Escasa asistencia en el Senado obliga a aplazar votación para Agencia Nacional de Acreditación
Por ser una norma de Ley Orgánica Constitucional, la creación de la Agencia Nacional de Acreditación requiere 23 votos favorables para su aprobación. El Ejecutivo comprometió el envío de una indicación sustitutiva para conseguir el respaldo al proyecto.
La escasa asistencia de senadores en la sesión de este lunes en la Cámara Alta, llevó al Senado a aplazar, para una segunda discusión, la votación del proyecto de ley que crea la Agencia Nacional de Acreditación.
La iniciativa, a la que el Gobierno puso suma urgencia, establece en su articulado nuevos estándares de calidad para la acreditación de instituciones de educación superior, y además reduce a 7 o 5 integrantes los eventuales miembros de la Agencia -a diferencia de los 15 miembros que componen la actual Comisión Nacional de Acreditación-.
En el centro del debate de hoy estuvieron las irregularidades surgidas en la actual Comisión Nacional de Acreditación, y que llevaron al cierre de la Universidad del Mar y los cuestionamientos a otras entidades universitarias, razón por la cual la senadora socialista Isabel Allende, destacó que el país no puede dejar en manos del mercado la regulación en materia educacional, indicó Bío Bío.
Por ser una norma de Ley Orgánica Constitucional, la creación de la Agencia Nacional de Acreditación requiere 23 votos favorables para su aprobación. El Ejecutivo comprometió el envío de una indicación sustitutiva para conseguir el respaldo al proyecto.
Durante el debate hicieron uso de la palabra los senadores Ignacio Walker, Hernán Larraín, Juan Pablo Letelier, Carlos Larraín, Isabel Allende, Carlos Cantero, Alejandro Navarro, Jaime Quintana, Juan Antonio Coloma, Andrés Zaldívar. Además de la ministra de Educación, Carolina Schmidt.
La mayoría de los legisladores hicieron presentes, entre otras, la necesidad de aclarar aspectos como las diferencias entre licenciamiento y acreditación; estipular claramente las diferencias entre universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales; buscar que no sólo se acrediten las instituciones de educación superior, sino que también se extienda a todas las carreras; redefinir el tiempo de la acreditación y el número y forma de elección del consejo de acreditación; evitar los conflictos de intereses de los Consejeros; definir qué sucederá con los alumnos de las instituciones que no sean acreditadas.
