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6 de Septiembre de 2013

Inédito plan: Región Metropolitana a la cabeza en descontaminación de aguas servidas

Tratar el 100% de las aguas servidas de la capital y las localidades aledañas fue una de las metas que se impuso el país hace ya más de una década. A través de la construcción de varias plantas, la firma Aguas Andinas logró concretar este anhelo y además eliminar malos olores que afectaban al cauce.

Por Redacción
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En Chile, la necesidad de implementar un programa de tratamiento de las aguas servidas de la ciudad de Santiago, en particular, y de la Región Metropolitana en general, se hizo urgente a causa de varias razones. Entre éstas destacan, la necesidad de mejorar la calidad de vida de los santiaguinos y elevar el nivel de la capital que hasta hace poco tiempo era bajo respecto a los microorganismos patógenos que se encentran en hortalizas y verduras y el compromiso generado por los tratados de libre comercio firmados por Chile, en los cuales se especifica la necesidad de cumplir la normativa ambiental, que precisa que no pueden descargarse aguas servidas a los cursos de agua.

En el caso de Aguas Andinas en la Región Metropolitana, el trabajo comenzó el año 1999 con la meta de llegar al 100% de saneamiento en poco más de una década.

La red de alcantarillado de Santiago recoge las aguas servidas de casas e industrias a través de casi 12 mil kilómetros de colectores, y en esos años, el 97% de las aguas servidas recolectadas eran descargadas sin tratar en ríos y cauces de la ciudad, produciendo graves impactos en la sociedad y el ecosistema natural. Entre estos impactos se encuentran, el empeoramiento de la calidad de vida de las personas que habitan cerca de los cauces de la cuenca por malos olores, alta incidencia de enfermedades entéricas por consumo de verduras y hortalizas con contaminación patógena y biológica.

El Plan de Saneamiento de la Región Metropolitana, que lleva a cabo la firma incluyó en la construcción de plantas de tratamiento de aguas servidas, junto al desarrollo y realización de un programa que involucra el saneamiento completo de las aguas de la cuenca, desde el punto de vista de la materia orgánica en ella contenida y su carga bacterial. De esta manera, el Plan de Saneamiento cambia la calidad de las aguas servidas, siendo éstas domiciliarias e industriales asimilables a domiciliarias, que son ingresadas en los cursos de la cuenca, saneándolas previamente a su descarga en los cauces.

Así desde la firma explican que la iniciativa cambia una de las características, la calidad, de uno de los principales elementos que componen la cuenca, el agua; permitiendo que en el tiempo, muchos de los otros componentes, que aunque no son impactados en forma, se recuperen de manera indirecta. Entre estos componentes se encuentran, la vegetación, las poblaciones de especies de fauna, el suelo, los ecosistemas particulares, etc.

El Plan de Saneamiento de la Región Metropolitana se ha dividido así en dos partes: el Plan de Saneamiento del Gran Santiago, que involucra tres plantas de tratamiento de gran envergadura, y el Plan de Saneamiento de Localidades que involucra 12 plantas de tratamiento de mediano y pequeño tamaño que descontaminan 23 localidades rurales de la Región Metropolitana.

En Aguas Andinas detallan a partir de 2001 dieron el vamos a la descontaminación del cauce del río Maipo, clausurando las 23 descargas de aguas servidas que se vertían al río. Para ello se construyeron 46 kilómetros de colectores junto a la Planta El Trebal, lugar donde las aguas son descontaminadas

El siguiente paso fue descontaminar el cauce del Zanjón de la Aguada, que cauce concentraba las aguas servidas del centro de la ciudad. Se cerraron las 41 descargas de aguas servidas que tenía y se construyeron 23 kilómetros de colectores. A partir del año 2003 esas aguas servidas fueron descontaminadas en la Planta La Farfana, una de las plantas más grandes del mundo y que depura el 50% de las aguas servidas de la Región Metropolitana. Paralelo a esto se comenzó también con la descontaminación de los cauces menores en las diferentes localidades de la región. Así entonces, además de El Trebal y La Farfana, se construyeron 12 plantas de tratamiento de aguas servidas en Melipilla, Curacaví, Til Til, San José de Maipo, Buin, Paine, El Monte, Talagante, etc lo que significó llegar a una cobertura de tratamiento de un 73% hacia fines del año 2009.

Mapocho Urbano Limpio 

En el año 2010 Aguas Andinas inauguró otro proyecto emblemático para Santiago: la obra Mapocho Urbano Limpio. Este proyecto apunta a la descontaminación del más emblemático río que cruza la ciudad a través de la clausura de las 21 descargas de aguas servidas que se vertían al cauce y su traslado -por medio de un colector- a las plantas La Farfana y El Trebal que tienen capacidad disponible para descontaminar una parte de las aguas servidas que poseía el río. El caudal restante es devuelto al cauce sin tratamiento a la espera de la puesta en marcha de una nueva gran planta planificada para construirse.

El proyecto posibilita la eliminación de los malos olores que afectaban al cauce y la descontaminación de numerosos canales de regadío que se nutren de aguas del río Mapocho. La empresa subraya que con la puesta en marcha de esta iniciativa, Santiago alcanzó un 87% de sus aguas servidas descontaminadas, cifra inédita en América Latina y una de las más altas del mundo.

Como última etapa de este proyecto Aguas Andinas optó por construir la Planta Mapocho que permitiría sanear el porcentaje restante de las aguas servidas que traía el río Mapocho. Tras dos años de construcción, esta planta entró en funcionamiento a fines de 2012, posibilitando que la capital alcanzara el hito medioambiental de descontaminar la totalidad de las aguas servidas recolectadas.

Pero no sólo el agua tratada es el producto preciado del plan de saneamiento.La compañía también destaca el aprovechamiento de otros productos del proceso de descontaminación de las aguas, como son los biosólidos y el biogás.

En el caso del biogás producido, explican que la firma se encargó de investigar y desarrollar una planta para purificar este producto producido principalmente en la planta La Farfana y por medio de un convenio con la principal empresa de gas de ciudad de Santiago, desde el año 2008 proporciona el biogás producido para que sirva de insumo principal al gas que abastece a casi 100 mil personas del centro de la capital.

Del mismo modo, en la planta Mapocho, contigua a la planta el Trebal, el biogás producido por ambas instalaciones, se utiliza para producir electricidad, lo que significa que más del 50% de la energía que requieren ambas plantas para operar, es obtenida gracias a sus propios procesos de descontaminación, disminuyendo ostensiblemente los costos de operación.

De cara a los biosólidos, la empresa de servicios sanitarios de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas, ha creado un centro dedicado al acopio, la investigación y la distribución de este fertilizante natural, logrando que un gran porcentaje de las centenas de toneladas producidas diariamente por las plantas, sean distribuidas en distintos predios agrícolas de la región.

En la firma subrayan que esta apuesta en favor de la descontaminación del 100% de las aguas servidas recolectadas, apunta a cerrar una suerte de círculo virtuoso que tiene que ver con la gestión del ciclo integral del agua, desde su captación, en la cordillera de Los Andes, la producción de agua potable, la conducción hasta los centros de consumo, la recolección hasta sus plantas depuradoras y finalmente la devolución descontaminada a los cauces naturales.

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