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19 de Julio de 2013

Marco A. de la Parra y depresión de Longueira: "La ocultaba bien bajo una fachada de combate"

"Esto le puede servir a mucha gente para hablar de su depresión, en el sentido de que es algo respetable, que le sucede a todo el mundo y que no significa falta de carácter, falta de fe, ni flojera, ni falta de voluntad, ni nada por el estilo", señala el psiquiatra y dramaturgo sobre el cuadro que hoy tiene al ex presidenciable fuera de las pistas.

Por Daniel Zegers Palma
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Ante la oleada de comentarios y teorías que desde la tarde del miércoles se vienen generando en relación a la renuncia de Pablo Longueira a su candidatura presidencial debido a una depresión mayor diagnosticada, quisimos conversar con el Psiquiatra y dramaturgo, Marco Antonio de la Parra en el contexto de una enfermedad que afecta a 1 de cada 3 chilenos  y que, raíz de este episodio, está activando una discusión sobre  lo poco considerada que ha sido como una causa real de inhabilidad momentánea.

“En general estas consultas suelen pasar primero a médicos generales por  taquicardias, o sudoración de manos, o cualquier otra cosa y luego  son los familiares los que terminan de encarar que se trata de una depresión, cuando es el desaliento el que va ganando espacio” señala a El Dínamo para explicar que en general, los pacientes que padecen depresión mayor no asumen en un inicio su condición.

“En este tipo de depresiones se puede mantener la fachada harto rato y uno de los primeros síntomas puede ser intento de suicidio. En el caso de Longueira, sospecho que debe haber sido una crisis de pánico y una derivación de un médico general a un psiquiatra”, agrega de la Parra, haciendo un poco el ejercicio de especular con la información que se tiene y sin tener una sesión directa con este particular paciente.

¿Qué le pudo haber pasado a Longueira para interrumpir de esta manera su actividad cotidiana y dejar de lado su proyecto político?

Sospecho que todo esto debe haber sido provocado por el sobrestres que le tocó vivir este año. Ya llevaba una carga de estrés que podía manejar, él es una persona que ha manejado situaciones de estrés importantes  en su vida política.Pero hacerse cargo de una carrera presidencial a esta velocidad, desató un cuadro depresivo que terminó por colapsarlo.

¿Cómo se produce eso ?

A la salida de la meta viene la caída, el bajón, el decaimiento profundo. Esa es una experiencia que todos hemos tenido, que a veces superamos nuestra capacidad de cansancio, incluso para llegar a la meta. Cuando todo está tranquilo, de pronto nos derrumbamos. Puede ser con enfermedades infecciosas como la caída del sistema inmunológico, una alteración endocrina y de pronto se destapa una depresión importante que, que va a significar de todas maneras una licencia médica que le va a impedir estar en circulación unos 15 días,  o un mes.

Creo que se vio absolutamente sobrepasado por lo que venía, probablemente hizo un estrés muy fuerte con todo lo que significó vencer a Allamand y se nos vino abajo.

¿Puede ser considerado el episodio en que Longueira señaló haber hablado  con Jaime Guzmán para el caso Spiniak como un antecedente? Hernán Larraín señaló que sufrió un cuadro depresivo en esa época 

No, no tiene nada que ver con la depresión, habría que ver en el contexto qué fue lo que quiso decir, porque no aparece con un síntoma pre depresivo, podría ser una experiencia mística aislada que no tiene que guardar ninguna relación con esto.

Tal vez habla de su carácter previo, de su sensibilidad, de su lado melancólico, aspecto que ocultaba bien bajo una fachada más de combate, pero que pudiera estar este rasgo de carácter, también híper exigente, híper responsable, enfrentándose al estrés de manera desastrosa.

¿Es representativo este cuadro de los políticos chilenos?

A mi no me cabe duda que por estadísticas, cerca del 20 a 25 % de los chilenos, tiene, tendrá o tuvo  algún cuadro de depresivo. Sin duda que debe haber políticos expuestos y en tratamiento a esos síntomas, pero creo que ninguno se ha visto expuesto a esta demanda gigantesca que fue esta carrera de 200 metros planos  con obstáculos y reventó no siendo capaz si quiera de presentarse delante de las cámaras.

¿Tan inhabilitante como para no aparecer él explicando su renuncia?

Debe estar medicado en forma importante, para sacarlo rápido además, porque la medicación no es inmediata y exponerse a las cámaras habría sido otro estrés importante, eso lo debe haber conversado con el colega a cargo.

¿Y es recuperable en el mediano plazo como para volver a una carrera presidencial?

A mi no me extrañaría que apareciera poco antes de las elecciones de noviembre apoyando. Si todo anda bien, si los fármacos aciertan, él debería estar funcionando a los dos, tres meses, pero no para hacerse cargo de una carrera presidencial, pero si con una presencia pública, eso lo verá en su evolución. Él fue muy valiente en confesar esto y no inventar otra cosa, el enviar el comunicado a través de sus hijos demuestra lo grave está en este minuto.

¿Le afectarán las bromas que desde muchos medios y redes sociales se le hacen?

Cualquier persona que elige el camino político sabe que se expone a eso, pero en algún minuto ya no se debe poder soportar.

¿Siguiendo el tratamiento, podría volver a enfrentar una elección presidencial en 2017?

Si, absolutamente, va ser otra época ya.

Muchos han señalado que esta situación que le ocurre a Longueira no es más que una maniobra ante la imposibilidad de ganarle a Michelle Bachellet ¿Qué le parece a Usted?

Yo siento que es genuino esto que le pasa, se podrían haber planteado muchos tipos de maniobra y habría sido menos desgastante para su imagen, es un riesgo muy fuerte hablar de depresión, aunque esto le puede servir a mucha gente para hablar de su depresión, en el sentido de que es algo respetable, que le sucede a todo el mundo y que no significa falta de carácter, falta de fe, ni flojera, ni falta de voluntad, ni nada por el estilo.

¿Cuál podría ser una buena recomendación para los que están en la primera línea política y que estén camino a caer en un cuadro depresivo de este tipo?

Debe tener un blindaje  narcisista importante para enfrentar toda la agresión que reciben y poder defenderse, incluso, de los propios sueños, de sus propias pasiones. Un jefe tiene que tener una poquita de paranoia para no confiar en todos y un poquito de narcisismo para sentir que tiene algo importante que decir y un blindaje muy importante en el carácter, que le permita estar en contacto con la gente, pero que también le permita resistir.

En el caso de las mujeres dedicadas a la política, que sin bajar los brazos, se permiten llorar y  descargar sus emociones públicamente  ¿Estarán mejor preparadas para enfrentar una situación así?

Nuestra cultura no nos permite a los hombres quebrarnos, ni vacilar emocionalmente. Las mujeres en general se deprimen más que los hombres, pero tienen más válvulas de escape para la expresión de sus conflictos afectivos y más rápido consultan y más rápido asumen y piden ayuda y por lo mismo, también se recuperan más rápido.

 

 

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