Caso Quemados: Familia de Rodrigo Rojas presenta querella por homicidio y asociación ilícita
Su madre, Verónica DeNegri aseguró que "mi hijo es un muerto de Chile, un muerto de la dictadura y por lo mismo exigimos justicia, Ahora porque antes no estaban las condiciones, no se podía, pero queremos que acá se acabe la impunidad".
La madre y el hermano del fotógrafo Rodrigo Rojas Denegri, muerto el 2 de julio de 1986, presentaron una querella por homicidio y asociación ilícita en contra de los integrantes de la patrulla militar que lo habría quemado vivo junto a la estudiante de psicología Carmen Gloria Quintana.
Ese día, ambos integraban un grupo que estaban preparando una barricada en el barrio Los Nogales, en la comuna de Estación Central, en el marco de una protesta nacional contra el gobierno militar y fueron interceptado por un grupo de militares que se encontraba despejando barricadas en el área de la Avenida General Velásquez.
La patrulla estaba compuesta por 3 civiles, 5 suboficiales y 17 soldados y era comandada por el teniente Pedro Fernández Dittus, único condenado por este caso.
Según la versión oficial de la patrulla militar, al ser detenidos se rompieron unas bombas molotov que llevaban, incendiándose en forma accidental. La otra versión, dada por Quintana, es que fueron golpeados por el personal militar, y más tarde empapadas sus ropas con gasolina, a las que les prendieron fuego.
No obstante, ambas versiones coinciden en que después, estando ambos jóvenes en llamas e inconscientes, miembros de la patrulla los envolvieron en mantas, los cargaron en un vehículo militar y los condujeron a un camino aislado en las afueras de Santiago. Allí, en una zanja de regadío, los arrojaron y los dejaron para que murieran.
Algunos trabajadores agrícolas los encontraron y notificaron a la policía, la cual los llevó a un hospital público. Rojas murió cuatro días más tarde debido a sus heridas.
Su madre, Verónica DeNegri pidió a los tribunales que a 27 años de la muerte de Rojas se haga justicia en este caso, ya que asegura que en la patrulla había agentes de la disuelta Central Nacional de Informaciones (CNI).
Denegri aseguró que “mi hijo es un muerto de Chile, un muerto de la dictadura y por lo mismo exigimos justicia, Ahora porque antes no estaban las condiciones, no se podía, pero queremos que acá se acabe la impunidad”, consignó La Nación.