El Parlamento griego aprueba el presupuesto para 2012 exigido por la UE
El objetivo de Atenas es lograr un superávit primario del 1,1 por ciento que, tras el pago de deuda e intereses, llevará a un déficit del 5,5 por ciento del PIB, frente al 9 por ciento que se espera para 2011.
El Parlamento griego ratificó hoy con una abrumadora mayoría el presupuesto para 2012, que recorta severamente el gasto público y consolida la política de austeridad exigida por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para seguir ayudando al país a reducir su enorme deuda.
Aunque la mayoría que suman los socialistas, conservadores y la ultraderecha que respaldan al Gobierno de Lukás Papadimos permitió sacar adelante el proyecto sin sobresaltos, los partidos de la coalición demostraron durante el debate que las fisuras en la coalición son muy profundas.
Un total de 258 de los 299 diputados que participaron en la votación (el parlamento tiene 300 escaños) dieron el Sí a las nuevas cuentas públicas, mientras que 41 diputados se opusieron a él (los del Partido Comunista y la Coalición de la Izquierda Radical, junto a los independientes progresistas).
El objetivo principal de los presupuestos de 2012 es lograr un superávit primario del 1,1 por ciento que, tras el pago de deuda e intereses, llevará a un déficit del 5,5 por ciento del PIB, frente al 9 por ciento que se espera para 2011.
Para ello, el gasto público se recortará en 5.000 millones de euros al reducir los salarios públicos, las pensiones y el presupuesto de Educación, que será un 60 por ciento más bajo, entre otras partidas que serán disminuidas.
En cambio, crecen las partidas para armamento militar y para Interior.
Los ingresos del Estado se verán aumentados el 7,1 por ciento a través de la aplicación de nuevos impuestos indirectos y una mayor tasación directa, que se centrará en los particulares, mientras que la presión fiscal a las empresas disminuirá.
Según Papadimos, los objetivos de los presupuestos son “difíciles de alcanzar pero no imposibles”, algo frente a lo que varios diputados, tanto del Partido Socialista Panhelénico (PASOK) como de la conservadora Nueva Democracia (ND), se han mostrado escépticos.
Antonis Samarás, líder de la segunda fuerza parlamentaria, la conservadora Nueva Democracia (ND), culpó de la severidad de los recortes incluidos en el Presupuesto a los “pecados” del Gobierno de (el ex primer ministro socialista) Yorgos Papandreu, pero dio el apoyo de su partido “para asegurar la viabilidad de la deuda griega”.
Eso sí, insistió en que el actual Ejecutivo “es un Gobierno de transición, no de coalición”, por lo que exigió que se celebren elecciones en febrero, en un nuevo giro de un político que ha cambiado en varias ocasiones su parecer al respecto.
Papandreu, aún líder del partido socialista PASOK, defendió el trabajo de su Gobierno y acusó al Ejecutivo predecesor, de Nueva Democracia, de ser el culpable de haber aumentado la deuda griega de 180.000 millones de euros en 2004 a los más de 300.000 millones actuales y a Samaras de no colaborar.
“La oposición no solo no ha apoyado las reformas que eran necesarias, no solo hizo todo lo posible para desacreditar al país en el extranjero, sino que incluso ha adoptado formas extremas de violencia”, denunció.
El ministro de Finanzas, el socialista Evangelos Venizelos, también criticó indirectamente a Samarás al avisar a la coalición de que los contratos de los nuevos préstamos internacionales no están listos, sino que dependen de las negociaciones de las próximas semanas, por lo que pidió la cooperación de los tres partidos que componen el gobierno.
De ahí que el primer ministro tuviera que hacer un llamamiento a la “unidad nacional”.
“El esfuerzo nacional no acaba en 2012. Durará muchos años”, avisó Papadimos en su intervención ante el hemiciclo antes de la votación.
“No estamos bajo supervisión de la Troika (UE, FMI y Banco Central Europeo), sino bajo supervisión de la Historia”, dijo el mandatario heleno en respuesta a aquellos que, incluso dentro de los partidos gobernantes, han acusado a los acreedores internacionales de haber robado la soberanía nacional.
Por ejemplo, el ex primer ministro Papandreu no ahorró criticas para la Unión Europea y los Gobiernos conservadores que dominan el espectro europeo por haber hecho “pocas cosas y muy tarde” para ayudar a Grecia.
“La participación en la UE nos ofrece mayor seguridad en temas de Defensa Nacional y de Economía, pero hay también obligaciones que nosotros debemos respetar”, advirtió Papadimos, quien consideró la crisis como una oportunidad para “reconstruir un Estado de Derecho con reglas e instituciones respetadas por todos”.