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30 de Octubre de 2013

#Ambiendatos: Entérate de cómo tener un Halloween ecológico y barato

Esta celebración, se ha ganado su espacio en el calendario, sobre todo infantil. En la noche del 31 de octubre, víspera del Día de Todos Los Santos, los disfraces terroríficos, la decoración de ultratumba, los dulces y las ganas de divertirse, resultan casi irresistibles. Mira cómo enfrentarlo con otra óptica:

Por Redacción
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Aceptémoslo: El festejo de Halloween llegó para quedarse a Chile. Por ello y teniendo en cuenta el creciente interés de los más chicos por disfrazarse y salir a pedir dulces (o travesuras) esta noche, que mejor que echar mano a las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) para enfrentar la fiesta.

De cara a los disfraces y los elementos decorativos, esenciales de este particular festejo, bien vale la pena aprovechar lo que se usó en años anteriores; otra opción apunta a combinar diversas prendas y complementos que se puede encontrar en casa o que se intercambien con familiares y amigos. Los sistemas de trueque ecológico y solidario, aumentan las posibilidades. De esta manera, se puede conseguir un traje “nuevo” y sin gastar dinero cada año.

Y eso no es todo, en casa también se pueden confeccionar disfraces. La imaginación es una poderosa y económica herramienta e Internet también puede ayudar: es posible buscar imágenes y páginas web que explican cómo hacer vestidos de Halloween. El suprarreciclaje, es decir, transformar un objeto sin uso o destinado a ser un residuo en otro de igual o mayor utilidad y valor, se puede llevar a la práctica con disfraces y complementos. En cualquier caso, no hay que obsesionarse por el resultado final: la idea es pasarlo bien, no desfilar por una pasarela. Además, ¡qué mejor fiesta que Halloween para “dar miedo” con una ropa inverosímil e incluso fea!

Los materiales pueden encontrarse en el closet o bien se puede comprar una tela para diseñarlos. Y si es que se opta por comprar un disfraz nuevo, hay que fijarse en que las materias primas sean naturales y seguras para los niños. La gran mayoría de los disfraces industriales se basan en productos sintéticos realizados a partir del petróleo. También hay que tener cuidado con el maquillaje que se utilice. Es preferible usar productos naturales, ecológicos, y en caso de utilizar uno convencional, hay que fijarse bien en la etiqueta y constatar que tengan todas las garantías sanitarias. Algunos pueden llevar sustancias químicas perjudiciales para la salud, como mercurio o ftalatos.

También hay que huir de todos los disfraces y complementos hiper baratos, pues claramente serán de baja calidad…sin duda, no aguantan más allá del mismo día de la fiesta. Lo barato cuesta caro, no sólo para el bolsillo sino para el medio ambiente. La cantidad de residuos que se generan con los productos desechables llenan los vertederos y provocan el uso de más materias primas, que aumentan la ya de por sí abultada huella ecológica.

Decoración, comida y dulces con sello eco

Si la fiesta se va a celebrar en la casa, la decoración es otro elemento fundamental. La estrategia es la misma que con los disfraces: recurrir a los clásicos objetos decorativos de años anteriores, y cuidarlos bien para que duren para el siguiente, reutilizar objetos como escobas viejas, trapos oscuros y deshilachados para dar el aspecto lúgubre necesario, ir al patio, plaza o parque más cercano para recoger hojas o ramas secas, decorar la zona de la fiesta con pinturas no tóxicas, aprovechar cartones y papeles usados para dibujar elementos decorativos, etc.

Internet también es una buena fuente de ideas para decorar: Las hueveras de cartón se pueden transformar en murciélagos decorativos. Halloween es un buen momento para pensar en ellos. A pesar de sus beneficios para los seres humanos y la naturaleza, más de la mitad de las 1.100 especies de estos mamíferos está en peligro.

La iluminación con velas es otro clásico de esta fecha. Pero cuidado, porque algunas contienen parafina y pueden emanar sustancias químicas tóxicas, como tolueno o benceno. Por ello, siempre es mejor utilizar velas naturales, de cera de abeja o de soya. Las velas se pueden acompañar de una iluminación tenue: se pueden apagar parte de las ampolletas de bajo consumo que se tengan en casa. Las luces led también pueden crear un toque festivo y original. O incluso se pueden aprovechar las luces del árbol de Navidad. Otra idea de suprarreciclaje puede consistir en convertir latas usadas en farolillos, tras recortarlas con formas típicas de Halloween.

En cuanto a la  famosa calabaza, desde nuestro país lo más realista es optar por una artificial, siempre que se conserve para los siguientes años y sus materiales no dañen el entorno. En la mesa hay que evitar los platos y vasos desechables, o los productos que vengan con un excesivo empaquetado o que dificulten su reciclaje. En cuanto a los alimentos, son preferibles los del tiempo y de producción local, y siempre que se pueda, ecológicos.

Después de la fiesta, al igual que en el resto del año, los residuos se deben separar de forma correcta para que se puedan llevar a reciclar. Los elementos de la fiesta que se puedan aprovechar para el año que viene, se guardarán en cajas y bolsas resistentes y etiquetadas, para saber su contenido.

El paseo de los niños al estilo “trick or treat” (travesura o regalo) también puede tener un sello verde. La bolsa para almacenar lo conseguido se puede fabricar también de manera artesanal y reutilizarla para más años. En cuanto a los duelces, conviene evitar las elaboradas de forma industrial, o por lo menos no abusar de ellas. En su lugar, se pueden ofrecer frutas, chocolates ecológicos o hacerse en casa caramelos o galletas con formas decorativas estilo Halloween.

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