Ser hijo de una madre con diabetes ¿y qué importa?
Puede sonar raro ¿qué importa si mi mamá tiene Diabetes? Si ella por distintas razones ya sea genética, mala alimentación u otras tienes el “azúcar” alta en la sangre, ¿por qué debiese repercutirme a mí?
Puede sonar raro ¿qué importa si mi mamá tiene Diabetes? Si ella por distintas razones ya sea genética, mala alimentación u otras tienes el “azúcar” alta en la sangre, ¿por qué debiese repercutirme a mí? Pero esto que se ve hasta un poco simple debido a la alta prevalencia de Diabetes puede ser el comienzo de un círculo vicioso, especialmente si se tiene diabetes durante el embarazo.
La Diabetes, según la última encuesta nacional de salud afecta a 9,4% de la población en Chile, es decir más de 1.200.000 personas. Pero más que eso, a mi me alarma que si bien el 78% sabe que tiene esta enfermedad, la mitad está en tratamiento y lo que es peor … ¡¡sólo el 34,2% la tiene bajo control!! Aproximadamente un 5% de las embarazadas tiene este problema (siendo un 88% gestacional y el resto diabetes tipo 1 o tipo 2. Ya el hecho de tener diabetes durante el embarazo es un riesgo. Se ha visto que aumenta la probabilidad de tener preclampsia (un tipo de hipertensión que genera diversos daños durante el embarazo), partos prematuros y riesgo de tener una cesárea por macrosomía fetal (que la guagua salga mucho más grande de lo normal, es decir sobre 4000 gramos). Todo esto va en relación al tiempo de la diabetes, la severidad de la misma y si ya ha generado daños previos (sobre todo si la diabetes la tiene previo a haber quedado embarazada).
Pero ¿qué efectos tiene la diabetes en los hijos? Se conocen riesgos del embrión, del feto, del recién nacido y efectos a largo plazo. Tocaré brevemente cada uno. Para el embrión, aumenta el riesgo de abortos espontáneos precoces (por lo tanto se ve como infertilidad) y malformaciones mayores muchas veces incompatibles con la vida. En el feto la hiperglicemia (“azúcar alta”) lleva a que el feto también tenga alta su glicemia debiendo producir insulina precozmente. La insulina en el feto es un importante factor de crecimiento provocando en tejidos sensibles como hígado, músculo, corazón y grasa subcutánea un aumento desproporcionado, especialmente en el último trimestre. La mayor producción de grasa debido a la hiperinsulinemia lleva a un mayor gasto energético requiriendo mayor cantidad de oxígeno pasando ese feto por una hipoxemia constante (como que le “faltara el aire” crónicamente). Esa “falta de aire” hace que se generen más glóbulos rojos pudiendo llegar a producir policitemia (cuando tienen tantos glóbulos rojos que la sangre se vuelve viscosa, llegando incluso en caso extremos a tapar arterias pequeñas provocando infartos) y también mayor producción de catecolaminas (como la adrenalina) que termina acelerando el corazón y aumentando su tamaño, generando en ese feto problemas como hipertensión y miocardiopatía hipertrófica…