Ministro Larraín: "El problema de Europa no es la recesión, sino el desempleo"
El titular de Hacienda, quien participa de un foro del Instituto Internacional de Finanzas en París, llamó a la zona del euro a la "unión bancaria para abordar los problemas financieros y continuar con los ajustes que incorpore crecimiento".
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aseguró hoy que el principal problema de Europa no es la recesión, sino el desempleo, y que para hacerle frente es importante avanzar en la puesta en marcha de la unión bancaria.
En vísperas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas, el ministro dijo en entrevista con Efe que esa unión es importante para que Europa “pueda abordar los problemas financieros, generar más confianza y continuar con el proceso de ajustes de las economías, pero un ajuste que incorpore crecimiento”.
“Todos estamos esperando que esta nueva cumbre pueda avanzar resueltamente en la unión bancaria”, señaló en un encuentro al margen de un foro en París del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), en el que participa como uno de los ponentes.
Larraín consideró que la zona euro debe contar con “mecanismos más expeditos” para poder reaccionar a crisis como la actual, y que “hubo lentitud” ante la misma, bien porque pillara por sorpresa, a su juicio, o porque no se previera su magnitud.
En el foro del IFF, entidad que agrupa a gran parte de los bancos del mundo, se puede percibir, en opinión del ministro, que aunque en lo relativo a cambios estructurales profundos “no se ve mucho optimismo respecto a la situación europea”, sí hay “algún rayo” de confianza sobre lo que puede ayudar a largo plazo.
“Algunos países han hecho ajustes muy fuertes, han progresado en materia fiscal y han reducido los costes laborales unitario, como España, y también se ha generado alguna mejora en el sector externo, pero el problema sigue siendo una economía que crece poco, con tasas de desempleo muy elevadas”.
A su juicio, aquellos que están mejor preparados para afrontar los vaivenes de la economía mundial son quienes ostentan una “posición fiscal sólida, un déficit fiscal bajo, activos externos importantes, fondos soberanos, y niveles de déficit más bajos de cuenta corriente”.
Y en ese sentido, aunque admitió que su país no está “blindado” ante los mismos, sí goza de una economía “con mucha fortaleza”, que aunque atraviesa una desaceleración, que hace prever un crecimiento del 4,6 por ciento en el conjunto del año, hace que esta no sea “tan brusca” como la experimentada por otros como Brasil.