Tribunal rechaza dejar en prisión preventiva a sacerdote John O'Reilly
La jueza el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, Andrea Díaz Muñoz, consideró que las pruebas presentadas por el Ministerio Público y los querellantes no eran suficientes para acreditar la responsabilidad de O'Reilly en los delitos imputados y fijó un plazo de investigación de 120 días.
En libertad, pero con arraigo nacional, quedó finalmente el sacerdote irlandés John Joseph O’Reilly, de 66 años, tras decretar la justicia que no correspondía alguna medida cautelar de prisión preventiva en contra del sujeto, descartándose así la petición de la Fiscalía Oriente.
Este martes se formalizó al líder en Chile de los Legionarios de Cristo por presunto abuso sexual contra dos hermanas alumnas del Colegio Cumbres de Las Condes entre 2007 y 2009, y la fiscal Lorena Parra pidió la máxima de las cautelares por considerar que O’Reilly representa un peligro para seguridad de la sociedad y de las víctimas, por peligro de reiteración del delito y por “inminente peligro de fuga”.
Pero tras casi ocho horas de audiencia, la jueza el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, Andrea Díaz Muñoz, rechazó la petición presentada en primera instancia por considerar que las pruebas presentadas por el Ministerio Público y los querellantes no eran suficientes para acreditar la responsabilidad de O’Reilly en los delitos imputados y fijó un plazo de investigación de 120 días.
Díaz, la misma jueza que decretó en tres oportunidades la libertad para la pareja de auxiliares del Colegio Apoquindo acusada de abusos y violaciones, cuestionó además la objetividad de la parte querellante al omitir párrafos que a juicio de la magistrada eran importantes para la decisión del tribunal.
La jueza, asimismo, habló de “contradicciones” entre los informes de las psicólogas que diagnosticaron los presuntos abusos y agregó que los relatos de las menores no fueron espontáneos, por lo que no acreditó en ellos y acogió los argumentos expuesto por la defensa encabezada por el abogado Luis Hermosilla, quien cuestionó la “problemática” personalidad de la principal víctima, de inicial J, producto de su condición de trilliza y única mujer.
Durante los alegatos, la Fiscalía exhibió videos con los relatos de la dos eventuales víctimas, donde las mismas detallan los juegos de connotación sexual que tenían con el sacerdote y el abogado querellante José Ignacio Escobar también presentó un informe psicológico que concluyó que el imputado tenía baja autoestima, una conducta narcisista e inmadurez sexual e infantil.
Reacciones de O’Reilly y Hermosilla
Al salir desde el Cuarto Juzgado, pasadas las 20 horas, O’Reilly dijo brevemente que se encontraba “muy agradecido, muy contento, pero hay que seguir adelante”. Sobre su determinación de ir a un juicio oral agregó que “es el camino correcto”, y sobre si alguien mintió en este caso aseguró que “hay que respetar a cada uno, nadie miente, sino que cada uno tiene una visión de los hechos”.
“Luis Hermosilla ha hecho una defensa espectacular”, destacó el religioso, según Emol. “Rezo mucho por la familia y particularmente por las niñitas”, señaló.
Hermosilla, por su parte, calificó la resolución del tribunal como “tremendamente importante, pues ratifica al cien por ciento lo que hemos sostenido durante un año y que esperamos en su momento ratificar en la Corte de Apelaciones”.
“La jueza no ha dicho que el padre no sea autor o que no haya peligro de fuga. Ha dicho que la prueba producida por la Fiscalía no acredita la existencia de los ilícitos y ha sido categórica en esa materia y más aún, le ha llamado la atención al Ministerio Público respecto a las flagrantes violaciones a los principios de objetividad que deberían regir por mandato legal sus actuaciones”, agregó.
Por último, hizo un llamado a la reflexión: “Aquí se está arrastrando a dos menores a un juicio oral de manera irresponsable, lo que les causará un severo daño por el sólo hecho de llevarlas a ese jucio”. “En este segundo pienso en esas niñitas y se me aprieta el corazón de pensar que van a sufrir las consecuencias de la actuación del Ministerio Público en esta materia”, concluyó.
El caso salió a la luz pública en julio de 2012 cuando la familia de una alumna del Colegio Cumbres presentó una denuncia contra O’Reilly, en ese entonces asesor espiritual y capellán del establecimiento educacional. Meses después se sumó otra acusación referida a la hermana de la primera niña.
El sacerdote fue suspendido el 25 de julio del año pasado de sus labores tras las denuncias, mientras el arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal en Chile, Ricardo Ezzati, confirmaba la apertura de una investigación canónica por las denuncias en su contra. El Colegio Cumbres, del acomodado sector santiaguino de Las Condes, suspendió de todas las actividades al sacerdote hasta que se aclaren los hechos.
En 2008, el Parlamento chileno aprobó otorgarle la nacionalidad chilena “por gracia” a O’Reilly, residente en el país desde 1985, “por su labor apostólica y educativa dirigida al mundo de la juventud”.