Lo bueno y lo malo de cumplir las fantasías sexuales
Según los expertos, todos tenemos fantasías y ni siquiera hace falta cumplirlas para que estas nos jueguen a favor en nuestra vida sexual diaria. Pero ¿qué diferencia existe en lo que se fantasea y lo que se desea en realidad?
Mientras los hombres viven con enorme libertad sus fantasías –por lo menos las dicen sin problemas-, las mujeres a veces se confunden y creen que del dicho al hecho hay apenas un paso. Quizá tienen sus sueños eróticos en los que no incluyen a su marido, pero de ahí a decirlo…
Según los expertos, todos tenemos fantasías y ni siquiera hace falta cumplirlas para que estas nos jueguen a favor en nuestra vida sexual diaria. Pero ¿qué diferencia existe en lo que se fantasea y lo que se desea en realidad? Acaso, eso con lo que una persona se excita en su mente ¿es algo que desea en lo más íntimo, solo un “ratoneo”, pero no se anima a llevarlo a cabo? ¿Es esto un problema? Cómo hacer para liberarse y dejar que la cabeza sueñe lo que quiera, total, allí todo es posible. ¿Es cierto, en ella todo es posible?
Diferencia entre fantasía y realidad
Existe una gran confusión: se piensa que si una mujer fantasea con estar con otra mujer en la cama, eso significa que en realidad es lesbiana, pero no se anima a aceptarlo; lo mismo sucede en el caso del hombre que fantasea con otro hombre. O que si una mujer quiere estar con otro que no sea su marido, es porque no desea más a éste. En cambio, se acepta que el varón casado sí fantasee con otras mujeres.
Sin embargo, nada de esto es tan rotundo. La mente es un sitio donde el límite entre realidad y ficción no existe, por lo que dejar al libre albedrío todos los episodios que se sueñan despierto nada tiene de malo. Al contrario, dicen los expertos.
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