Los otros costos de la visita papal a Brasil: Talan más de 300 árboles centenarios
El Santo Padre hará su primer viaje internacional al mayor país católico del mundo a finales de este mes. De ahí que los organizadores de un evento en la diócesis de São Sebastião de Itaipú, en Niteroi, optaran por cortar 334 árboles del parque nacional Serra da Tiririca, incluyendo una zona que es propiedad de la Iglesia.
Las autoridades de Brasil denunciaron a los líderes de la iglesia como criminales por la tala de más de 300 árboles centenarios en un parque nacional para que los peregrinos puedan celebrar una misa durante la visita del papa a Río de Janeiro.
El papa Francisco hará su primer viaje internacional al mayor país católico del mundo a finales de este mes y los católicos cariocas están preparándose para este suceso histórico. Los organizadores de un evento en la diócesis de São Sebastião de Itaipú, en la ciudad de Niteroi, afirmaron que tenían que limpiar una zona de la selva tropical del Atlántico para dar cabida a una multitud de peregrinos. Como resultado un total de 334 árboles fueron talados en el parque nacional Serra da Tiririca, incluyendo también la zona que es propiedad de la Iglesia.
El vicealcalde de Niteroi, Axel Grael, afirmó que la Iglesia no solicitó el permiso de la administración para la “deforestación” de la zona.
“Este incidente es lamentable. Un evento para los jóvenes debe ser educativo y demostrar un compromiso con el medio ambiente. Esta eliminación es un acto criminal“, declaró el funcionario al diario brasileño ‘O Globo’.
Indignación de ambientalistas
A su turno, Andre Ilha, del Instituto de Medio Ambiente del estado de Río de Janeiro –que se encarga de la selva–, confirmó a su vez que la destrucción no debió permitirse. “Nunca hubiéramos autorizado eso. Se trata de un fragmento de la selva tropical del Atlántico en peligro de extinción. Vamos a acusarlos de un crimen“, recalcó.
Según varios informes, la diócesis ha propuesto plantar nuevos árboles en la zona después del evento.
No es la primera vez que los organizadores del evento han sido criticados por el desprecio al medio ambiente. A principios de este mes el Municipio de Río de Janeiro recibió una petición para eliminar once árboles de coco en la playa de Leme, donde el pontífice tiene previsto celebrar una misa. El permiso fue concedido, pero después de una protesta del alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, se revocó la decisión
