Exposición al sol: Cómo detectar cáncer a la piel
El más grave es el melanoma, un lunar que va degenerando y que puede incluso provocar una metástasis, o diseminación por todo el cuerpo.
Con la llegada de la temporada estival, la piel se ve muy afectada, no sólo por la deshidratación o por el envejecimiento precoz, también porque el sol es uno de los principales factores que incide en el cáncer de piel.
“El cáncer de piel es el más frecuente de todos los cánceres. Incluso más frecuente que el cáncer al pulmón y el de mama”, expresó el dermatólogo de Red Salud UC, doctor Ariel Hasson.
El más grave es el melanoma, un lunar que va degenerando y que puede incluso provocar una metástasis, o diseminación por todo el cuerpo. Dentro de los tipos más comunes de cáncer a la piel se encuentran los carcinomas vasocelulares y espinocelulares que se producen más frecuentemente en zonas que están expuestas a radiación solar.
Las causas de este cáncer son por diferentes factores, entre ellos los genéticos ya que el fototipo de piel genera una alta predisposición a sufrirlo: las pieles claras son las más expuestas a presentar cáncer a la piel a diferencia de pieles más oscuras que tienen más defensas.
Otro factor importante es la exposición al sol y a los rayos ultravioleta, pues el daño es acumulativo y puede finalizar en un cáncer. Sin embargo, no todos los cáncer a la piel se producen por la exposición al sol, el melanoma maligno puede producirse en algunas zonas que no son expuestas, pero que pueden generar lunares que derivarían en él.
Existen formas de detectarlo de manera temprana, lo que aumenta las posibilidades de una cura total sin repercusiones.
Para ello, el autoexamen es una de las herramientas más efectivas y se realiza solamente mirando los lunares de nuestro cuerpo, si estos crecen en forma desordenada, pican, duelen o presentan algún síntoma anormal, puede ser un indicador y es necesario consultar con el médico.
Si un lunar no es redondo o cambia de forma, generalmente no es normal; si los bordes son disparejos, es otro indicador de que algo puede no andar bien. Si el lunar cambia de color, tienen mucha pigmentación o diferentes tonalidades, tampoco es bueno; si cambia de tamaño rápidamente también es motivo de sospecha; y si aparece un lunar que antes no estaba, y si además crece rápidamente o si cambia de color, es lo principal para sospechar y consultar inmediatamente con un especialista.