5 frases de la polémica carta de apoyo a John O'Reilly
Un sorpresiva y extensa carta de apoyo al sacerdote de los Legionarios de Cristo fue publicada este domingo en los diarios La Tercera y El Mercurio. En ella, firmantes como el presidente del CNTV, Hermann Chadwick, defendían a brazo partido al hombre acusado de abusos sexuales.
Este domingo, una gigantesca inserción sorprendió a los lectores de los principales diarios de la elite chilena, El Mercurio y La Tercera: en dos páginas (una y media en el caso del periódico de la familia Edwards) más de mil firmantes manifestaban su apoyo a John O’Reilly, sacerdote investigado por abusos sexuales a dos alumnas del colegio Cumbres.
La carta de apoyo comienza señalando que “con motivo de la formalización del padre John O’Reilly, los abajo firmantes hemos querido compartir con la opinión pública el contexto en el cual hemos conocido a la persona y la obra de este sacerdote”.
Te dejamos las principales frases del inserto.
1. “Cada uno ha podido presenciar la forma en que ha servido a la comunidad. Con los niños, entre ellos nuestros propios hijos, fue siempre acogedor y alegre, guiándolos para que amaran a Jesús, transmitiéndoles un mensaje sencillo, mil veces repetido, que buscaba desarrollar en los niños los valores básicos del amor a Dios, a la Patria, al prójimo y a la Familia.
2. Con los jóvenes, acompañándolos y guiándolos con infinito respeto y delicadeza. Siempre disponible para oír cada problema, tratando que sus pasos no se alejaran del camino de amor a Dios.
3. Cuando dolores y penas profundas afectaron nuestras vidas y a nuestras familias, él siempre estuvo ahí, con su presencia, con su oración, acompañándonos. No sólo estaba al servicio de quien pudiera necesitarlo durante sus extenuantes jornadas habituales de trabajo. ¡Cuántas veces lo vimos renunciar a su escaso tiempo libre, porque quería acompañar a alguien que sufría…!
4. Tantos años viéndolo actuar, tantos servicios prestados a la comunidad, tantas generaciones que han crecido a su amparo, tantas obras realizadas, nos permiten conocer su vida y su alma de sacerdote bueno, leal y honesto.
5. Quienes firmamos esta carta damos fe de haber sido testigos de las obras del padre John O’Reilly al servicio de Dios y no podemos callar frente al dolor infinito de un hombre inocente imputado por el más vil de los delitos”.