Harald Beyer: “es razonable una nueva clasificación de universidades, según grado de complejidad”
El nuevo ministro de Educación y ex subdirector del Centro de Estudio Públicos, dio a conocer en su última columna en la revista Qué Pasa cuáles son los aspectos que deben cambiar en educación para poder avanzar en equidad, inclusión y equidad.
En su última columna de la Revista Qué Pasa, el nuevo ministro de Educación, Harald Beyer,señaló cuáles son los temas que faltan resolver en educación para avanzar en equidad, inclusión y calidad.
Según Beyer para avanzar en estas tareas es “indispensable redirigir la atención hacia la educación preescolar y escolar. Las autoridades deben presentar antes del 31 de marzo un proyecto de carrera profesional docente, fundamental para lograr un salto en calidad y que complementa las mayores exigencias y atribuciones establecidas en la Ley 20.501 para la selección de los responsables de los Departamentos de Educación Municipal y de los directivos escolares.”
“El fortalecimiento de la educación, en particular de la educación pública, pasa quizás por profundizar estos tres ejes antes que intentar una desmunicipalización hacia organizaciones que no tienen un sustento claro en la institucionalidad chilena.”
“Sin una educación preescolar de calidad se vuelve cuesta arriba avanzar en equidad. Típicamente los niños de hogares aventajados llegan a primero básico con un manejo de vocabulario que es 2 a 2,5 veces superior al de niños provenientes de hogares vulnerables. Pero también con un déficit enorme de habilidades no cognitivas. Éstas son tanto o más importantes que las cognitivas para lograr buenas notas, superar vallas académicas y tener buen desempeño en el lugar de trabajo, entre muchos otros indicadores”, agregó el ex subdirector del CEP.
En educación superior estableció que “para definir nuevas formas de financiamiento universitario es razonable pensar en una nueva clasificación de todas las universidades, según su grado de complejidad.”
“Otra tarea en educación postsecundaria, entre varias posibles, es revisar nuestro sistema de aseguramiento de la calidad. Por una parte, para corregir eventuales conflictos de interés en la industria del aseguramiento. Por otra, para reconocer que en un sistema donde se ha expandido fuertemente el acceso y la mayoría de las instituciones son docentes, la acreditación debería estar mucho más orientada al desempeño de los egresados, de modo que los futuros postulantes a las distintas instituciones sepan si el costo de las mismas es apropiadamente recompensado por mayores ingresos y posibilidades de empleo.”