Especialista española aclara el misterio del Síndrome del edificio enfermo
Tras la aparición en Coyhaique de casos trabajadores que presentaban raras hendiduras semicirculares en sus muslos, la experta Gloria Cruceta, aclaró que se trata de Lipoatrofia Semicircular, un tipo de lesión producida por descargas de electricidad estática que no produce molestias, ni secuelas y que puede superarse.
Los primeros casos en Chile de Lipoatrofia Semicircular (LS), también conocida como Síndrome del edificio enfermo, se dieron a conocer en 2012 en la ciudad de Coyhaique, en medio del más absoluto misterio y una cuota no menor de preocupación entre los afectados. Fue allí donde un grupo de trabajadores de la cadena farmaceútica, Salcobrand, comenzaron a presentar raras alteraciones en la grasa de la piel, que se caracterizaron por la aparición de hendiduras semicirculares a la altura de sus muslos.
El alcance es tal que incluso, la semana recién pasada dos locales de la cadena debieron ser cerrados en Coyhaique debido al surgimiento de una treintena de nuevos casos entre los trabajadores.
En la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) tomaron cartas en el asunto, invitando al país a la especialista española, Gloria Cruceta, quien se ha reunido con empresas empresas afiliadas a esta organización, incluyendo a Salcobrand y otras farmaceúticas, para explicar los orígenes de esta problemática y -de paso- aclarar el misterio.
Cruceta es enfática al indicar que la Lipoatrofia Semicircular es “no es una enfermedad, sino que una lesión que se produce en el tejido adiposo, celular que se ubica debajo de la piel. Estudios realizados desde el año 95 indican que aparte de la lesión, no se produce ningún otro tipo de patología ni de trastorno a la salud ni de secuela asociada“.
De cara al origen de estas lesiones, la especialista en higiene industrial y calidad de ambiente interior en los edificios del Centro de Alta Formación de la Universidad Politécnica de Cataluña, aclara que “éstas se producen por una serie de descargas de electricidad estática (las que ocurren, por ejemplo, cuando tocamos algo metálico y nos da una suerte de calambre o ‘descarga eléctrica’) muy bajas y que no logramos percibir”.
“Esta electricidad estática se concentra en zonas, equipos, mesas o tableros que cuenten con algún perfil que se carga, debido a que posee materiales que conducen la electricidad. De ahí que esto pueda afectar a trabajadores de comercios laboratorios, industrias o incluso oficinas. Puede ocurrir en cualquier empresa donde un trabajador pueda tener contacto con una superficie de metal o que sea conductora“, advierte Cruceta.
Siguiendo la línea de lo ocurrido en España, la experta apunta que cuando aparece un caso en particular, luego suele ocurrir que muchas otras personas comprenden que las lesiones que tienen en los muslos, piernas, abdomen, los antebrazos o incluso detrás de las piernas, sumada a la perdida de tejido adiposo, se deben a esto y entonces se generaliza.
Cruceta subraya que como la LS “no produce dolor centrándose sólo en un efecto estético, también suele diagnosticarse erróneamente como celulitis, restándole importancia, y sin que se aclare que el origen tiene que ver con el lugar de trabajo”.
Soluciones concretas + prevención
Gloria Cruceta explica que “no hay ningún tratamiento para las lesiones, salvo que las condiciones que las producen se vean modificadas. Por lo tanto, una vez que el Síndrome aparece, si la empresa ponen en práctica las medidas correctas, de manera oportuna, dentro de los próximos 3 meses y un año, a la mayoría de los afectados mejoran de manera espontánea”.
“La lesión desaparece en el 95% de los casos, hay un 5% que aveces demora un poco más en mejorar hasta 3 años y algún caso muy puntual que no desaparece”, añade.
Al ser consultada por las medidas para evitar la aparición del Síndrome del edificio enfermo, la médico sostiene asimismo que hay una serie de factores que se relacionan con el cuadro: por ejemplo una humedad relativa del ambiente muy baja produce que los ambientes se ionicen y que se produzcan estas descargas, por ello este factor debe contrarrestarse llevándola como mínimo al 40%”.
En este sentido, Gloria Cruceta releva la importancia de medir los campos magnéticos y electrostáticos en los puestos de trabajo, “si vemos zonas cargadas, mesas o mostradores o equipos, éstos deben ubicarse a tierra para que la descarga vaya precisamente a tierra y no interfiera con el trabajador”, apunta.
Y desde el punto de vista del trabajador, mismo indica que “es importante prestar atención a la hábitos posturales, pues para que la lesión se produzca debe haber contacto. Cuando trabajamos, adoptamos miles de posiciones sin tenerlas claras en nuestras cabezas, son como pequeños gestos o apoyos que para evitar este tipo de molestias, debemos hacer conscientes”.
Cruceta agrega que “el trabajador tampoco puede olvidar que, como tenemos en nuestro cuerpo un 70% de la agua, nos caragamos mucho de electricidad estática y nuestro cuerpo es conductor, por lo tanto, si llevamos un calzado de suela de goma que es aislante toda la electricidad que tenemos no la descargamos y la acumulamos; de ahí que la ropa de fibras naturales y el calzado no aislante favorece que una persona que tenga la lesión, pueda superarla”.
“Es muy importante que la gente este informada porque la desinformación frente a lesiones como éstas es lo que da más miedo porque no se sabe que va a pasar y finalmente algo no es tan grave o que no tenga solución”, puntualiza la experta.
Este martes, Gloria Cruceta participará en el Seminario de Lipoatrofia Semicircular: Un problema emergente en Chile, actividad abierta a la empresas afiliadas a la ACHS. Además el 26, 27 y 28 de agosto, dictará el curso “Lipoatrofia Semicircular relacionada con los Edificios”.