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23 de Julio de 2013

Mirando al 2017: La disputa Piñera-Larraín que se esconde tras la negociación en la derecha

La aspiración de Sebastián Piñera de retornar al gobierno el 2017 abrió fuego con la directiva de RN, que busca posicionar a Allamand como la figura presidencial del partido para evitar que el mandatario tome el control de la tienda luego que abandone La Moneda.

Por Nicolás Sepúlveda
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Sigue sin desenredarse la madeja presidencial en la Alianza. Luego que Pablo Longueira desistiera de competir, se activó una verdadera tómbola de nombres para reemplazarlo, generando una verdadera crisis en el sector. Con Evelyn Matthei corriendo oficialmente en representación de la UDI, todas las miradas están puestas en Renovación Nacional, desde donde a su vez se mira con recelo a La Moneda.

Desde Palacio sostienen que es una certeza que el Presidente Sebastián Piñera pretende retornar a la presidencia el 2017. Para ello, aseguran, debe primero imponerse ante quien se ha convertido en su archi rival en Renovación Nacional:  el presidente del partido Carlos Larraín, quien hoy controla las bases partidarias y a la mayoría de los parlamentarios. Según comentan varios dirigentes, su poderosa billetera le ayuda en esa tarea.

Mientras Piñera lidera el llamado sector liberal del partido, Larraín ha encabezado una administración más bien conservadora y es sabida su pertenencia al Opus Dei. Ambos comandan las dos corrientes que conviven en RN.

Como síntoma, los desencuentros entre la administración de Piñera y Larraín no han sido pocos. La discusión por el salario mínimo, la defensa de Julio Pereira, la caída de Teodoro Ribera y la posterior renuncia con elástico de “don Carlos” al partido, han sido algunos de los episodios más polémicos. Según se ha filtrado desde el Ejecutivo, la idea de Piñera es liderar a RN luego de finalizado su mandato, como plataforma para liderar a la Alianza en la oposición e impulsar su nueva aventura presidencial.

Como en una partida de ajedrez, las piezas en la Alianza se mueven con cautela con miras a posicionarse de cara a la próxima disputa presidencial. El análisis que hacen en el sector es que en esta pasada la victoria está prácticamente en manos de la Concertación, por lo que cada movimiento se hace pensando en lo que pasará luego que RN y la UDI abandonen el Ejecutivo.

Por ello, quien los represente en noviembre cobra especial relevancia, ya que ese nombre quedaría en muy buen pie para liderar al sector en los próximos cuatro años y transformarse en la apuesta aliancista para el 2017. Lo que La Moneda busca evitar es que ese lugar sea ocupado por Andrés Allamand, quien podría aguar las aspiraciones piñeristas.

En ese escenario se entienden las declaraciones emanadas la semana pasada desde palacio, cuando se le dio un fuerte impulso a la postulación de Evelyn Matthei, con el Presidente Piñera declarando que sería “una gran candidata” y la vocera Cecilia Pérez comentando que “sería bonito que dos mujeres aspiraran a La Moneda”. Con estas señales, la irritación de Carlos Larraín llegó a un peak que lo hizo cuadrarse con más fuerza tras Allamand.

Y si bien Allamand sigue siendo el único que concita el apoyo total de la directiva comandada por Carlos Larraín, éste aún no se decide a dar un paso adelante. Según comentan en RN, el eventual candidato busca resguardar su imagen, para evitar aparecer “como el divisionista de la Alianza”. Por ello, ha solicitado “garantías” antes de dar el sí; como que el mecanismo para definir a un candidato único del sector este zanjado con la UDI.

Según explican fuentes del partido, Allamand no quiere arriesgar su futuro político, el que se vería amenazado si renuncia a su actual carrera senatorial por Santiago Poniente para volver a fracasar en un intento por llegar a La Moneda, tal y como ocurrió el pasado 30 de junio frente a Pablo Longueira. A pesar de las dudas, Carlos Larraín insiste en su nombre.

La quitada de piso al piñerismo

La semana pasada la directiva de Carlos Larraín veía improbable que la Alianza se pusiera de acuerdo en un solo nombre para enfrentar la presidencial, por lo que apostó sus fichas a tensar la situación para que la UDI apareciera quebrando la unidad del sector. Pero, la jugada del sector piñerista del partido, representada por los senadores Alberto Espina y Lily Pérez, obligó a cambiar el rumbo.

El domingo el senador Espina propuso, a través de la prensa, la realización de una convención de la Alianza que definiera un candidato único. A esto se sumaban la posición planteada por Lily Pérez y la diputada Karla Rubilar en el último comité político ampliado, de apoyar a Evelyn Matthei a cambio de beneficios en la plantilla parlamentaria. El argumento entregado fue que Andrés Allamand no es un buen candidato.

Según un miembro de la directiva “al presidente le estaba pasando la gente por encima”, por lo que se hizo necesario un golpe de timón. Éste se concretó con la propuesta que Carlos Larraín puso sobre la mesa este lunes en La Moneda, donde le planteó al Gobierno y a la UDI la realización de una primaria acotada que definiera al postulante de la Alianza. Con esta jugada, Larraín volvió a tomar el control de la negociación y desechó la propuesta del piñerismo, no sin antes instalar una amenaza sobre la mesa: de no llegar ahora a un acuerdo, su partido estaría dispuesto a correr en solitario hasta noviembre.

El mecanismo

Luego de lograr en La Moneda el acuerdo del sector para impulsar una definición electoral, Carlos Larraín se dirigió a la casa de Andrés Allamand en Los Trapenses para explicarle los avances de la negociación. En la cita, el ex ministro de Defensa comunicó que “hubiera preferido ser ungido por los dos partidos”, pero que ante la contingencia, estaba dispuesto a asumir la carrera presidencial una vez que el acuerdo fuera total respecto de un mecanismo.

La maratón de reuniones de la Alianza culminó en la sede en Santiago del Congreso, donde pasadas las seis de la tarde las directivas de RN y la UDI pusieron sus cartas sobre la mesa. Las diferencias se concentran en la cantidad de personas que podrían participar de la definición.

El gremialismo planteó que en sus filas no existe la cultura de las primarias, por lo que los participantes debieran acotarse a los representantes elegidos del sector: parlamentarios, Cores, alcaldes y concejales. En RN contra argumentaron que, de ser así, el resultado se sabría de antemano. Además, en la tienda comandada por Larraín confidencian que el piñerismo podría votar por Matthei, por lo que este escenario fue desechado de plano.

En cambio, RN propuso una primaria abierta a los militantes de los partidos, más una lista cerrada de independientes, la que se elaboraría en conjunto con la UDI.

La jornada de hoy será clave, ya que se espera que Allamand se pronuncie sobre su eventual postulación. Además, desde las seis de la tarde se desarrollará una nueva Comisión Política de RN, la que debiera pronunciarse sobre las negociaciones con sus socios de la Alianza.

El miércoles se reanudará la conversación entre ambas tiendas oficialistas.

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