Muerte del Tigre Pampa: Sumario del Parque Metropolitano revela errores de funcionarios
Entre las negligencias que expone la investigación, están elementos tales como que el tirador que sacrificó al tigre blanco no era el autorizado para dispararle, o que el animal estuvo 8 minutos suelto fuera de su jaula antes de que se diera alarma general en el Zoológico Metropolitano.
Un sumario administrativo realizado por el Parque Metropolitano de Santiago reveló una serie de errores cometidos por los funcionarios del zoológico luego del ataque del tigre blanco Pampa a un cuidador, hecho ocurrido el 29 de julio de 2012.
Entre las negligencias que expone la investigación interna, están elementos tales como que el tirador que sacrificó al tigre blanco no era el autorizado para dispararle, o que el animal estuvo 8 minutos suelto fuera de su jaula antes de que se diera alarma general en el Zoológico Metropolitano.
Los resultados de la investigación interna, dados a conocer por Augusto Scarella (quien los solicitó mediante el Consejo de Transparencia), además recomienda sancionar a los funcionarios que ese día estaban encargados del animal.
Se trata del mismo cuidador atacado, José Silva -quien resultó herido en el hombro-, y de su compañero Humberto Vargas, ya que ninguno de ellos habría seguido el protocolo establecido: estar los dos juntos cuando se les entrega alimento a estas especies. Según el informe, Vargas “se fue a barrer” a otra zona y perdió contacto visual con su compañero.
El mismo informe (de 384 páginas) relata que “el tigre saltó sobre Silva y ambos rodaron fuera de la jaula. Ahí, Vargas fue a buscar una manguera para tirarle agua al felino con el fin de alejarlo de Silva… pero la manguera no estaba en el lugar establecido y tuvo que ir a buscar otra a la jaula de los chimpancés”, consignó La Segunda.
Y agrega: “La alarma general del zoológico recién fue activada a los 8 minutos de que el tigre se había escapado de su jaula. Todos se quejan de que faltó alguien que controlara la situación”.
También se cuestiona que las balas hayan sido percutadas antes que los dardos, violando los protocolos. Según el sumario, cuando el tigre estaba fuera de la jaula y en medio de un pasillo, llegó el personal a cargo de los armamentos: la veterinaria Marcela Tirado (designada para los dardos tranquilizantes) y el tirador de la munición letal, Luis Erices.
Scarella asegura que ambos equipos llegaron de manera simultánea, pero quien portaba la escopeta era William Bustos, quien la había cargado mientras corría hacia las jaulas de los felinos. Allí, luego de terminar de cargar el arma, ésta se trabó. “Por eso, se la arrebató Erices quien intentó disparar, pero por razones que no están claras nunca percutó un tiro y Bustos le quitó la escopeta”, dice Scarella.
Con el arma en sus manos, el funcionario percutó el primero de 5 disparos. “Dos no dieron en el blanco. El primero le pegó en el costado al animal, que salió eyectado a unos dos metros, pero luego caminó hacia un quiosco y no hacia su jaula. Ahí vino otra serie de andanadas hasta que “Pampa” cayó y fue entonces que le dieron el tiro de gracia en la cabeza”, dijo.