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2 de Octubre de 2013

Suma y sigue: Rusia acusó formalmente de piratería a 14 activistas de Greenpeace

Según informó Greenpeace Rusia, esta acusación formal, que puede conllevar penas de hasta 15 años de cárcel, entre los acusados se cuenta a la brasileña Ana Paula Alminhana Maciel, y la argentina Camila Speziale. Los ambientalistas buscan recurrir al Tribunal de derechos humanos de Estrasburgo.

Por EFE
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Rusia acusó este miércoles formalmente de piratería marítima a 14 de los 30 activistas de Greenpeace que fueron detenidos por protestar en el Ártico contra la explotación petrolera, y mañana continuarán las audiencias en la ciudad de Múrmansk.

Según informó Greenpeace Rusia, al terminar la jornada de hoy, 14 de los arrestados habían recibido esa acusación formal, que puede conllevar penas de hasta 15 años de cárcel, entre ellos la brasileña Ana Paula Alminhana Maciel, de 31 años, y la argentina Camila Speziale.

Los juicios se reanudarán mañana a las 10 de la mañana hora local, según la ONG, que ha calificado de absurdas e infundadas las acusaciones.

Entre los acusados hoy están también los activistas británicos Kieron Bryan y Anthony Perret, el ruso Roman Dolgov, el suecoestadounidense Dmitri Litvinov, la finlandesa Sini Saarela, la holandesa Faiza Oulahsen, así como un ucraniano y un polaco, según informó la sección rusa de la organización medioambiental en su cuenta de Twitter.

Todos forman parte de la tripulación del rompehielos “Arctic Sunrise” que el pasado 19 de septiembre organizó una protesta junto a una plataforma petrolífera del gigante energético Gazprom, donde varios de ellos trataron de encadenarse.

El abogado de Greenpeace, Mijaíl Kreindlin, calificó los cargos de “absolutamente infundados, arbitrarios e ilegales”.

“Nuestros activistas no tenían ninguna intención de apoderarse de la propiedad de nadie. No había ningún acto criminal”, agregó.

Nuevas acciones de los ambientalistas

Iván Blokov, director de programas de Greenpeace, afirmó que tienen intención de recurrir al Tribunal de derechos humanos de Estrasburgo.

En relación a este caso, el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, llamó a endurecer los castigos por las acciones ilegales en las infraestructuras energéticas.

“La preocupación por la ecología no debe encubrir las acciones ilegales, sean cuales sean los altos ideales que guíen a las personas implicadas”, señaló Medvédev.

El primer ministro subrayó que “las instalaciones de extracción de petróleo y de gas son instalaciones de máxima seguridad”, por lo que las autoridades no están dispuestas a permitir actos de vandalismo, actos subversivos ni actos criminales.

Por su parte, Amnistía Internacional (AI) tachó en un comunicado de “absurdas e infundadas” las acusaciones de piratería.

“Las autoridades rusas decidieron castigar a los activistas de Greenpeace para evitar que otros realicen protestas similares en el futuro”, dijo Serguéi Nikitin, jefe de AI en Rusia, quien dijo que las acusaciones son “una burla para el sistema judicial ruso”.

La holandesa Faiza Oulahsen se mostró abatida y nerviosa por lo que pueda sucederles, en una carta que envió a una colega hace unos días desde la cárcel.

“No tengo ni idea de cómo va a terminar todo esto, ni cuánto tiempo va a durar. La incertidumbre me está volviendo loca”, escribió la activista.

Y subrayó que “todos los hechos están basados en mentiras. Absolutamente todo es arbitrario. Las acusaciones del FSB (Servicio Federal de Seguridad ruso, ex KGB) están llenas de inexactitudes y de errores… No hay ni un solo testimonio contra nosotros”.

Los 30 activistas arrestados proceden de Rusia, EEUU, Argentina, Reino Unido, Canadá, Italia, Ucrania, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca, Australia, Brasil, República Checa, Polonia, Turquía, Finlandia, Suecia y Francia.

Tras la protesta junto a la plataforma de Gazprom en aguas del mar de Barents, en el Ártico ruso, el rompehielos de la ONG fue apresado por la guardia de fronteras rusa y remolcado hasta el puerto de Múrmansk, donde sus tripulantes fueron trasladados a tierra para comparecer ante la Justicia.

El consorcio energético planea comenzar la producción de petróleo en esa plataforma en el primer trimestre de 2014, lo que, según la ONG, aumenta el riesgo de que se produzca un vertido de petróleo en un área que contiene tres reservas naturales protegidas por la propia legislación rusa.

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