¿Qué significa para Chile ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU?
Tal como lo dijo el Presidente Piñera ante la asamblea general en septiembre, el Consejo necesita una profunda reorganización, dejando atrás la lógica de los vetos. Liderar esos cambios podría ser el gran golpe del regreso del país a la instancia clave de la ONU.
Por quinta vez en su historia, Chile ingresó hoy jueves al Consejo de Seguridad de la ONU como miembro no permanente gracias a los 186 votos (de 191 posibles) obtenidos en la votación realizada en la sede del organismo internacional. Chile ya fue miembro no permanente de esta instancia durante los periodos 1952–1953, 1961–1962, 1996–1997 y 2003–2004.
Pero, ¿qué significa para Chile ocupar este sillón en uno de los principales órganos de Naciones Unidas?
1. El Consejo de Seguridad tiene como misión “mantener la paz y la seguridad internacional” y entre sus atribuciones, está decretar embargos, sanciones o el uso de la fuerza en caso de conflictos o controversias entre países. El consejo está compuesto por 15 miembros, 5 permanentes (Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Francia y China) y 10 no permanentes, los cuales se van cambiando bianualmente. Las resoluciones del consejo deben ser cumplidas obligatoriamente por los estados miembro.
2. La gran diferencia entre unos y otros es que los miembros permanentes tiene derecho a veto, lo que en reiteradas ocasiones frena sus propias atribuciones de acuerdo a los intereses de las grandes potencias. Sin ir más lejos, en el conflicto de Siria, tres miembros del Consejo de Seguridad (Inglaterra, Francia y EE.UU.) impulsaron la intervención en ese país, mientras que Rusia y China frenaron la acción mediante el veto. Con esta fórmula, el poder de estos cinco países se vuelve incontrarrestable para los demás miembros del Consejo.
3. Esta diferenciación entre sus miembros ha hecho que varias voces se alcen para generar una nueva arquitectura y cambiar la forma de representación. De hecho, el propio Presidente Piñera ante la asamblea general en septiembre pasado demandó una reforma de la organización. “La reforma que este Consejo requiere no se agota en el cambio en su composición orgánica, sino que exige dejar atrás la lógica de los vetos, que responde a un mundo antiguo que ya no existe”, dijo. Postuló que “los cinco países que gozan de derecho a veto, se abstengan de hacerlo en casos de crímenes contra la humanidad, violaciones a los derechos humanos, genocidio y limpieza étnica, ya que aplicación de este veto quita fuerza a las resoluciones”.
4. La tradición de Chile como fundador de la ONU e integrante habitual de su Consejo de Seguridad le pone en buena posición para impulsar esos cambios sin que aparezca como hostil a las grandes potencias. Por ello, el total apoyo de los países latinoamericanos y del Caribe lo deja en posición expectante para poder articular una fuerza regional en pos de esas reformas. La plataforma de la candidatura chilena, fue “la promoción de los Derechos Humanos”, cuestión que le permite aprovechar un flanco temático importante si logra sacudirse de sus propias contradicciones frente al tema.
5. “El Consejo de Seguridad es el organismo probablemente más importante hoy día en Naciones Unidas. Es el único organismo internacional que tiene las facultades entregadas por la comunidad internacional de determinar el uso de la fuerza frente a los conflictos que se viven en el mundo”, destacó el canciller Alfredo Moreno. La última vez que Chile estuvo en el Consejo, se produjo la invasión de EE.UU. a Irak, y si bien el entonces Presidente Ricardo Lagos condenó el hecho y se opuso a formar parte de la coalición invasora, no pudo evitar que finalmente ésta se llevara a cabo por fuera del Consejo. Es decir, es bueno estar ahí, pero sería mejor tener injerencia en las decisiones.