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18 de Febrero de 2013

Astrónomo aclara por qué no fue detectado el meteorito que cayó en Rusia

Según Álvaro Orsi el meteorito que cayó en Rusia es "un objeto muy difícil de detectar, pues se estima que medía alrededor de 17 metros de diámetro". El tamaño, orbita, albedo, y la probabilidad de que el punto por donde pase sea barrido por un telescopio en el momento adecuado también influyen.

Por Redacción
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La caída de meteoritos en la Tierra es más común de lo que uno podría pensar; de hecho nuestro planeta ostenta varias marcas que evidencian estos impactos durante su existencia. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones éstos se evaporan en la atmósfera.

Igualmente, algunos cuerpos celestes que se dirigen hacia nosotros son captados por astrónomos con antelación. Así ocurrió con el asteroide 2012 DA14 que pasó muy cerca de la Tierra el viernes sin provocar ningún fenómeno inusual. No fue el caso del meteorito de los Montes Urales en Rusia, que estalló en el aire, provocando una onda sónica que dañó más de 900 edificios y provocó el pánico. ¿Por qué se captó a uno, pero al otro no? ¿Qué se puede hacer para proteger nuestro planeta de objetos como éste?

En diálogo con Fayerwayer, el astrónomo e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) Álvaro Orsi, explica que el meteorito que aterrorizó a los rusos no se detectó debido a su tamaño.

“NASA comenzó el año 1998 un programa de búsqueda de objetos cercanos a la Tierra (Near Earth Objects, NEOs). Desde entonces, junto con otras agencias espaciales han logrado generar una estadística de estos objetos, descubriendo alrededor de 10,000. La estimación es que al año 2020 este programa podrá detectar alrededor del 90% de los asteroides cercanos a la Tierra que tienen un diámetro mayor a 1km. Asteroides más pequeños tienen menos probabilidad de ser detectados”, agrega. 

Según Orsi, el meteorito que cayó en Rusia es un ejemplo de “un objeto muy difícil de detectar, pues se estima que medía alrededor de 17 metros de diámetro. Posiblemente, gracias a la nueva generación de telescopios dedicados a la búsqueda de estos objetos, como Large Synoptic Survey Telescope (LSST) y Panoramic Survey Telescope & Rapid Response System (PANSTARRS), podamos mejorar la fracción de estos objetos muy pequeños detectable”.

Al ser consultado por los sistemas que hoy existen para monitorear los objetos que pudieran acercarse a la tierra, el experto explica que la NASA “posee un arreglo de telescopios ópticos y de ondas de radio. Además, existió el telescopio espacial WISE que detectó cientos de asteroides en el Infrarrojo”.

Paralelamente se trabaja en la construcción de y etapas tempranas de desarrollo de una serie de telescopios que se usarán con este objetivo. “Un ejemplo notable es el LSST, que se instalará en el norte de Chile y estará operacional cerca del año 2020″, señala Álvaro Orsi y a renglón seguido agrega que “muchos astrónomos chilenos somos parte de los diferentes grupos de colaboraciones, pues no sólo se usará este telescopio para buscar asteroides, sino que incluso para poder medir mejor la geometría del Universo y comprender mejor la naturaleza de la energía oscura”.

En todo caso, el  investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines, detalla que no sólo el tamaño de un asteroide o meteorito determina que sea registrado a su paso, la órbita, su albedo (qué fracción de la luz que recibe del sol es reflejada por él), y la probabilidad de que su lugar en el cielo haya sido barrido por un telescopio en el momento adecuado también influyen. 

“Las búsquedas de asteroides funcionan tomando imágenes consecutivas del mismo lugar. Si en ese campo hay un asteroide, entonces entre las distintas imágenes todo debería verse igual excepto el cuerpo sospechoso que debería desplazarse. Sin embargo, si ocurre que el asteroide no presenta un desplazamiento significativo en el cielo (si va muy lento, o por el contrario, se desplaza en dirección radial hacia nosotros, por ejemplo) entonces es muy probable que no sea detectado”, agrega.

De cara a la posibilidad de que se construya una suerte de escudo sistema de defensa contra objetos que caen al planeta, Orsi apunta que “afortunadamente nuestra atmósfera ha sido el mejor escudo con el que contamos hasta ahora. De otro modo, la superficie de la Tierra se vería más parecida a la superficie de la Luna”.

Según Álvaro Orsi, “los esfuerzos para prevenir una catástrofe por un meteorito aún están en etapa de diseño. Existen una serie de alternativas, desde intentar destruir el asteroide en cuestión, hasta simplemente lograr que se desvíe. La mejor estrategia dependerá de las características del potencial asteroide”.

El astrónomo enfatiza que “hasta la fecha, no se conoce ningún asteroide con riesgo significativo de colisión con la Tierra. El último fue un asteroide descubierto el 2004, apodado “Apophis“, que podría impactar a la Tierra alrededor del año 2036. Sin embargo, gracias a la cantidad de observaciones acumuladas, hoy sabemos que este asteroide no presenta ningún peligro real”.

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