Monsanto deslinda responsabilidad tras grave informe sobre daños de pesticida en Argentina
Desde la firma indican que el informe de la agencia AP no incluye detalles sobre sobre los impactos en la salud, pese a que el documento cita registros de maternidad, expedientes judiciales, estudios revisados, datos epidemiológicos, datos industriales y del Gobierno, y una inspección integral del uso de agroquímicos en 2008-2011.
El gigante de los transgénicos, Monsanto, sacó la voz este miércoles para replicar a un informe elaborado por The Associated Press que aborda cómo las aplicaciones de sus pesticidas afectan a la salud humana en Argentina.
Desde la firma de origen norteamericano, indicaron que su principal pesticida, el glifosato, es “seguro”.
Asimismo, subrayaron que el informe de la agencia AP no incluye detalles sobre sobre los impactos en la salud, pese a que el documento cita registros de maternidad, expedientes judiciales, estudios revisados, datos epidemiológicos, datos industriales y del Gobierno, y una inspección integral del uso de agroquímicos en 2008-2011 preparado por la Auditoría General de la Nación.
Monsanto además criticó el texto por ser “demasiado genérico al señalar a todos los pesticidas cuando sabemos que el glifosato es seguro”.
“La Agencia Ambiental de Estados Unidos y otras agencias no sólo dicen que no hay evidencia de carcinogenicidad, sino que van más allá al darle la más alta calificación de ‘E’, lo que significa que no hay evidencia positiva de que el glifosato cause cáncer en los humanos”, dijo la firma.
Faltan datos fiables
Los médicos entrevistados por AP confirmaron que los casos presentados en el informe muestran una aparente correlación entre la llegada de la agricultura de transgénicos y el aumento de tasas de cáncer y defectos congénitos en las comunidades rurales, y exigen más investigación.
Sin embargo, el portavoz de Monsanto sostiene en una carta a AP que “la ausencia de datos fiables dificulta mucho establecer tendencias en la incidencia de enfermedades y aun hace más difícil establecer relaciones causales“. Y concluye que “en nuestro conocimiento, no hay relaciones causales establecidas”.
Con todo, la compañía hizo un llamado a fortalecer el control para la producción de agroquímicos, entre ellos su línea de herbicidas fabricados a base de glifosato RoundUp y llamó a detener su uso indebido, tal como informa el diario trasandino La Voz.
Pese a que la sustancia es menos tóxica en términos de exposición aguda que muchos otros herbicidas, insecticidas y fungicidas, el glifosato es mezclado rutinariamente con otros químicos cuando se aplica a los cultivos. El rocío que queda a la deriva desde los campos y se filtra hacia las aguas subterráneas se suma a otra carga general que incluye una mezcla de muchos otros químicos.
En 1996, Monsanto pagó una multa de 50.000 dólares y aceptó dejar de promover el glifosato como sustancia “segura”, después de que un fiscal en Nueva York demandara a la empresa por falsa publicidad.
La firma reconoció en aquel momento que la aprobación de la agencia ambiental estadounidense “no es una garantía o hallazgo de seguridad” porque las regulaciones de Estados Unidos se basan en un análisis costo-beneficio, que hace un balance entre el potencial de “cualquier riesgo no razonable para el hombre o el medioambiente” y los “costos y beneficios económicos, sociales y ambientales por el uso de algún pesticida”.
La ley federal argentina sigue un estándar diferente. Señala que cuando “se enfrenta con la posibilidad de daño serio e irreversible”, quienes usan los químicos deben asegurarse de que protegen la salud humana y el medioambiente, incluso cuando “se carezca de información o certidumbre científica” sin “importar los costos y consecuencias”.