Greenpeace despliega gigantesco lienzo exigiendo el fin del proyecto Castilla
La organización acusa que la empresa MPX, encargada de construir la central, ha "levantado una campaña del terror en medios, amenazando con un futuro negro para las inversiones en Chile".
Un grupo de activistas de Greenpeace desplegó este lunes el mensaje “Castilla es ilegal” en la fachada del edificio en Santiago de MPX, empresa encargada de construir dicha central al interior de la Hacienda Castilla, en la Región de Atacama, considerada el mayor proyecto termoeléctrico que se instalará en el país.
De esta forma la organización ecologista pidió el fin del proyecto Castilla que producirá 2.100 MW de potencia mediante seis unidades a carbón pulverizado de la más alta tecnología y una turbina diesel en ciclo abierto con una inversión de US$5.000 millones.
Los activistas llegaron hasta el Edificio Parque Sur, ubicado en la calle Cerro El Plomo, en la comuna de Las Condes, donde desplegaron un gigantesco cartel.
La entidad señaló que con esto se da cuenta que “la tramitación del proyecto se hizo al margen de la ley, tal como lo señalara hace algunas semanas la Corte de Apelaciones de Antofagasta al considerar ilegal el proceder del entonces Seremi de Salud Nicolás Baeza, quien intentó minimizar la condición de contaminante de la central”.
Greenpeace explicó que en la actualidad “el proyecto se encuentra también en la Tercera Sala de la Corte Suprema, que ya se ha pronunciado sobre otros proyectos equivalentes, esperando el veredicto que sancionará definitivamente su destino”.
Ante el inminente pronunciamiento de la Corte, Matías Asun, director ejecutivo de la organización, denunció que “en su desesperación porque ven que Castilla se desploma, los señores de esta empresa han levantado una campaña comunicacional del terror en medios amenazando con un futuro negro para las inversiones en Chile si el proyecto no se materializa. Ante esta situación decimos responsablemente que se trata de falacias y que este proyecto sólo existe para concretar un negocio multimillonario y para entregar energía barata a las compañías mineras, sin asumir los costos ambientales y sociales, desperdiciando la oportunidad que este escenario ofrece justamente para incentivar la entrada de nuevas centrales renovables y de bajo impacto“.