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2 de Mayo de 2013

Giorgio Jackson: "Me sentiría podrido si hubiese aceptado un cupo después de buscar primarias"

El aún candidato a diputado por el distrito 22 cuenta detalles de las negociaciones con la Concertación, con la que "desde el primer momento me sentí hablando en un idioma distinto" y califica la falta de primarias "como un papelón".

Por Redacción
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Pasado las 3 de la tarde de ayer, Giorgio Jackson recibió el llamado que había estado esperando hace semanas y que le confirmaba que finalmente no participaría en las elecciones primarias del próximo 30 de junio junto a la Concertación, lo que obligará a correr como independiente en su carrera al parlamento.

Así, el ex dirigente estudiantil participará como candidato a diputado por Santiago Centro con una lista por fuera de la Concertación, junto a los otros dos candidatos de su conglomerado Revolución Democrática: Carlos Zanzi en Ñuñoa-Providencia y Francisco Letelier en Talca.

Tomando una agüita de  manzanilla con miel para atacar los nódulos, “que me salieron por hablar mal y mucho”, el ex presidente de la Feuc explica que hoy se reunirá el consejo político de Revolución Democrática para definir los próximos pasos, “una acción súper coordinada, porque estaba decidido que sino había primarias igual íbamos por fuera”, señala.

Así, para Jackson, la no realización de primarias con la Concertación “puede ser una oportunidad de demostrar que el binominalismo se puede romper a través de las urnas”.

En conversación con El Dínamo, el candidato a diputado por el distrito 22 cuenta detalles de las negociaciones con la Concertación, donde sintió que tuvo algunas invitaciones a participar “como si yo fuera un catalizador para calmar la falta de renovación”. Además reconoce que “desde el primer momento me sentí hablando en un idioma distinto” y califica la falta de primarias “como un papelón”.

En tus palabras, ¿por qué no hay primarias?
-Porque los partidos no se pudieron poner de acuerdo en un principio básico que era dejar a disposición de la ciudadanía, que la gente eligiera a los candidatos. Por un lado hay una disposición en el discurso de que hayan primarias pero cuando se trata de efectivamente de dirimir entre candidatos, no hay voluntad. O sea, en la presidencial no digamos que se va a dirimir algo, es una ratificación, y está bien que se hagan primarias, pero donde efectivamente había necesidad de primarias porque había más candidaturas competitivas, no hay disposición.

¿Por qué no crees que no hay disposición?
-No hay disposición porque por un lado, son los candidatos incumbentes, los diputados en ejercicio que ejercen presión a sus dirigentes de partido para que no hayan primarias. Más que culpar a uno y salir a apuntar con el dedo, el problema acá es que senadores y diputados en ejercicio presionan para mantener el espacio de poder y eso hace que las cúpulas de los partidos actúen con esa misma ambición de mantener ese equilibrio interno. Y eso termina siendo nefasto para los intereses de la gran mayoría, tanto internamente en los partidos, la mayoría quiere que haya primarias, como la mayoría ciudadana que dice que los paren de elegir entre cuatro paredes, sobre todo en regiones.

¿Al interior de los partidos también hay grandes críticas?
-Gigantes, la frustración de mucha gente que milita en partidos que nos ha comunicado su vergüenza por el actuar de sus dirigentes. Que nos han llamado dándonos apoyo, nos han escrito por las redes sociales. Gente que milita y que ha dicho ‘yo voy a votar por ti igual porque no puede ser el actuar de nuestros partidos en esta materia’. Yo les agradezco enormemente a las bases partidarias en Talca, que las juventudes de los partidos se la jugaron por las primarias y los partidos no quisieron. Acá hay un problema bastante grande con respecto al funcionamiento interno de los partidos además de la falta de representatividad de esos partidos en la ciudadanía.

¿Crees que en la Concertación nunca creyeron en tu candidatura?
-Tengo sensaciones encontradas, porque había bastantes personas que dijeron ‘nos gustaría que participes’, pero yo como si fuera un catalizador para calmar la falta de renovación. Yo lo sentí así, porque me dijeron que participara en Santiago, que no me preocupe. De hecho la última negociación era que no iban a haber primarias, pero ‘Giorgio, podrías ir igual, tenemos hasta el 15 para inscribir un cupo’ y yo les dije ‘yo no voy a abandonar a mis dos compañeros de lista que levantamos del movimiento para asegurar un cupo y tener más chance’. Yo prefiero ir, perder que dejar abandonados a mis compañeros.

