Sara Larraín: “Es un mito que haya sequía de proyectos energéticos”
La ambientalista considera que el plan de desarrollo energético actual es "el conjunto de proyectos más rentables del portafolio de cada una de las empresas privadas, y esto no es lo mejor para el país"
Activista medioambiental de larga trayectoria, la actual directora del programa Chile Sustentable, Sara Larraín, considera que el actual modelo de desarrollo energético requiere de profundas reformas, incluyendo una mayor competencia, consultas a la ciudadanía sobre la ubicación de los proyectos , así como una inclusión de las energías renovables no convencionales.
“Hoy día, la situación –después del veranito de San Juan del gas natural- es que tenemos un plan de desarrollo energético que está basado en el plan de obras de la CNE; eso no es un plan que asegura diversificación de la matriz, menor costo ni que no se van realizar centrales en zonas saturadas. Es el conjunto de proyectos más rentables del portafolio de cada una de las empresas privadas, y esto no es lo mejor para el país. La intolerancia es porque lo que se propone continúan siendo los proyectos más rentables para las empresas”, afirmó Larraín, en conversación con el diario La Tercera.
La ambientalista niega que exista una “estrechez” en los proyectos energéticos aprobados. “Hay unos 9.000 MW que se pueden empezar a construir mañana, sin contar HidroAysén y Castilla. Es un mito que haya sequía de proyectos. Que las empresas no vengan a decir que no tienen proyectos en sus portafolios”, sentenció.
“Lo que se necesita es quebrar la lógica de que el conjunto de proyectos más rentables para los privados es lo mejor para el desarrollo eléctrico de Chile” agregó.
Para Larraín, los altos precios que se pagan en Chile en materia energética “es porque hemos llegado a casi 65% de generación térmica y porque tenemos un sistema marginalista que ha generado una distorsión en el mercado. Hay un consenso en que el sistema marginalista sirvió para generar equilibrios, pero hoy genera distorsión en el mercado”.
La presidenta de Chile Sustentable niega que los grupos de presión rechacen cualquier tipo de producción de energía. “Hace 30 años funciona la Ley General de Servicios Eléctricos, que entrega la iniciativa a los privados en la generación, transmisión y distribución. Con esto hemos llegado a que un porcentaje fundamental de lo que se está proponiendo hoy es carbón y parte importante en zonas de latencia o saturadas. Punta Alcalde y Campiche son ejemplos. ¿Qué comunidad va a aceptar, en un área de latencia, otra megafuente? (…) La termoeléctrica con la actividad agrícola no se avienen. Acá la gente no quiere proyectarse como en Puchuncaví-Ventanas, que es el paradigma de vivir al lado de las termoeléctricas“, acotó.
“La termoeléctrica compite por calidad del aire, afecta las temperaturas del agua que se devuelve al mar y provoca problemas en la producción del borde costero. Como Chile se ha negado a tener un cierto ordenamiento del territorio, hay permanente confrontación por el uso del aire, agua y suelo. Sin planificación territorial, simplemente no hay cómo no existan conflictos“, añade.
Para la ex candidata presidencial, más que plantearse dónde se podrían construir otras centrales térmicas a carbón, la pregunta que cabe hacerse es: ¿Hay que seguir haciendo plantas térmicas en Chile?. “Creo que en este momento no, y si es que se plantean, el Estado debiera establecer prioridad de diversificación con gas natural, combustible que evita material particulado, metales pesados y dióxido de azufre”, señaló.
“Por tema de compatibilidad ambiental, y para convivir con los sectores agrícolas, las térmicas deben ser principalmente a gas natural“, aseveró Larraín.
Sobre la transmisión, a juicio de la presidenta de Chile Sustentable existe una “tremenda irresponsabilidad” del sector privado en el tema. “La planificación no existe y eso se va a tener que modificar. Lo que están pidiendo es una ley para acelerar los procesos y que se cree una carretera eléctrica. ¿Quién va a pagar un segundo troncal y para qué? Hay que reforzar el troncal y establecer las líneas necesarias para conectar los lugares donde están los potenciales de generación”, manifestó.
“La carretera eléctrica, en el modelo legal que tenemos, es que el Estado expropie una franja para que los privados la ocupen. Eso es decirle al Estado “hágame la pega”. Hoy el gobierno no tiene ningún proyecto. Hay que hacer una planificación del sistema de transmisión con ciertas holguras, porque estamos en un escenario vulnerable”, finalizó Larraín.