Francisco Figueroa: “Intentan demostrarnos con gráficos que nuestra rebeldía no se justifica”
El ex vice presidente de la Fech y militante de la Izquierda Autónoma lanzó el libro "Llegamos para quedarnos, crónicas de la revuelta estudiantil", en el que repasa el sentido y proyección del movimiento estudiantil, que hoy tendrá una nueva jornada de marchas.
Desde hoy está disponible en librerías “Llegamos para quedarnos, crónicas de la revuelta estudiantil”, el libro con el que el ex vice presidente de la Fech, y actual candidato a diputado, Francisco Figueroa, pretende dar una lectura de lo ocurrido desde el 2011 en adelante. Según él, la nueva generación surgida de aquel movimiento debe hacerse cargo de los cambios que Chile necesita.
En esta conversación con El Dínamo, Figueroa pasa varias facturas, principalmente a la Concertación, a la que culpa de querer seguir decidiendo los destinos del país, a pesar del fracaso de su proyecto.
Al final, te dejamos en exclusiva un adelanto del libro que a la vez le sirvió al militante de la Izquierda Autónoma para obtener su titulo de periodista de la Universidad de Chile.
¿Por qué escribir un libro?
La idea es ajustar cuentas con las voces que intentan despojar la movilización estudiantil de todo contenido político y ofrecer una mirada sobre los desafíos que enfrentamos en el presente.
Varios de quienes son ex dirigentes estudiantiles van a disputar un cupo en el Congreso, ¿no temen terminar como la generación de dirigentes de fines del 60, que partieron criticando el sistema, crearon el Mapu y terminaron administrando el modelo de la dictadura?
La de los 60 estaba mucho más vinculada al sistema de partidos de entonces, la actual está mucho más reñida. Guarda más relación, salvando las distancias, con la generación del 20, que lucharon contra la decadencia de la oligarquía y sus instituciones. Claro, la de los 60 son los hijos de los otros, esta no, nuestra generación ha hecho todo lo que ha hecho a pesar de la clase dirigente actual, los intelectuales y opinólogos de las elites. Eugenio Tironi, por ejemplo, que reduce la revuelta a síntoma de país que avanza al desarrollo y la compara con los hippies. Gente como Tironi da esas explicaciones porque lo que está en entredicho son los fundamentos de su poder.
La generación del 20 también terminó fundando sus propios partidos… ¿debe avanzar hacia allá la actual generación? ¿o piensas que, un siglo después, la política ya no se articula sólo desde los partidos?
La generación de los 20 refundó el país desde la política y la cultura. Es una generación que nos queda grande, enorme, no digo que el proceso actual tenga esa potencia. Pero sí fue una generación desobediente, que no le dio concesiones a la vieja política de su momento. Fue rebelde y creativa, eso debemos recuperar de los 20, la decisión de crear… pueden ser organizaciones políticas, sí, pero no creo que sean suficientes. El poder está diluido mucho más allá del estado, hay que imaginar movimientos amplios.
Hablas de cambios a nivel político, pero finalmente todo se relaciona con la economía y las fuerzas productivas, ¿cómo se inmiscuirá la generación de la que hablas con los trabajadores?
Los cambios los va a producir un movimiento social y político expresivo de los anhelos de la mayoría, no el movimiento estudiantil ni lo jóvenes. Lo que pueden poner los jóvenes como generación es algo particular, pero fundamental, un ímpetu desafiante y una capacidad de unificar diversos intereses sociales. La diferencia de este movimiento estudiantil es que no es elitista como el del siglo XX, es de masas, es mucho más amplio.
¿En qué se diferencia esta nueva generación con la de Escalona y Correa? En su tiempo ellos también hablaban de las mayorías…
No sé, creo que son gente distinta, que viene de experiencias y proyectos originalmente distintos, pero que han terminado defendiendo el secuestro de la política a manos de las elites. Creo que con los “mapus” hay que ajustar muchas cuentas. Llevaron las riendas de la transición y las quieren seguir llevando. Son además los que más lúcidamente nos atacan. No puede ser que la interpretación de los que ha pasado, o del 2011 en particular, la ofrezcan ellos. Debemos escribirla nosotros mismos, sin concesiones a nuestros errores e insuficiencias, pensando en cómo mejorar.
¿Cuáles han sido los errores, y cuáles las deficiencias de esta generación?
El desenlace de la lucha estudiantil no depende principalmente del movimiento estudiantil. Tenemos un margen, pero el mundo no gira alrededor de nosotros, al revés, lo más determinante es la política, por más deteriorada que esté. No se puede huir de la política. La lata es que claro, las formas y términos de la política los ponen primero los que van ganando. Es terrible, pero así es. Y no se pueden cambiar sin hacer política. A menos que claro, queramos seguir siendo espectadores. Digo hacer política como sinónimo de “hacerse cargo”. Debemos intentar hacernos cargo de la situación que generamos.
Esas son deficiencias… ¿cuáles han sido los errores?
Cierto, pero creo que es lo principal. El error ha sido y sigue siendo la falta de unidad política nuestra. Entender que tenemos mucho más en común entre nosotros que con la vieja política. Que la forma de fortalecernos y hacer más posibles las ideas que defendemos es con la misma amplia unidad y autonomía que hizo posible el 2011.
Adelanto de “Llegamos para quedarnos, Crónicas de la revuelta estudiantil”
Extractos para El Dínamo by Nicolas Sepulveda Gambi