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23 de Mayo de 2012

Paulina Henoch, Libertad y Desarrollo: “Los bonos revelan una preocupación por los pobres, pero no se hacen cargo del fondo”

Para la investigadora de LyD es discutible que el aumento del precio de los alimentos justifique la entrega de bonos, instrumento que -a su juicio- no se hace cargo de entregar herramientas para superar la pobreza.

Por Cindy Rivera
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A los investigadores de Libertad y Desarrollo poco les ha gustado este asunto de los bonos, anunciados de un día para otro por la administración de Sebastián Piñera.

Para ellos el empleo es, lejos, la mejor política pública para superar la pobreza. No tiene claramente la inmediatez de un bono, dicen, pero mejora en el largo plazo las capacidades de las familias de salir de su condición de vulnerabilidad.

El bono, en cambio, sobre todo si no responde a una planificación mayor, es un instrumento que no se hace cargo de entregar herramientas, una cuestión que es básica en la filosofía económica de Libertad y Desarrollo.

En particular son dos aspectos del Bono Solidario de Alimentos anunciado por Sebastián Piñera en su mensaje presidencial del lunes, los que más inquietan a este centro de pensamiento.

Primero, que la justificación para su creación sea el aumento del gasto como consecuencia del mayor precio de los alimentos, cuestión que en opinión de la investigadora de LyD Paulina Henoch es discutible. Y, segundo, que pretenda favorecer nada más y nada menos que al 40% de la población, cuando en realidad es el 10% de los chilenos el que más lo necesita.

Según ha explicado el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, el Bono Solidario de Alimentos consistirá en un beneficio de $40.000 por familia y de $7.500 adicional por hijo, que será entregado por única vez en junio próximo, vía Instituto de Prevision Social (IPS) o Caja de Compensación Los Héroes, a todas las familias que reciban Subsidio Único Familiar, Asignación Familiar o Asignación Social, y que tengan un puntaje menor a 11.734 en la Ficha de Protección Social.

En total, 1.677.000 familias (6.300.000 personas) serán beneficiadas con este bono, lo que representa el 36% del total de las familias chilenas, y el 44% de las familias con Ficha de Protección Social.

Costo total del anuncio: 178 millones de dólares.

¿Fue consultada la opinión técnica de Libertad y Desarrollo para lanzar este bono?

No. Se había filtrado algo, pero en general nadie lo estaba esperando, y casi todos quedamos asombrados.

¿Era necesario este bono?

No sentimos que sea tan necesario en este momento. Se había creado y aprobado una herramienta muy potente hace poco: el Ingreso Ético Familiar (IEF). Este instrumento no iba a los 6.300.000 de personas que pretende este bono, sino a las 170 mil familias (660.000 personas) más pobres de este país, que es precisamente donde se tiene que enfocar la política social de nuestro gobierno.

¿Considera este bono una medida de corto plazo?

Los bonos son medidas inmediatas en todo el sentido de la palabra. Llegan a la población en forma directa. No se necesita un aparato, no hay nada que montar para entregar esta ayuda. Este bono, en particular, intenta llegar a la población más vulnerable y pobre de la forma más directa posible. ¿Es necesario? Eso es lo que estamos cuestionando. El gatillante de este bono es un tema que ha venido dando bote hace tiempo: el alza en el precio de los alimentos. Esa es un poco la justificación.

¿Es un argumento fuerte el alza en el precio de los alimentos?

Encontramos que la situación de la inflación de los alimentos, aunque es mayor que el IPC normal, se encuentra más bien contenida. El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) muestra que desde hace un año, entre abril 2011 y abril 2012, el índice de alimentos disminuyó en -8,9%. Y que la variación del último mes fue negativa. En abril este indicador bajo un -1,4%. En su última entrega,el INE muestra que el precio de los alimentos disminuyó. La variación mensual del índice de precios de alimentos fue de -0,6%.

¿Eso invalida el argumento?

Sí. El argumento del IPC para nosotros no es contundente.

¿Qué opina sobre el alcance y el efecto de este bono: más de 6 millones de personas?

Nos pasa que no sabemos bien cómo definen (en el gobierno) el sector que se considera vulnerable o las familias que hay que ayudar. Porque 6.300.000 personas (40% de la población) es una parte muy importante de la población. Son muchas personas a las que está abarcando este bono, y ahí hay que ser cuidadoso, porque al final los que sufren más con el tema de las alzas de los alimentos es el 20% más pobre, o el 10%; no el 40% de la población. No sabemos por qué se hizo tan extensivo y no nos gusta mucho que sea tan extensivo. Creemos que los programas focalizados permiten asignar de mejor forma los recursos a las familias, y solucionar de mejor manera sus problemas, dependiendo de cada situación.

¿El Ingreso Ético Familiar, por ejemplo?

Sí. Para nosotros el Ingreso Ético Familiar (IEF) es un programa muy potente, porque realiza un consenso. Parte de la discusión de que para cada familia pobre existen distintas dinámicas que afectan su condición de pobreza. Situaciones, por ejemplo, como la discapacidad, o lo numerosa que pueda ser una familia. El IEF se hace cargo lo mejor posible de estos temas, de manera estandarizada y con reglas claras, dividiendo y clasificando la ayuda que se entrega en tres pilares: la dignidad, el esfuerzo y los logros, premiando, por ejemplo, a la mujer que logra emplearse, o a los niños con buen rendimiento escolar.

Para nosotros ése es un buen programa, porque además intenta potenciar el empleo. Generalmente, las políticas sociales consiguen el efecto contrario. Pese a que su intención es generar bienestar para las familias, en el largo plazo lo que ocurre es que las aleja del empleo, y cuando se terminan los programas,quedan en una situación muy compleja. El IEF, en cambio, permite que además de la ayuda monetaria, exista un apoyo en la toma de deciciones, que en el largo plazo produce un cambio en cómo viven las familias. La transferencia se condiciona a los logros de la familia.

Pero son bonos al fin y al cabo.

Se asigna un bono base para todas las familias consideradas en el IEF, que están en extrema pobreza (170 mil), pero se van asignando otros montos según la cantidad de niños, según el rendimiento de los hijos en elcolegio, si la mujer logra emplearse. Son tres asignaciones adicionales por educación (por asignación de matrícula, por asistencia, y por logro escolar),además de la asignación por control niño sano, y por trabajo femenino.

Se sabe que un 70% de los beneficiados no cobra el bono por control niño sano, por ejemplo. ¿Eso habla de una deficiencia en el sistema de asignación?

Se supone que existe un aparato importante para llegar a esas familias. Eso habla un poco de que se necesitan mejoras de gestión más que aumentar los bonos. Ya existen los bonos y las prestaciones, y si llegan precisamente a la gente que más los necesita, su nivel de bienestar, su poder adquisitivo, mejorará notablemente.

¿Qué opina de otros bonos lanzados por el gobierno, como el de las bodas de oro?

El bono bodas de oro responde a la necesidad de adultos mayores de tener una mejor calidad de vida. Pero en general, creemos que los bonos no se hacen cargo mucho de entregar herramientas para la situación que fueron creados. Revelan una preocupación por los más pobres, pero no se hacen cargo del fondo. Existen total acuerdo en que el empleo es LA herramienta para superar la pobreza. Otros programas sí son capaces de incentivarlo y en definitiva tienen mejores resultados que los bonos. Para nosotros lo mejor es mejorar las capacidades de las familias.

 

 

 

 

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