La reservada agenda de RN para derribar al ministro de Transportes
La colectividad busca la marginación de Pedro Pablo Errázuriz a quien acusan de escaso manejo político.
Cuando el viernes pasado la directiva de Renovación Nacional (RN) se reunió con el ministro de Interior, Andrés Chadwick, en La Moneda para conversar sobre la crisis interna que afecta al partido tras la renuncia de Teodoro Ribera y la posterior dimisión y retractación de la misma del presidente de la tienda, Carlos Larraín, en medio de duras críticas hacia el Gobierno, no sólo se habló de la tormenta política en la centro derecha, sino también de la intensa lluvia que aquella semana el día miércoles había arreciado sobre la capital provocando un colapso vial que se hizo conocido en las redes sociales como “el taco del fin del mundo”.
La alusión al fenómeno climático y al desastre urbano que se generó con demoras de casi dos horas en los traslados no fue casualidad ni un comentario para distender el ambiente.
La dirigencia se quejó específicamente de que mientras el ministro de Transporte, Pedro Pablo Errázuriz no se refirió al asunto hasta el día siguiente, el intendente Metropolitano, Juan Antonio Peribonio, debió salir a dar la cara esa misma jornada aludiendo a una “lamentable combinación de factores desgraciados”.
Con todo, era la crítica más benévola hacia el secretario de Estado. Lo cierto es que los cuestionamientos son de larga data y apuntan desde su gestión en asuntos como el transporte urbano, hasta lo que se considera una escasa sintonía con los sectores más vulnerables.
Un alto dirigente de Renovación –partido que se embarcó en una disputa primero con el Gobierno y luego en estos días con la directiva de la Unión Demócrata Independiente (UDI)– apunta a que dentro de los cambios profundos que se le han pedido en privado al jefe de gabinete –es decir, en la agenda más oculta de la colectividad- está remover al ingeniero civil a quien se califica en el partido como un ministro “sin camiseta ni manejo político”. La tesis detrás de esta apreciación es que el secretario de Estado no le ha tomado el peso a las repercusiones que tendrá en los comicios el alto valor en los pasajes del Transantiago. De hecho, la apuesta en la colectividad es que el Gobierno busque mecanismos técnicos para disminuir el actual valor de la tarifa de $590 en micros, sin embargo, dudan de que ese proceso lo pueda encabezar Errázuriz.
Alguien como Matthei
En el partido aseguran que las diferencias con el ministro son de larga data. En enero, tras la primera alza de tarifa del Transantiago en 2012 que fue de $20 y fijó el pasaje en $580 pesos en buses y la tarifa del metro en $600 en horario normal y $660 en hora punta, los parlamentarios de RN le plantearon a Errázuriz que se frenara, de algún modo el alza, o habría costos en las municipales. Ello porque quienes preparan campañas parlamentarias en la región metropolitana, en especial en sectores populares, aseguran que una de las críticas constantes en terreno es la referida a lo costoso del transporte capitalino y la petición más reiterada es que se pueda bajar el precio del pasaje.
Posterior al alza de enero, el Gobierno envió en mayo un proyecto –cuyos recursos complementarios fueron aprobados en la ley de presupuesto- para crear un subsidio nacional al transporte público de $370 mil millones para inyectar al Transantiago y con efecto espejo de $370 mil millones de pesos para las regiones. Al anunciarlo Piñera destacó que “a pesar de no haber sido los autores del problema, sí queremos la solución” y se precisó que, una vez aprobada la ley, los reajustes serían cuatrimestrales y no mensuales.
Mientras el tema se discutía en el Congreso, el 1 de junio hubo un nuevo ajuste de $10 pesos en los pasajes, lo que dejó el costo del transporte en Chile como el más alto de toda América Latina, sólo equiparado con Brasil. En la ocasión, Errázuriz señaló que “podría haber sido más, así es que es una buena noticia dentro de lo malo”.
¿Qué es lo que ha esperado RN del ministro durante todo este tiempo? Un dirigente resume que lo único que se le ha pedido al Ejecutivo es que el ministro demuestre mayor “competencia política” y una “mattheización” en la forma de enfrentar este asunto.
Errázuriz, en vez de salir como (Evelyn) Matthei en el caso Freirina a sacar al pizarrón a Lagos por el monstruito que él creó se ha quedado callado todo este tiempo. Y cuando uno va a sectores populares a hacer campaña lo primero que le dicen es que el pasaje está caro, que hasta cuando, entonces de verdad estimamos que el ministro no da el ancho ”, reclama un dirigente partidario que asegura que las parlamentarias en Santiago serán “un matadero” si no se mejoran las condiciones y valores del transporte público y que la colectividad considera que ello sólo es posible con Errázuriz fuera del gabinete.