitaba educación gratuita. Tiene un ego muy fuerte que ha generado muchas divisiones dentro del mismo gabinete, como por ejemplo cuando nos invitó a La Moneda. Eso no estaba previsto por nadie en su gabinete. Ha sido una persona que se contradice mucho, por ejemplo lo que dijo en la ONU. Hay  bastante cinismo en cómo lo planteó. Piñera no ha tenido la capacidad de entregar una respuesta al conflicto.

¿Cuáles son los hitos de la movilización?

-Un evidente triunfo del movimiento es haber sacado al ministro Lavín, uno de los personajes más poderosos y fuertes de la derecha, que de una manera se homologa con lo que pasó el 2006, cuando también hubo cambio ministerial. Otro es lo prolongada que ha sido la movilización, e histórica en cuanto a la concurrencia a marchas, creatividad y dirigencias con posicionamiento mediático súmamente alto. Ya son líderes de la sociedad más que estudiantiles, y eso pasa porque las demandas son transversales. Un movimiento estudiantil nunca había tenido la capacidad de salir a marchar efectivamente con gran parte de los profesores, los trabajadores o las dueñas de casas. Esas cosas marcan también la poca capacidad política de llevar el conflicto.

¿Y cuáles han sido los costos ?

-Uno de los principales se basa en la campaña del terror capitalizada por los privados de que las universidades estatales y los colegios municipales pasan siempre en paro y perderán el año. Eso es un costo que vamos a asumir,  pero es para que finalmente sea la educación pública la que salga fortalecida.