¿Quién te ofreció el cupo?
-Como coalición dijeron eso, y dije no. Me sentiría podrido por dentro si hubieses aceptado un cupo después de haber enfatizado tanto que lo que buscábamos primarias. Estábamos buscando un mecanismo para dirimir donde se necesitaran primarias y me estaban ofreciendo un cupo y yo no estaba dispuesto a eso.

¿Crees que efectivamente se podía llegar a un acuerdo con la Concertación?
-Sigo pensando que, independiente de los sucesos pasados que uno puede ser muy crítico, ellos lo tuvieron en sus manos y lo dejaron pasar. Si ellos hubiesen definido firmar un acuerdo como se hizo en las municipales, un reglamento interno donde había más de un candidato se hacía primaria. Pero acá, hasta último día ‘ya, veamos dónde habilitamos primarias’ que era principalmente donde podíamos rugir más fuerte. La gente en regiones de los partidos exigía primarias y se le hizo una ‘tapa’ bien grande. Y es desesperante ver cómo una oportunidad para renovar cuadros, para abrir espacios en la democracia, para mejorar mecanismos de representatividad sobre todo en una coalición que ha dicho estar en contra del binominal y vemos que se ampara en el binominal.

¿Te sentiste hablando en un idioma distinto con la Concertación en las negociaciones?
-Siempre, desde el primer momento. Porque cuando hablábamos de primarias, de abrir espacios, ellos nos ofrecían cupo. Y nosotros, no, y estamos dispuestos a perder, si nosotros vamos y perdemos nuestras tres candidaturas, bien y vamos a apoyar y respetar a que hayan salido dos candidatos con mejores votos, esa es la democracia. Aquí no, aquí era tratar de ver cómo destensionamos esto, cómo le ofrecemos algo atractivo… y en Revolución Democrática no estamos para negociar un cupo, no estamos para pedir ni deber favores. Estamos para establecer una política de diálogo con otros actores que sea transparente y que se cimiente en principios al menos los que uno vocifera por la prensa. Pero no digas ‘primarias’ por la prensa y después me digas ‘cupo’ por el celular.

Como ex dirigente, ¿te desilusionó la forma de hacer política o es como tú pensabas?
-Mi reflexión es que si uno quiere involucrarse en política como lo queremos hacer en RD nunca podemos perder la capacidad de asombro. Nunca nos vamos a terminar de decepcionar como tampoco tenemos nunca que terminar de asombrar cuando hagamos cosas positivas. Este caso es un episodio lamentable, se perdió una oportunidad pero a la vez, como toda crisis lo vemos como un espacio de crecimiento, de aprendizaje para estar mejor preparados para una siguiente ocasión y en esta pasada vamos a hacer todo lo posible por estar representados como RD en el parlamento aunque eso implique ir cuesta arriba en lo que signifique competir como independiente en una lista por el binominal. No importa. Vamos a dejarlo todo, como diría un futbolista, en la cancha.

¿Cómo calificas todas estos intentos de negociaciones?
-Descoordinación y falta de arrojo de todos. Es una cadena. Son los candidatos que presionan, que no quieren dejar su espacio, probablemente porque muchos no han hecho trabajo territorial, entonces la gente los critica mucho. Ir a primarias es un riesgo. La otra vez me comentaban a través de Twitter que el senador Escalona, por ejemplo,  que no ha ido casi nunca a su circunscripción, en todos sus periodos, que casi no ha ido para allá. Por supuesto que si le levantan a alguien en contra, un mismo militante de su partido diciendo que el senador Escalona no ha ido nunca a la región y se necesitan liderazgos locales y que no se impongan de Santiago. Pero al final, qué es lo que se hace. Ellos presionan para que el mismo partido no abra primaras, y al mismo tiempo el partido demuestra su falta de arrojo indirectamente.

¿Estás decepcionado de la Concertación?
-Sí, una decepción de un hecho que se podía actuar y uno trataba de exigir mucha mayor coherencia entre lo que se decía para afuera y lo que se hacía en la interna por parte de todos los negociadores de los partidos, y de los candidatos presidenciales que están asociados a partidos. No hablo de uno en particular, sino que el conjunto de presidenciables que supuestamente ejercen liderazgos dentro de sus partidos y que no fueron capaces de ordenar en un principio tan básico como son las primarias (…) Entonces es un papelón no abrir primarias, no estar dispuestos a competir. Como siempre la dupla parlamentaria en un sistema binominal está entre un candidato fuerte, el débil y se mantiene lo de siempre. Es un papelón.

