Nadie pensó que la testosterona provocaría este efecto en las mujeres…
Un estudio realizado por la Universidad de Michigan apunta a que el efecto de altos niveles de esta hormona en mujeres sanas puede ser bastante distinto a lo que comúnmente se asocia.
La testosterona es a menudo considerada la hormona masculina por excelencia, la que otorga la virilidad y provoca un alto impulso sexual en los hombres. Pero una nueva investigación pone a esta sabiduría convencional de cabeza. Resulta que en hombres sanos, la testosterona no se relaciona con el deseo sexual en absoluto. Y en las mujeres, se asocia con un menor interés en el sexo con un compañero.
El panorama se complica aún más, ya que los altos niveles de testosterona en mujeres sanas se relacionan con un mayor interés en la masturbación, de acuerdo con la investigación publicada en mayo en la revista Archives of Sexual Behavior .
Los hallazgos son únicos ya que la mayoría de los estudios sobre el deseo sexual y las hormonas, o bien utilizan sujetos de origen animal, o se centran en personas con niveles de testosterona anormalmente bajos o altos, que acuden a clínicas para recibir tratamiento, dijo el investigador del estudio, Sari van Anders, un neuroendocrinólogo del comportamiento en la Universidad de Michigan. Las personas sanas rara vez son estudiadas, dijo Van Anders.
“La gente ha argumentado que la investigación sexual se centra demasiado en la disfunción y tratamiento farmacológico, en lugar de cosas como el placer o las relaciones o el estrés”, señaló Van Anders. “Hay todo un ámbito de factores que permanecen sin estudiar”, agregó.
Las preguntas del estudio fueron diseñadas para llegar a los factores que influyen en la vida sexual de las personas: ¿Es feliz usted, en general? ¿Está estresado? ¿Está consciente de su cuerpo durante el sexo?
Los 196 voluntarios (105 hombres y 91 mujeres) también respondieron interrogantes sobre la frecuencia con que habían tenido sexo con su pareja y se habían masturbado, y con qué frecuencia sentían deseos de masturbarse o tener relaciones sexuales con un compañero.
“La gente tiende a pensar en el deseo sexual como un fenómeno único, pero el deseo de tener relaciones puede provenir de un lugar diferente que el deseo de masturbarse”, sostuvo Van Anders.
Seguir leyendo…