Precht rompe el silencio con críticas al proceso en su contra
En carta reservada escrita por el sacerdote, éste afirma que "si no conozco a cabalidad las acusaciones, mal me puedo defender de ellas", alegando que hasta la semana pasada no tenía acceso al expediente en su contra.
En medio de la polémica por las acusaciones de abuso sexual que se han hecho públicas en su contra, el sacerdote Cristián Precht hizo llegar una carta reservada a los integrantes de la Vicaría de la Zona Sur. En el texto, Precht señala estar dispuesto “a defenderme, como Dios manda” y también “a recibir un tirón de orejas, que Dios también puede mandar”.
Luego de que el Arzobispado de Santiago decidiera enviar los antecedentes en su contra al Vaticano, el ex vicario de la Solidaridad está suspendido de su función como párroco de la iglesia Santa Clara de La Cisterna.
La carta de Precht, que fue publicada por El Mercurio, afirma que hasta el jueves 5 de julio pasado, el religioso no había tenido acceso al expediente. “Recibir ese expediente es parte del ‘debido proceso’ que ha tenido otros baches muy notorios y notables, a pesar de la ‘gentileza’ de los investigadores. V gr. (verbi gratia o por la gracia de la palabra) nunca se me interrogó diciéndome el nombre y el cargo de quien lo hacía. Eran preguntas genéricas o respuestas a párrafos sin nombre”, consigna el texto.
El sacerdote formuló quejas respecto a que le pidieran juramento en el sumario administrativo, “cuando por derecho y sentido común, nadie está obligado a acusarse a sí mismo“.
“Ustedes son testigos que mis investigadores se sintieron autorizados a hablar con la prensa a pesar de lo establecido en el canon 1455 (creo), y por el sentido común, que un investigador no debe hablar de los investigados, en un proceso aún en curso como el mío”, afirma la misiva.
Precht señaló, finalmente, que “si no conozco a cabalidad las acusaciones, mal me puedo defender de ellas. Y esto mismo me quita libertad para hablar con los periodistas, que han sido en general muy respetuosos, cumpliendo su deber de informar, pero con mucho menos sensacionalismo que se habría podido esperar”.