Así pensaba el nuevo titular de Energía sobre las normas de emisión para termoeléctricas
En 2010, Del Campo era gerente general de la eléctrica Guacolda. Y desde esa posición, consideraba "discriminatorias" las medidas implementadas por el Gobierno para el sector.
Se acaba de confirmar, por parte del vocero de Gobierno, Andrés Chadwick, la renuncia del ministro de Energía, Rodrigo Álvarez. En su lugar, Chadwick anunció el nombramiento del actual subsecretario de la cartera, Sergio del Campo.
Entre los antecedentes que se manejan de Del Campo, destaca su experiencia de más de 20 años al mando de la empresa eléctrica Guacolda, la cual es controlada por AES Gener en un 50 por ciento, y en la cual participan Copec (25%) y el grupo Von Appen (25%).
Durante su permanencia a la cabeza de Guacolda, sin embargo, el flamante ministro fue especialmente crítico con algunas normativas del Gobierno, especialmente la relacionada con las emisiones de las centrales termoeléctricas.
“La norma es muy exigente. Los estándares que fueron propuestos son similares, o incluso más altos, que los de países de la Unión Europea, que son naciones que duplican el ingreso per cápita de Chile y no son comparables a nuestra realidad”, sostenía Del Campo en diciembre de 2010, entrevistado por La Tercera.
La disposición criticada limita las emisiones originadas en las centrales a carbón, tanto las ya existentes como las nuevas, en cuanto a material particulado fino (PM 2,5), dióxido de azufre (SO2) y óxido de nitrógeno (NOx). Las empresas tienen plazos que van desde los cuatro a los cinco años y medio para adaptarse a estas exigencias ambientales.
“En naciones más avanzadas, como Alemania y España, se otorgaron ocho años a las centrales termoeléctricas antiguas para adaptarse a las nuevas normas de emisión, porque se tuvo en consideración la situación particular de las empresas, de las necesidades de suministro del país y de la seguridad energética“, continuaba el sucesor del renunciado Rodrigo Álvarez.
La opinión del ejecutivo al respecto era clara: “Es una norma discriminatoria. Se está discriminando a la generación eléctrica en relación con las otras industrias, porque no es posible que tengamos normas de emisión para un solo sector y el resto no tenga”.
Veremos cómo enfrenta las críticas ahora que se encuentra del otro lado del espectro.