En alerta: La capital mexicana anuncia medidas drásticas contra el smog
Entre las medidas a aplicar se cuenta el aumento del número de parquímetros, límites al uso de estacionamientos y una tasa para desplazarse por determinadas zonas. Este año se han declarado seis alertas por precontingencia ambiental relacionadas con los elevados niveles de ozono en el valle de México.
El Gobierno de la ciudad de México, conocida como Distrito Federal, tomará medidas drásticas para enfrentar la grave crisis de contaminación que ahoga a la capital. Para ello, se encarecerá el uso de los vehículos particulares, con el fin de reducir el parque automovilístico que cada día circula por la urbe.
Según anunció en conversación con el diario español El País, la titular de la Secretaría de Medio Ambiente capitalina, Tanya Müller, el gobierno de la Ciudad de México incrementará por ejemplo el número de parquímetros, pondrá límites al tiempo de estacionamiento permitido, aumentará el precio de la tenencia (el impuesto por la propiedad de los autos) y propondrá una tasa para desplazarse por determinadas zonas, similar a la ya implantada en otras ciudades con graves problemas de polución como Londres.
“Estas medidas deben ir acompañadas de una mejora del transporte público sostenible, de tal modo que su uso resulte eficaz y atractivo”, agregó Müller. La Secretaría se encuentra en este momento estudiando las alternativas en colaboración de estas y otras medidas con el Centro Mario Molina, comandado por este químico mexicano experto en la materia y Premio Nobel.
En lo que va de año, se han declarado un total de seis alertas por precontingencia ambiental relacionadas con los elevados niveles de ozono en el valle de México, un estado que llama a tener especial cuidado a las personas asmáticas y con problemas respiratorios y cardiovasculares e implica la cancelación de actividades recreativas al aire libre. Tras varias décadas de inacción, el problema ha movilizando a todo el Gobierno del Distrito Federal, cuyo titular, Miguel Ángel Mancera,señaló que la solución pasa por integrar a los Estados de México, Hidalgo y Morelos, junto con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Es decir, que más que un problema de la ciudad es un asunto de una enorme región del centro de la República.
Además del fomento del transporte público sostenible como el metrobús, o la bicicleta, el único programa puesto en marcha hasta la fecha para paliar los efectos de la contaminación nació en 1990 y al principio era voluntario. Se trata del Hoy no Circula, que limita el desplazamiento de alrededor de una quinta parte del parque vehicular total en la capital, compuesto de unos 4,5 millones automóviles, cada día de la semana. “Este programa por sí solo ya no funciona, el objetivo es diferente al que tuvo en sus inicios. Antes pretendía modernizar la flota de vehículos, ahora necesitamos reducir las emisiones, es ya una cuestión de cantidad de coches, y para ello debemos ser más estrictos e implementar otras políticas públicas, que junto con este primer plan, den resultados”.
Desde la Secretaría de Medio Ambiente estatal consideran que ahora hay más episodios de precontingencia debido a que los estándares se han ido endureciendo y las autoridades decretan alertas con niveles de ozono menores. “La calidad del aire en la Ciudad de México ha mejorado en los últimos años”, señala Müller.
Sin embargo, el investigador del Colegio de México José Luís Lezama puso en duda la fidelidad de los datos del sistema de medición: “Los equipos tienen que ser actualizados y calibrados por organismos independientes, no por la autoridad local”, algo que según Armando Retama, director de la red de monitoreo atmosférico del DF, se hace cada dos años -los norteamericanos cada 12 meses- y es la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos la encargada. Para Lezama antes que las declaraciones de precontingencia resulta “más preocupante la permanencia de un estado de violación de los estándares medioambientales, porque afectan a la salud de la gente y provoca consecuencias”. En el mismo sentido hablaba la responsable del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Amparo Martínez: “Superamos todos los estándares y esto, que está sucediendo, no se puede controlar con medidas aisladas. Requiere más colaboración con la academia, innovación tecnológica, planificación urbana, mejorar los sistemas de salud y los registros de lo que sucede con la población estos días. Si no se toman ahora esas medidas estamos en un grave riesgo”
Según un estudio reciente del Clean Air Institute realizado con el apoyo del Banco Mundial, cada año mueren en el país 14.000 personas por enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica, una cifra solo superada en América Latina por Brasil. “Tenemos que empezar a tener estudios en la zona metropolitana, monitorearlo nosotros, porque esos datos son una extrapolación de un estudio norteamericano”, defiende la titular de Medio Ambiente, “habría que seguirlo para poder hacer nuestras propias estadísticas”.
Al preguntarle si no es una medida que deberían haber puesto ya en marcha, Müller responde: “Bueno, es un tema que tenemos que empezar a monitorear”.