Fiscal alemán asegura que Harmuth Hopp puede cumplir condena en ese país

Su apellido, Sthal, significa “acero”  y hace menos de cuatro meses se hizo cargo del proceso que se sigue en contra del doctor Harmuth Hopp, en Krefeld, Alemania. En esa fiscalía se presentaron tres denuncias contra el otrora segundo hombre de Paul Schäfer, que se fugó en mayo de 2011 para evadir una condena de cárcel efectiva como cómplice de los múltiples abusos sexuales cometidos por su mentor.

Fue la manera que encontró el matrimonio de Gudrun y Wolfgan Müller, para evitar la impunidad de Hopp. Ambos ancianos, lo denunciaron por la aplicación forzada y sistemática de medicamentos, psicofármacos, durante los años que permanecieron como esclavos al interior del enclave alemán, en Parral.

Asimismo, se presentaron denuncias por violaciones de los derechos humanos cometidas en perjuicio de Juan Maino Canales, visto por última vez en la Colonia Dignidad, cuando la Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, operaba al interior de ese fundo con pleno respaldo de los jerarcas alemanes, durante la dictadura.

Por cierto, una de las acusaciones más fuertes contra Hopp en Alemania es la de los abusos sexuales contra niños chilenos. Al menos seis de esos casos aún no prescriben en ese país. Se trata de los mismos crímenes por los cuales la Corte Suprema dictó sentencia definitiva y de cárcel efectiva en Chile, contra Hopp y otros cinco alemanes.

Un proceso de ordenamiento interno en la Fiscalía de Krefeld llevó a Axel Sthal a asumir este caso. Al teléfono, es amable y certero en las respuestas. No quiere referirse a la gestión de su antecesor y se limita a responder las preguntas sobre el estado actual del proceso y las posibilidades de justicia para Hopp.

“Hemos escuchado acerca de la condena de la Corte Suprema en Chile y nos interesa mucho esta situación porque vamos a chequear la evidencia que hay en su país”, dice Sthal al otro lado del teléfono y en perfecto inglés.

El sistema judicial alemán es lento, confiesa, pero aunque así sea, es posible continuar investigando las acusaciones contra Hopp. Pero inmediatamente plantea que la manera más rápida y segura de obtener justicia es que el Estado chileno pida a Alemania el cumplimiento de la condena en tierras germanas.

“Entre su país (Chile) y Alemania existe un acuerdo vigente de reconocimiento de las condenas para cumplirlas entre su país y la República Federal Alemana. Es una especie de tratado con el marco legal para transferir a los condenados, pero sólo regula aspectos generales. Es su gobierno quien decide si va a transferir al convicto a Alemania o no”, asegura el fiscal Stahl.

El persecutor alemán explicó que en virtud de este acuerdo, debe ser el máximo tribunal alemán quien determine si se cumplieron los requisitos mínimos y generales para proceder al traslado de la condena y que de ser aceptado, el gobierno alemán debe, también, aprobar el cumplimiento de la pena.

A Hopp le juega en contra el hecho de que su llegada a Alemania fue producto de una fuga para evadir dicha condena y que los delitos por los cuales fue condenado son contra niños, algo que en Alemania es un tema muy sensible. “En la mayoría de los países está establecido que el abuso sexual infantil es un crimen muy serio y se convierte en un estándar internacional de las leyes”, precisó.

Por ello la importancia de conocer los antecedentes de la condena reciente en contra de Hopp y también de todo el proceso que siguió el ministro en visita de Talca, Hernán González. “En estos momentos estamos preparando una carta rogatoria (exhorto) para las autoridades de su país para obtener esta información”.

 

En Alemania

La abogada querellante contra Harmuth Hopp en Alemania, Petra Schlagenhauf, también confirmó a El Dínamo que el fiscal tiene la idea de que se puede hacer cumplir la condena chilena en una cárcel alemana.

“Este fiscal es muy de la idea de que sería bueno que Chile hiciera una solicitud de ayuda de asistencia judicial para la ejecución de la condena en Alemania”, aseguró.

La jurista alemana viaja de vez en cuando los cerca de 500 kilómetros que separan Berlín, la capital alemana, de Krefeld, en la Renaniagermana, casi en la frontera con Holanda.

Representa a las víctimas alemanas y chilenas. Por ello es que también está consciente de la norma que permitiría llegar a un nivel de justicia mucho más rápido. “Aquí hay una ley de asistencia judicial que regula en materia penal el cumplimiento de penas bajo ciertas condiciones, que entendemos que en este caso están cumplidas”.

Entre dichas condiciones, explica Petra Schlagenhauf , están que se haya desarrollado un juicio con plena vigencia del estado de derecho y el debido proceso para la persona condenada. Además que se haya respetado su derecho a defensa y que haya estado informado permanentemente de su situación.

Pero advierte que debe ser el Estado chileno el que tenga la voluntad de hacer cumplir ese tratado.