El sexo está en el cerebro: 10 datos que explican la actividad sexual
La experiencia sexual se puede reducir a neurotransmisores, hormonas, terminales nerviosas y distintas reacciones químicas. Revisa un listado de algunos fenómenos que experimentas gracias a tu cerebro cuando tienes sexo.
El sexo está en el cerebro. Pese a toda la evolución humana seguimos siendo sirvientes de nuestras estructuras físicas y biológicas. Más allá de la importancia erótica que puede tener la mente en una relación sexual, ésta se puede reducir a neurotransmisores, hormonas, terminales nerviosas y distintas reacciones químicas. Así de literal.
Revisa un listado de algunos fenómenos que experimentas gracias a tu cerebro cuando tienes sexo:
1. El tamaño sí importa
En los hombres el área preóptica del hipotálamo, encargada de regular las conductas de apareamiento, tiene casi el doble de tamaño que la de las mujeres, y tiene también casi el doble de células.
2. “Me duele la cabeza”
Aunque parezca excusa, al parecer la reticencia al sexo podría deberse a niveles fuera de los normal de serotonina, el conocido neurotransmisor. Según una investigación de la Escuela de Medicina de Wake Forest, altos niveles de serotonina están relacionados con un libido disminuido, aunque en ese mismo estudio se encontró que las personas con migrañas recurrente poseen bajos niveles de serotonina.
3. Locos por el sexo
El sexo es intoxicante. Así lo asegura Joseph Shrand, siquíatra en Harvard. Su acción genera un cóctel de químicos dominado sobre todo por la dopamina. Éste poderoso neurotransmisor está presente en emociones que pronto se convierten en pasiones como la excitación, el deseo, el placer y la sensación de recompensa. Y, como todos los químicos, también es potencialmente adictivo.
4. El clásico error
El singular fenómeno de enamorarse irremediablemente de la persona equivocada también es parte de un neuro-algoritmo químico. Según las investigaciones de Catherine Salmon, en las mujeres, la oxitocina, un neuroquímico que se libera durante el orgasmo, genera una atracción física con el hombre con quien lo experimentaron, sin que importe absolutanamente nada más.
5. “OMG”
Las alusiones a Dios durante el instante más placentero del clímax sexual parecen no ser del todo casuales, pues de acuerdo con las investigaciones de Andrew Newberg, neurocientífico de la Jefferson University, existe una relación entre la experiencia religiosa y la sexual. Tan así, que monjas católicas que rezan y monjes budistas que meditan muestran patrones de actividad cerebral similares a los de personas sexualmente excitadas.