Alejandra Matus y libro del Caso Bombas: “Hinzpeter y Peña tuvieron relación más allá de lo saludable”
"No me parece justificable bajo ningún punto de vista de línea editorial determinada o de ciertas perspectivas políticas o ideológicas que este caso no se haya investigado periodísticamente" sostuvo la profesional.
La periodista Alejandra Matus detalló que en el libro “Caso Bombas. La explosión en la Fiscalía Sur” hay episodios documentados en que queda de manifiesto una “relación más allá de lo saludable” entre el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, y el ex fiscal que lideró la causa, Alejandro Peña.
“Sobre la responsabilidad de Hinzpeter en el caso hay episodios bien documentados de las reuniones que Hinzpeter sostuvo en la propia fiscalía, cierta convivencia mas allá de lo saludable entre Peña y Hinzpeter”, afirmó la profesional, que realizó el prólogo al texto publicado por Editorial LOM.
El libro de la periodista Tania Tamayo fue lanzado anoche con una masiva concurrencia en el Auditorio del Museo de la Memoria y fue comentado por la propia Matus y Faride Zerán.
Para Matus, la investigación también revela un aspecto preocupante: “Lo pobre que es nuestro periodismo en la actualidad”.
“No me parece justificable bajo ningún punto de vista de línea editorial determinada o de ciertas perspectivas políticas o ideológicas que este caso no se haya investigado periodísticamente en su momento. Que no haya sido la prensa la que haya revelado estas incongruencias brutales que quedaron expuestas en este caso y que avergüenzan a los periodistas”, enfatizó.
Agregó que “sólo se cubrieron las versiones oficiales de la fiscalía y de la policía, sin dudar en ningún momento que se podía estar cometiendo una injusticia cuando había razones de sobra y bastantes obvias para dudar”.
A juicio de Matus, los medios no investigaron el caso en profundidad, porque “desde perspectivas editoriales convenía o pensaban que sí existía terrorismo en Chile o era conveniente hablar de terrorismo en Chile y de que había asociación ilícita y que todo eso era más atractivo que ponerlo en duda”.
Para la autora del libro, Tania Tamayo, el ministro Hinzpeter “supervisó el caso y felicitó cada uno de los pasos de los fiscales”.
“Hinzpeter tuvo una implicancia directa en lo que estaba ocurriendo. Y no solamente eso. El ministerio del Interior fue querellante en cada uno de los casos. Por lo tanto, su visión de la asociación ilícita terrorista imperó en las formalizaciones de la Fiscalía. Pasa un tiempo y Hinzpeter se lleva a Peña y a otros tres colaboradores de la Fiscalía Sur a trabajar en La Moneda. Hinzpeter tuvo responsabilidad en el fiasco en el que se convirtió el Caso Bombas”, recalcó.
Para Tamayo, en el texto queda además de manifiesto una tendencia “muy irresponsable” de proceder por parte de los organismos persecutores.
“Mas allá de hablar de las conocidas pruebas no aceptadas, como el afiche de Axl Rose o la bolsa de pasas, en el Caso Bombas hay una permanente irresponsabilidad de parte de todos los organismos persecutores, la policía de Investigaciones y las fiscalías a cargo”, explicó.
Según resaltó la periodista, la Policía de Investigaciones detuvo a Juan Linares, un ex Mapu Lautaro, que no tenía alguna participación el caso y que él “fue tentado para delatar a gente que no conocía”.
Otro episodio “irresponsable”, cita Tamayo, se produjo con el llamado ‘Nazi’, Roberto Gajardo, un delincuente común al que se le adjudicó venderle las bombas a un grupo de anarquistas.
“Esa adjudicación no la hizo sólo la Fiscalía Sur, también la hizo el ministerio del Interior encabezado por Hinzpeter, donde en la misma formalización se le acusa de asociación ilícita terrorista y de venderle las bombas al grupo de anarquistas. Está el testimonio de su familia, el detalle de cómo fue detenido y las irregularidades que se cometieron en su mismo proceso judicial”, reveló.
Tamayo coincide con la mirada de Matus sobre una relación “muy insana de los organismos persecutores con la prensa y que se basa en el amiguismo, en fuentes oficiales, sin su cuestionamiento y sin acoger la otra parte”.
“La manera en que procede la prensa es bastante peligrosa, porque se da por culpable a quienes sólo han sido formalizados. Lo lamentable es que es una dinámica, un proceder, un mecanismo habitual de comunicación que a mi juicio debe cambiar”, recomendó.