¿Todavía no conoces a tus contrincantes?
-En Santiago aún no sabemos, porque se bajó Barrueto, después Laura Albornoz también porque no marcaba en las encuestas. Mencionan a Jaime Pizarro, mencionan a otra del PPD… al final están viendo en el partido a quién escogen, como siempre, a dedo, quien se sube. Y por el lado de la DC el PS no lo tenemos claro. El PS comunal me había nombrado a mí para que los represente, totalmente contrario a lo que aspiraban Andrade y los otros, no , ellos se revelaron por así decirlo y lo agradezco porque se la jugaron. No sé con quién me voy a medir, y la verdad es que no estoy tan preocupado de quiénes serán mis contrincantes sino que cómo voy a articular una fuerza contrahegemónica en términos de lo que es un binominal, un voto que venza el conservadurismo de votar por uno de los dos bloques sino que se arroje el voto por alguien que vaya fuera de pacto.

¿Cómo crees que se derrota el binominalismo?
-En Santiago en particular, tenemos un padrón de 240, 250 mil votantes de los cuales votaron 88 mil. O sea, hay un espacio para crecer inmenso. Por supuesto que es iluso pensar que toda esa gente va a ir a votar porque siempre habrá un porcentaje muy alto que no va a votar, pero en Santiago apostaremos a convocar a aquellos decepcionados votantes de oposición, y quizá este episodio es la gota que rebalsó el vaso de muchos años de decepción, para que voten por una candidatura independiente que refleja los principios que levantamos desde el 2011, que queremos hacer una nueva práctica política que no se quede en el discurso. O sea, ya ir por fuera es una señal que no estamos poniendo el cálculo por sobre los principios. Y también invitar hasta el 20 de julio para todos quienes viven, trabajan o estudian en Santiago a que actualicen su domicilio y voten ahí donde hacen su vida.

Pensaste que efectivamente se iba a lograr
Yo tuve las expectativas de que se podría convocar primarias nacionales parlamentarias.

¿Cuándo dijiste ‘uh, parece que no…’?
Ya desde la señal de Aguiló uno empieza a ver atisbos de conservadurismo, de mucho miedo a la competencia, de terror a la democracia y nada, nosotros somos RD y la revolución implica cambiar el orden social, el orden de las cosas y además somos fieles convencidos de la democracia como un mecanismo para dirimir.

¿Por qué crees surgió ese ataque de Aguiló?
Criticó no solo desde el miedo a la competencia. Yo hablé con él por teléfono, le dije ‘Sergio, si vamos a primarias ustedes tienen las de ganar, tienen un diputado en ejercicio, tienen más tiempo como organización, están en una posición de mucha ventaja sobre nosotros y nosotros queremos ir y si es que perdemos vamos a apoyar a los candidatos que salgan, o sea es una oportunidad para ampliar tus bases de apoyo’ y no hubo caso. El terror a la incertidumbre que la propia democracia siembre va a dar es algo que nos hemos dado cuenta que es muy característico de los actores que están en las cúpulas de los partidos.

Dijiste que te daba escepticismo las palabras de Michelle Bachelet sobre educación, ¿te pasa los mismo respecto a sus anuncios de reforma tributaria y constitucional?
Conozco gente que está trabajando dentro. Oscar Landerretche, a quien yo respeto muchísimo, un tipo súper crítico que en el movimiento estudiantil también nos proveyeron de insumos para tener en el debate, cifras, análisis político histórico de las fuerzas políticas que existen al interior de los bloques. Tengo respeto por él, así como tengo por Fernando Atria, porque él también colaboró con la discusión más ideológica, desenredando ciertos temas y mitos que establecía la derecha y sectores conservadores de la Concertación, por lo tanto tengo gran respeto a personas que están trabajando en distintas comisiones, el tema es que si habrá la voluntad política y la correlación de fuerzas para lograrlo. Ahí está el escepticismo. Más allá de los grupos que me parece bien que los haya, con gente que comparte ideas que comparto. Pero el escepticismo no va por las personas que lo componen ni por los titulares que salgan, sino por la capacidad, fuerza política que se tenga y el liderazgo para llevar esas ideas a la realidad.

¿Eso falta para un apoyo explícito de RD a Bachelet?
Veo bien difícil hoy discutir con las mismas, los elementos son muy distintos hoy que ayer para discutir un apoyo presidencial. Lo de ayer nos da una muestra más de decepción de un proceso que pensamos que se podía realizar. Las condiciones internas de RD también son de decepción y el apoyo presidencial no tiene solamente que ver con hacer un check list en una lista de súpermercado, sino que hacer un análisis político de si eso va a tener cabida en la realidad o es meramente algo que sale en un papel.

¿Quién sería entonces el candidato ideal a la presidencia para RD?
¿El candidato ideal? Pepe Mujica.

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