Carlos Peña: "¿Tiene sentido hacer un debate entre nueve candidatos presidenciales?"
En su habitual columna dominical, el analista se refiere a las diferentes posturas de los candidatos acerca de la conveniencia de realizar un debate que los incluya a todos.
El rector de la UDP, Carlos Peña, en su columna de El Mercurio, analiza las palabras de Evelyn Matthei y de Michelle Bachelet sobre el próximo debate presidencial y se pregunta: “¿Tiene sentido hacer un debate entre nueve candidatos presidenciales?”
Recuerda que “Evelyn Matthei dijo que no. En su opinión, un debate entre tantas personas se transformaría en una seguidilla de opiniones paralelas, sin interés para las audiencias. Michelle Bachelet, en cambio, apoyó la participación de todos. Excluir a algunos, concluyó, sería antidemocrático”.
Peña explica que “los debates son un rito de reconocimiento de los valores que inspiran a la vida cívica” y a la democracia. Además, “los debates ponen en escena tres valores de gran importancia política: la información, la deliberación y la participación”.
Enfatiza que en el debate “se pone a la vista de todos la oferta existente (con todas las alternativas a la vista, el elector idealmente racional confirma su prejuicio o lo debilita); en el debate, se confrontan puntos de vista, se verifica cuán fuertes y bien fundadas son las propuestas que se disputan el favor de la ciudadanía (y cuán capaces de sostenerlas son los candidatos o candidatas); en el debate se da la ocasión para oír todos los puntos de vista, incluyendo aquellos que los medios de comunicación, por razones ideológicas o de otro tipo, callan u ocultan (como ocurre con Claude, Jocelyn-Holt o Miranda)”.
El académico afirma que en un debate entre nueve personas no sería posible la confrontación de ideas, pero esta instancia da la posibilidad a la ciudadanía para conocer el pensamiento de todos los candidatos. Sin embargo, “ambas alternativas son malas para la democracia. Si participan los nueve (la alternativa Bachelet) no hay debate; si participan tres o cuatro (la alternativa Matthei) se acallan las voces de los demás”.
Concluye que para cumplir los objetivos de “mayor información y máxima participación” se deberían realizar dos o tres debates, “y para cumplir el objetivo de la confrontación de ideas, cada candidato o candidata debiera participar en un segundo debate. ¿Cómo hacerlo? Bastaría conformar tres debates. ¿Quién se confrontaría con quién? Lo decidiría un sorteo. El azar tiene la virtud de que asigna la misma posibilidad a todos los participantes de ser escogidos”.