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12 de Agosto de 2013

Comisión Revisora del Censo: "Labbé no era muy abierto a escuchar opiniones"

Hablando frente a la instancia parlamentaria, el economista Osvaldo Larrañaga destacó que si bien la propuesta del Censo Abreviado es una apuesta difícil, "no vemos otro camino".

Por Redacción
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Ante la Comisión Investigadora del funcionamiento del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), de la Cámara de Diputados, el integrante de la Comisión Externa Revisora del Censo 2012, Osvaldo Larrañaga, reiteró las recomendaciones de la instancia, en orden a no utilizar la información recabada en dicho proceso estadístico, así como la necesidad de repetirlo.

El economista de la Universidad de Chile, hablando frente a la Comisión parlamentaria, destacó que se encontraron tres problemas principales en cuanto al proceso del Censo.

En primer lugar, hubo una alta tasa de omisión, el 9,3%  población no fue censada, lo que equivale a 1 millón 600 mil personas, “esta cifra resulta de cotejar la población efectivamente censada y la proyectada, esta proyección es sólida y basada en dato y basada en datos que resultan confiables”, indicó.

Respecto a los motivos de la omisión, éstos fueron identificados principalmente como “viviendas con habitantes ausentes, viviendas erróneamente consideradas como desocupadas, y viviendas que no fueron censadas”.

Además, sostuvo, hay otras deficiencias, como viviendas donde hubo subreporte (gente que no se contó). Explica además, que “la mencionada omisión censal es un promedio nacional, pero a nivel de grupos o comunas, hay una diferencia, a consecuencia de eso, en la medida que la omisión no es homogénea entre la población (…) decimos que no consigue lograr los objetivos del censo: contar y caracterizar” a la población chilena.

En cuanto a la cobertura de Viviendas -éste era un Censo de Población y Vivienda, Larrañaga manifestó que “hubo un grado alto, razonable, de cobertura”, agregando que la combinación de alta omisión de población y alta cobertura de vivienda, hace que la información del censo se puede usar en algunas cosas y en otras no”.

Un tercer problema observado por la Comisión fue la comunicación de los resultados, en agosto de 2012 y en abril de 2013. Allí se habló de 16,6 millones de personas, pero “no se informó que eso era una suma de la población efectivamente censada y la población proyectada (…) En nuestra opinión, eso es una omisión de información importante”, expresó el experto

Respecto a la propuesta de la comisión de rehacer el Censo, y concretamente en forma Abreviada, Larrañaga sostuvo que “entendiendo que no es simple, no vemos otro camino. Si alguien otorga una solucion distinta, bienvenida sea“, acotó.

El experto apuntó en que, de aquí al 2015, “el INE podría estar más capacitado” para un proceso de este tipo.

Destacó además que, en tal sentido, “el señor Labbé no era muy abierto a escuchar opiniones“, especialmente si no eran de su entorno más cercano, el que “según nuestra impresión se trataba de Eduardo Carrasco, jefe de proyecto del Censo, y su asesora Mariana Alcérrega“.

“No recomendamos que se use la información del Censo 2012”

El integrante de la Comisión Externa Revisora es lapidario respecto de los resultados obtenidos tras el cuestionado proceso estadístico.

“No recomendamos que se utilice la información del Censo 2012. Y tampoco debería volverse a subir a la web del INE”. Entre tanto, explica, “habría que seguir con las proyecciones existentes, las que pueden ser actualizadas este año por la CELADE”.

Larrañaga añadió que, aunque los datos no deberían usarse, “creemos que por fe pública y transparencia, las bases de datos deben estar a disposición del público. No podemos ser los únicos privilegiados que la conozcamos”.

Respecto a las razones o causas de los problemas observados, el experto considera que la principal razón es que no hubo tiempo suficiente para preparar el censo de derecho, “en el período que va desde agosto de 2011, cuando se toma la decisión (de hacer un censo de este tipo). Son 8 meses antes del levantamiento de terreno (…) Se podía prever que ese tiempo no era suficiente“, argumenta.

Apunta además a que “una vez que se cambia la metodología, los recursos necesarios también deben aumentar“.  A juicio de Larrañaga, “hubo una subestimación respecto a cuánto costaba el proceso censal. Faltaron los recursos, y la dirección decidió no pedir” los montos extra necesarios.

Añade también la existencia de un mal clima organizacional en el INE.

En resumen, indica, es la confluencia de estos tres problemas la que explica “porqué pasó lo que pasó”.

“Un censo tiene muchas aristas, es difícil que alguien sea experto en todas”

Osvaldo Larrañaga se refirió también a las declaraciones del ex director del INE, Francisco Labbé, en orden a “bajarle el perfil” a la calidad de expertos de los integrantes de la Comisión Externa Revisora del Censo.

“Es Juan Eduardo Coeymans quien nos invita”, señala el economista “y él nunca nos planteó dudas respecto de nuestra experiencia”.

Agrega que “un proceso censal tiene muchas aristas. Es difícil que haya una sola persona que sea experto en todas. Creo que nosotros cuatro nos complementábamos bien”.

Larrañaga insiste en que “nosotros no nos autoconvocamos, fue el director quien nos llamó”.

Respecto a la posibilidad de contar con un consultor internacional, dijo que “se habló de ello, pero nunca se concretó, ni tampoco se hablo de pedir una segunda opinión. Eso lo dijo después“, sentencia.

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