El trago amargo de RN que resucitó a la UDI
Pese todos los pronósticos, el abanderado UDI Pablo Longueira se impuso a su contendor Andrés Allamand remeciendo las relaciones de los partidos de la Alianza.
Desde muy temprano en la mañana, en el comando de Andrés Allamand se respiraba calma. Una holgada confianza reforzada por los casi 12 puntos de diferencia en las encuestas que daban por ganador al abanderado de Renovación Nacional ante el UDI Pablo Longueira, que con sólo un par de semanas de campaña -luego de que el gremialismo bajara la candidatura de Laurence Golborne-, no estaba logrando cosechar el apoyo necesario para superar a su contendor.
Desde su local de votación, el colegio Madre Tierra de Lo Barnechea, un relajado Allamand hablaba de la confianza y humildad con que obtendría el triunfo esa tarde. “Si ganamos hoy domingo, vamos a ganar la presidencial en noviembre”, manifestó.
Y en el comando, el sentimiento se repetía en los preparativos de la celebración, que desde muy temprano comenzaron a hacerse notar en el frontis de la sede, donde incluso estaba programada una presentación del cantante Luis Dimas, ferviente apoyo del candidato, para el eventual triunfo.
A las cinco de la tarde llegó hasta Antonio Varas 454 la vocera del comando del abanderado RN, Catalina Parot. La tranquilidad de la sonriente ex ministra daba luces del optimismo del partido por un “estrecho pero seguro triunfo de Allamand” y de los más de dos millones de chilenos que habían concurrido a locales de votación a entregar el sufragio por alguna de las dos coaliciones.
Parot hablaba incluso de lo beneficioso que sería que el centro político de Velasco y Orrego obtuvieran juntos sobre un 40%, ya que esos votos podrían traspasarse al candidato de la Alianza, si Allamand resultaba electo.
Todo el ambiente de calma comenzó a desaparecer a las 18 horas, cuando se tomaba el pulso a los primeros resultados preliminares del Servel. La temprana confianza que se vivía en los pasillos de RN días atrás y en la misma jornada de comicios se esfumaba ante el conteo de votos, que en varios puntos del país daba por ganador al candidato del gremialismo, una sorpresa que podía palparse entre los adherentes de Allamand.
Mientras, en el segundo piso de la sede, parte de la directiva del partido, encabezada por su secretario general, Mario Desbordes, se movía impaciente, mirando constantemente cómo el patio delantero era ocupado por más prensa y un pequeño grupo de militantes que llegaba a esperar a un -hasta ese momento- triunfante Allamand, el Servel entregaba nuevos cómputos.
Según el detalle, el candidato RN obtenía un 50,06% contra un 49,93% de Pablo Longueira, alejándose ampliamente de los 12 puntos que, según las encuestas internas, los separaban hace una semana. La tendencia se mantuvo así por una hora, hasta que el mismo Servel dio la estocada final.
4 mil votos daban la ventaja al candidato de la UDI. Conocidos esos datos, el presidente del partido, el senador Carlos Larraín, hizo su ingreso a la sede de RN en silencio y sin conversar con la prensa, una señal que en el comando interpretaron como la aceptación de “una posible derrota“, algo que no estaba en los cálculos de la directiva ni de las bancadas oficialistas en el Congreso.
Nuevamente, Catalina Parot decidió salir a calmar los ánimos de la prensa, esta vez en el frontis de la sede y con un tono menos esperanzador. “La diferencia de votos entre ambos candidatos es muy estrecha y creemos que podemos revertirla“, decía la ex ministra, al tiempo que reconocía que la votación que recibieron Andrés Velasco y Claudio Orrego no generaría el apoyo esperado en la tienda de Antonio Varas.
A las 20:30 horas y ya eran 9 mil votos los que separaban a los candidatos. “Irreversible esto…“, decían entre lamentos algunos adherentes que permanecían al interior del comando, pese al frío y al poco optimismo que venía desde la sede. Por las ventanas del segundo piso podía verse a la directiva caminando nerviosa y tomando decisiones de último minuto.
Ya con el fantasma de la derrota instalado en el partido, comenzaban a llegar los principales rostros de la campaña de Allamand. A su turno, el alcalde de Cerro Navia, Luis Plaza, comentaba: “este país no puede ser entregado a cualquiera”. “No hay que olvidarse: el partido primero. Eso es fundamental”, decían lo reticentes a la derrota y al apoyo vinculante que tendrían que entregar a Pablo Longueira.
