Intel enfrenta acusaciones de abuso de dominio apuntando a Dell y HP
Se investigan los correos electrónicos intercambiados entre las compañías.
El grupo tecnológico Intel continuó hoy su defensa en el recurso contra la multa de 1.060 millones de euros que le impuso la Comisión Europea en 2009 por abuso de dominio, argumentando que algunos de sus mayores clientes, como Dell y HP, le instaron a incrementar los descuentos por los que le acusa la CE.
El Tribunal General de la UE celebra desde ayer hasta el viernes las vistas por el recurso del mayor fabricante de microprocesadores del mundo, que rechaza la alegación de la CE de que entre 2002 y 2007 concedió descuentos ilegales a importantes fabricantes de ordenadores a cambio de que le comprasen la casi totalidad de CPU (Unidades Centrales de Procesamiento) que necesitasen.
El segundo día de juicio se centró en el análisis de la condicionalidad de las rebajas concedidas a Dell y Hewlett-Packard (HP) y se caracterizó por el detalle con el que los abogados y el juez examinaron las pruebas, principalmente correos electrónicos intercambiados entre las compañías.
Intel señaló que el vínculo entre descuentos y compra de CPU que la CE dijo que había hallado no se basaba en los términos de ningún acuerdo entre las compañías, sino sólo en unas “conclusiones” que Bruselas no llegó a probar.
Según mantuvo, no hay evidencias de que Intel dijera a Dell que le impondría unos reembolsos desproporcionados o de que el fabricante pensara que le podrían ser aplicados si recurría al aprovisionamiento de AMD, el mayor rival de Intel, que dio del aviso del comportamiento de la compañía y motivó una investigación de Bruselas de ocho años que desembocó en la sanción.
El jurista de Intel Nicholas Green afirmó que Dell “negociaba duro” para obtener mayores reembolsos y que, incluso, amenazó al fabricante de chips con que dejaría de utilizar sus productos si no le garantizaba descuentos aún más interesantes.
Según Green, Dell siempre dejó claro que podía utilizar la tecnología de AMD cuando lo desease y, si no dio ese paso hasta 2006, “fue por otras causas”.
En lo referente a HP, Intel resaltó que el acuerdo no escrito para suministrarle el 95 % de CPU para sus ordenadores de mesa no obligaba al fabricante, sino que sintetizaba más bien las expectativas de las compañías.
Además, explicó que el acuerdo era producto de una competencia normal, resultado de un proceso de licitación.
Green destacó que HP ejercía presión sobre Intel, ya que sabía que, si amenazaba con cambiar de proveedor, conseguiría “mayores descuentos”.
La defensa de Intel volvió a asegurar que la CE no cuenta con las pruebas necesarias en su acusación, puesto que no ha llegado a demostrar los efectos del comportamiento de la empresa.
En cambio, la Comisión insistió en que no tiene que probar -como pide Intel- que los descuentos a Dell o HP habrían sido reducidos de manera desproporcionada si las empresas hubieran decidido cambiar a AMD.
Desde su punto de vista, el “mecanismo anticompetitivo” de descuentos de fidelidad tiene el “potencial” de restringir la libertad de los clientes para cambiar a un proveedor alternativo, ya que la empresa dominante “da la impresión” de que el cambio conllevará una pérdida “desproporcionada” de los reembolsos.
Una vez concluidas las vistas, los jueces deliberarán durante meses su decisión, que en cualquier caso podrá ser recurrida ante el Tribunal de Justicia de la UE.