The Economist critica que a Beyer le dieran ‘la patada’
El medio británico criticó la destitución del ministro,subrayando que "hay pocas personas en el país que saben tanto sobre educación como él". Además agregó que "los chilenos merecen algo mejor de sus parlamentarios".
Desde Reino Unido, el conocido semanario The Economist también se sumó a la ola de comentarios tras las destitución por parte del Congreso del ministro de Educación, Harald Beyer.
A través de una columna publicada en la sección visiones de América, bajo el título de “A Beyer le dieron la patada”, el destacado medio parte presentado una suerte de perfil del ahora ex secretario de Estado en el que indica que se trata de “un tipo modesto que antes de ser ministro de Educación de Chile trabajó como experto durante más de 20 años en el Centro de Santiago de Estudios Públicos. Publicó columnas sobre la desigualdad, el mercado del trabajo y sobre todo, educación. Es justo describirlo como un ‘nerd’ de la educación”; luego agrega que “hay pocas personas en el país que saben tanto sobre educación como él”.
“No pertenece a un partido político, aconsejó a la ex Presidente socialista Michelle Bachelet en sus políticas de educación en 2006”, añade el medio.
De cara a la votación de este miércoles que lo dejó fuera del Gabinete, el periódico critica sin medias tintas a los parlamentarios que se pronunciaron a favor de la acusación constitucional al apuntar que “no son la clase de legisladores que los chilenos se merecen”.
Una venganza y una campaña repugnante
A continuación se señala que “el voto (contra Beyer) huele a venganza. Hace cinco años, la centro-derecha destituyó como ministra de Educación de la Concertación a Yasna Provoste. Muchos en la centro-izquierda lo recuerdan y no lo han perdonado”
“La acusación también tiene un fuerte olor a electoralismo. Los chilenos elegirán a un nuevo Presidente en noviembre, y la campaña ya tiene un olor repugnante”, subraya The Economist.
El análisis continúa reconociendo que “es cierto que el señor Beyer presidió un sistema educativo imperfecto, plagado de irregularidades financieras. Tal vez podría haber hecho más para regularlo. Pero lo mismo podría decirse de sus dos predecesores en el gobierno de Piñera, o, de hecho, de cualquier ministro de Educación de los 20 años anteriores, cuando la Concertación estaba en el poder”.
La columna se cierra con la afirmación de que “los chilenos se merecen algo mejor de sus legisladores, y lo saben. Cuando congresistas botan buenos ministros para ganar puntos políticos, la falta de confianza pública en el Congreso no es de extrañar”.