Pasadas las 21 horas, y con varias horas de retraso respecto a lo programado, Andrés Allamand llegó hasta la sede de Renovación Nacional entre aplausos, acompañado por su esposa, la ex diputada Marcela Cubillos, y parte del equipo político que lo acompañó en las últimas semanas de campaña, entre ellos el ex ministro Luciano Cruz-Coke, recientemente incorporado a su comando como vocero.
“Yo soy una persona que siempre ha creído en la democracia”, decía el ex presidenciable al subir al escenario a aceptar su derrota. “Hicimos una linda campaña y tuvimos resultados que nadie se esperaba”, concluyó entre las afligidas miradas de la directiva, su familia, parlamentarios y militantes.
Ya retirado todo el equipo RN desde la sede de Antonio Varas, Catalina Parot decidió realizar una última vocería, un punto de prensa sin su habitual sonrisa y menos elocuente que de costumbre, reconociendo una vez más la derrota de Renovación Nacional en el primer proceso de primarias legales que vive el país. “Vamos a trabajar con mucha fuerza para darle continuidad al gobierno de la Alianza, vamos a estar todos detrás de Pablo Longueira”, dijo a los medios con una evidente decepción. En silencio se retiró de la sede.
A esta altura, el análisis que hacían al interior de RN era claro. El senador Alberto Espina confesaba que “el camino es muy cuesta arriba” y será difícil acercarse a la popularidad de Michelle Bachelet, luego de la alta votación que tuvo en la jornada. “La Concertación nos ganó bien ganado. Atención, porque no se nos viene un escenario fácil y si no entendemos que tenemos que ganar ese voto de clase media, más incluyente, donde se respeten las decisiones y las libertades, no vamos a obtener el triunfo”, trataba de explicar el parlamentario.
“Tenemos que abandonar las posiciones dogmáticas, poco tolerantes y poco inclusivas”, añadió.
En el mismo sentido, el senador Carlos Larraín salía a reconocer la victoria de Longueira frente a un incierto escenario contra la oposición de cara a las presidenciales de noviembre. “Hubiera preferido ganar con Andrés Allamand, dejémonos de cuentos chinos. Pero también podemos ganar con Pablo Longueira”, dijo el presidente del partido. Mismo reconocimiento hizo Cruz-Coke, quien calificó al ahora abanderado de la Alianza como “un gran rival”.
“¡En ningún caso lo voy a apoyar!”
Pero pese a las afectuosas muestras de apoyo a la candidatura de la UDI, el sentimiento al interior de RN era amargo, muy amargo. A tal punto que más de uno de los militantes puso en duda su apoyo al candidato de la UDI. “En ningún caso lo haría, no puedo. Es como apoyar a Labbé“, decía tajante. El análisis que hacen en la bancada apunta a un capricho del partido “para arreglar los problemas internos que tienen, una señal de unión” y no a una verdadera opción para derrotar a los candidatos de oposición, principalmente a la Nueva Mayoría.
Otro conocido parlamentario se lamentó y dijo que “no queda otra alternativa que apoyar” la candidatura. “Ellos no deben haber estado muy felices de apoyar a Sebastián Piñera en su momento… pero así es esto”, explicó.
La jornada gremialista
Mientras, en la vereda del frente, lo que partió con incertidumbre terminó en euforia. Ya desde las 17 horas, los adherentes de la UDI comenzaron a llegar a la sede de calle Suecia, para esperar los resultados de lo que todos anticipaban sería una reñida competencia.
Tantas eran las dudas sobre el resultado de la elección, que incluso el breve corte de luz que afectó la sede mientras se transmitía un programa vía streaming, a través de su sitio web y conducido por Vasco Moulian, reflejó cómo estaba el ambiente.
“Así estamos, tiritones”, se escuchó decir a uno de los adherentes del gremialismo con el corte de luz, el que ocurrió minutos después de que Patricio Melero, Iván Moreira, José Antonio Kast, Juan Antonio Coloma y la diputada Andrea Molina intentaban distender el ambiente como panelistas del programa on line, regalando incluso entradas para Justin Bieber a medida se sumaba más gente a la transmisión web.
El primer respiro de los simpatizantes de la UDI fue recién pasado las 18 horas. En la sede del partido gremialista, parte de la directiva ya estaba reunida en el segundo piso y esperanban los resultado de las primeras mesas escrutadas. Abajo, en tanto, los militantes y adherentes no se despegaban de las cinco pantallas dispuestas en el lugar, ni tampoco de los vasos de café que rescataban del frío y la ansiedad.
Así, los primeros gritos salieron de las afligidas gargantas gremialistas recién con el primer conteo, el que contempló solo 17 mesas y que dio a ganador a Longueira con el 52%. De ahí en más, los cánticos, las banderas y las poleras de la UDI completaron la escena en la casona de calle Suecia.
