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9 de Agosto de 2013

#Ambiendatos: 6 razones para dejar de comer carne

Una dieta vegetariana balanceada que no sólo incluya quesos, cereales y fruta o verdura ocasionalmente, ofrece muchas ventajas, como un consumo mucho menor de grasas saturadas, que se encuentran en carnes rojas, y más fibra. Además esta alternativa puede llegar a ser más barata.

Por Redacción
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La dieta vegetariana tiene para muchos, tantas ventajas como desventajas. No comer carne roja o carne blanca podría representar una pérdida de proteína y hierro que llevaría incluso a la desnutrición, anemia y debilitar el sistema inmunológico. Sin embargo, una dieta vegetariana balanceada (o sea no sólo quesos, cereales y la fruta o verdura ocasional) ofrece muchas ventajas, por ejemplo un consumo mucho menor de grasas saturadas (que se encuentran en carnes rojas), más fibra. Además esta alternativa puede llegar a ser más barata. 

1.- Cosecha urbana v/s matedero urbano:

Puedes cosechar algunos de tus propios alimentos desde tu hogar, Sin embargo, no resulta igual de fácil criar ganado y tener tu propio matadero. De manera similar puedes hacer tu propia leche de almendras, soya o amaranto desde tu casa usando utensilios y aparatos que ya tienes, más no puedes salir a ordeñar tu vaca.

2.- Trato animal:

Todos hemos oído de las condiciones terribles en las que viven los animales que comemos, hemos visto imágenes de pollos enjaulados, vacas con lodo hasta el pecho, cerdos apachurrados en espacios mínimos, alimentados en una dieta continua de granos transgénicos y antibióticos. Muchos de los animales que son criados siguiendo producción en masa están enfermos, miserables, viven y mueren enjaulados —vidas innegablemente anti-naturales. Un poco de sentido común dicta que la comida nos nutra debe de estar bien nutrida también, sin embargo, las prácticas “modernas” garantizan lo opuesto a un alimento sano.

3.- Frescura:

Si un producto no es nacional, las probabilidades de que este sea fresco son muy bajas. El mercado globalizado ha permeado la industria alimenticia, prácticas más que cuestionables también lo han hecho. Un ejemplo de esto es la práctica de inyectar gas de monóxido de carbono a la carne para que esta tenga una apariencia más agradable, o el caso de la carne de cordero neo zelandesa que viaja hasta por dos meses antes de ser consumida, consigna howstuffworks.com

4.- ¿Cuantos químicos tiene la carne?

Aparte del uso desmesurado de antibióticos y conservantes, durante la vida de un animal éste también recibe un cóctel químico con vacunas, analgésicos y hormonas del crecimiento. Este verdadero ataque, sin embargo, no para ahí, también se incluyen ingredientes cosméticos, o sea aquellos que hacen que la carne se vea fresca como el antes mencionado gas de monóxido de carbono (que es venenoso), “pegamento de carne” y productos nuevos creados a base de partes animales como la infame baba rosa; se encuentra hasta en el 70% de la carne procesada y usa sustancias como amoniaco para hacer que la carne se vea más atractiva, publica Ecoosfera.

5.- ¿De qué tipo de carne se trata?

Un reciente escándalo ocurrido en Europa y que puso en evidencia a la industria de los alimentos procesados, resonó por todo el mundo: carne vendida cómo bovina contenía rastros, en algunos casos muy altos, de carne de caballo. Habrá muchos que se identifiquen con el argumento ético de la situación, que indica que los caballos no son alimento en muchos países, si no animales superiores a las vacas y cerdos. No obstante, vale subrayar el cuestionamiento de cara a una industria alimenticia que no se molesta en separar la carne destinada para alimentos de perros (caballo) de la que se vende para consumo humano.

6.- Sustentabilidad:

Actualmente existen billones de animales de pastoreo que producen cantidades enormes de gases contaminantes, entre ellos el metano y dos tercios del amoniaco del planeta provienen de vacas. Se cree que el calentamiento global de la era jurásica fue acelerado por el gas metano producido por lo dinosaurios por ejemplo. Un animal de pastoreo contamina mientras que las plantas crean oxígeno. ¿Cuál es más sustentable entonces?

Tras estos argumentos, bien vale la pena cuestionarse si existe un argumento fuerte para respaldar su consumo de carne. En términos nutricionales, económicos y de sentido común no consumir carne parecería ser más razonable.

Haz la prueba, deja de comer carne una o dos semanas y verás lo rápido que se adapta tu metabolismo y tu billetera a los nuevos hábitos. En cuanto a los malestares que puede causar la falta de carne, los médicos señalan que consumir verduras de hojas verdes (acelgas, espinacas, etc.) ayuda a mejorar el conteo de células rojas de manera más efectiva que el consumo de carne.

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