Ya con los resultados del tercer cómputo, y teniendo a la vista la ventaja en Lo Barnechea, Las Condes y Vitacura todo se volvió festejo. Los gritos “El que no salta es Bachelet” y “se siente, Longueira Presidente” hicieron que los dirigentes bajaran al primer piso de la UDI para integrarse a la celebración y esperar a que Pablo Longueira llegara al lugar.
Ya cerca de las 21 horas, y luego de un par de himnos nacionales, y de tomarse calle Suecia, los adherentes pudieron por fin ver a su candidato. “En dos meses lo hicimos mejor”, se escuchó decir a un emocionado militante mientras escuchaba el primer discurso de Longueira como vencedor, justo antes de que el presidente de ese partido, Patricio Melero, abriera una botella de champagne para rociarla sobre los adherentes.
La “integración total” de Allamand a la UDI
Ya con el triunfo, pocos quisieron aventurarse respecto al rol que jugará el ex ministro de Defensa en la campaña de Pablo Longueira. Uno de ellos fue el presidente de RN, senador Carlos Larraín, quien señaló que el arribo de Allamand a la campaña presidencial de Longueira debía ser “de a poquito, de a poquito, hay que cranear cómo trabajamos juntos”.
“Tenemos que trabajar como chinos, de la mano, hay mucha tarea por delante. Nos quedan cuatro meses y medio para trabajar. No te puedo decir cómo, no tengo las recetas”, explicó luego. Asimismo, el senador RN que se desempeñó como jefe de campaña territorial de Allamand, Francisco Chachuán, señaló que “todas las diferencias que existieron en la campaña ya están en el pasado, están limadas. Cuando habla la voz del pueblo en las primarias, todas las diferencias están zanjadas y todos trabajamos unidos”.
Otro que se refirió al rol de Allamand fue el generalísimo de la campaña del RN, Francisco de la Maza, quien afirmó que “ahora es tarea de Pablo (Longueira) ver cómo arma un nuevo equipo. Ahora con una responsabilidad distinta, ya que ahora él es el candidato de la centro derecha”.
“El rol de Andrés lo debe definir el mismo Andrés con Pablo. Tiene las puertas abiertas. Es una integración que tiene que ser total, pero lo veremos los próximos días con el llamado que se tiene que hacer”.
Otra que se refirió a cómo sería la llegada de Allamand a la campaña de Longueira fue la ministra vocera de Gobierno, Cecilia Pérez, quien afirmó que “el rol de Allamand depende de los partidos políticos. En esta campaña no vi ataques personales, por lo que no hay heridas que subsanar”.
Para los especialistas, el ingreso de Allamand debe ser para contener los votos del centro político que ya se habían recuperado. Según Gloria de la Fuente, cientista política y directora del programa Calidad de la Política de la Fundación Chile 21, “el desafío de la centro derecha es contener los votos que de alguna manera habían recuperado con Allamand”.
“La UDI no tiene posibilidades de verdad de crecer al centro, sino que tiene una apuesta más popular, o si quieres populista. Si la UDI quiere crecer, lo que debe hacer la Alianza es contener la fuga del centro politico, integrando a Allamand o a la gente más representativa a su candidatura. Sino que se quedan con el centro político vacío” señala la especialista.
Además explica que el rol del RN debería ser “integrar la mirada de los más liberales” ya que con “temas que están en la vanguardia, que se alejan de lo económico, la derecha no tiene posibilidad alguna de llegar a ese electorado”. Para De la Fuente, el triunfo de Allamand se dio porque “la UDI tiene más posibilidades de movilización de electorado que RN, la idea de la UDI popular, su articulación territorial, anclado en poblaciones, en un trabajo que es más social probablemente que RN”.
El saludo a puertas cerradas
Tras aceptar su derrota en la sede de Renovación Nacional, Andrés Allamand partió hasta la UDI a felicitar a Pablo Longueira. Llegó en medio del discurso y pese a que se había anunciado que lo haría frente a la prensa, el ex ministro de Defensa subió raudo al segundo piso de la casona de calle Suecia 286 para tener una reunión privada con el abanderado. “Yo entré a la UDI acompañando a Andrés Allamand y su esposa, Marcela Cubillos, y vi el saludo afectuoso y el compromiso que asumió Andrés de apoyar a la Alianza”, dijo la ministra Cecilia Pérez. Por su parte, el vocero del comando UDI, Francisco de la Maza, aseguró que aunque el saludo fuera privado “no le pasa la cuenta al sector, porque el gesto de que haya venido la cúpula RN es muy fuerte y extraordinario”.