María Olivia Monckeberg dispara a la bandada del lucro: "La UDI tiene tejida una red cual laboriosa abeja"
La Premio Nacional de Periodismo resume en detalle los vínculos existentes entre las universidades acusadas de lucro y el poder político. Además, sostiene que hay evidencias de lucro en universidades que no están siendo investigadas.
María Olivia Monckeberg se sirve un café, le echa dos sacarinas, se sienta y mira directo a los ojos. Ella sabe, porque se lo han dicho profusamente, que se ha transformado en una verdadera enciclopedia del negocio de la educación superior. Basta con mencionarle un apellido, para que la actual directora del Instituto de la Comunicación y la Imagen de la Universidad de Chile, lo vincule con casas de estudios y explique sus redes de influencia, amigos, familia y negocios.
“Desde siempre he estado mirando lo que ocurre con este tema”, comienza Monckeberg, haciendo referencia a su labor como periodista económica en los 80, período en que nacieron las universidades privadas. Dice que siempre tuvo un ojo encima, que los nombres empezaron a coincidir y que los ideólogos del modelo económico y social que impera en Chile tienen relación directa con las universidades privadas. De ello escribió en el libro “La privatización de las universidades. Una historia de dinero, poder e influencias”, lanzado el 2005. Dos años después vino “El negocio de las universidades en Chile”, donde repasó a los grupos económicos que operan tras las casas de estudios superiores.
El tema del lucro en la educación lo tenía más o menos cubierto, había documentado esa historia y sus inquietudes se relacionaban con lo que ocurría en los pasillos del ICEI, sus clases y sus alumnos. Sin embargo, la movilización del 2011 la conmovió y le brotaron nuevas preguntas.
“El 2011 me decidí a que tenía que haber otro libro, porque empecé a unir varios fenómenos que estaban ocurriendo”. El endeudamiento de las familias de los jóvenes que egresaban de la educación superior y el crecimiento explosivo de la matrícula de varios planteles privados le hicieron sentido a la premio nacional de periodismo. El Crédito con Aval del Estado, creado en el gobierno de Ricardo Lagos, daba sus primeros frutos y no eran precisamente dulces. “Con fines de lucro”, se llama su tercer libro dedicado al negocio de las universidades, en el que profundiza sobre el proceso político que acompaña la explosión de demandas ciudadanas. Habla de redes de poder, de defensores del lucro, de tráfico de influencias y de nombres que operan en las sombras.
El ranking del lucro
Monckeberg, que a su extenso curriculum sumó el Premio Nacional de Periodismo el 2009, explica por qué el Crédito con Aval del Estado permitió evidenciar a las universidades lucrativas: “Se produce el gran crecimiento de matriculas post CAE, o sea, post 2006. El efecto CAE se produce desde el 2011, y debido a las deudas que acarrea adquiere sentido la demanda de la educación gratuita. Y lo otro es que gracias al CAE, las universidades privadas post 81, y sobretodo las más lucrativas, aumentan las matrículas. En el libro están las cifras y las curvas de cómo aumentaron algunas de ellas de forma notable sus matrículas… y de la mano sus aranceles. Eso significa que los ingresos les aumentaron mucho”.
La periodista dice que será la Justicia la encargada de determinar quiénes lucran, y quiénes no, en el mundo de las universidades. Pero, afirma también, que sus investigaciones han arrojado resultados interesantes, como la explosión de matrículas de algunos planteles: “Las que han crecido mucho, pierda cuidado que van a ser lucrativas. Mira, la Universidad de Las Américas tiene más de 30 mil estudiantes… es un monstruo. Tiene capacidad de lucro. La Andrés Bello tenía el 2005, 19.160 estudiantes, y el 2012 llega a 39.037, más del doble. La Universidad del Desarrollo también casi duplicó matrícula. Fíjate en la San Sebastián, el 2005 no llegaba a 10 mil estudiantes y el 2012 supera los 24 mil. ¿Qué ocurre con eso?. La Santo Tomás, más que duplicó también. La UNIACC también duplicó, aunque en los últimos años se vino para abajo. La Universidad del Mar también había crecido y ahora se derrumbó. El negocio que les pareció tan interesante a los de la Universidad Central, era con razón, si estaba duplicando de 6 mil y tanto a 12 mil y tanto”.
Las cifras del libro de Monckeberg son claras y coinciden, en la mayoría de los casos, con las universidades que están siendo investigadas por lucro: “En un cuadro del libro se puede observar que las que registran mayores ingresos, y por tanto, mayor potencial económico para obtener ganancias son, en este orden: Universidad Andrés Bello, Universidad San Sebastián, De Las Américas, Santo Tomás, Tecnológica Inacap, Autónoma, Del Desarrollo y Universidad Mayor, ésta última sin embargo no está siendo investigada”, señala, haciendo referencia a la indagatoria que lleva adelante el Fiscal Carlos Gajardo.
Según la investigadora, hay algunos que en el baile del lucro han mantenido un bajo perfil, a pesar de las abultadas cifras que los acompañan. Es el caso del Inacap, que recientemente formó su propia universidad, la Tecnológica: “El caso de la Universidad Tecnológica – Inacap es tremendo, y en general la mencionan poco y no hay olvidarse de quien es. Esto partió en Inacap, que fue una de las privatizaciones, entre comillas, del gobierno de Pinochet. Se realizó el último año de su gobierno, en que Guillermo Letelier Skinner le regaló al empresariado de la Confederación de la Producción y el Comercio todo el Inacap con sus sedes regionales. Éste se había creado en el gobierno de Frei Montalva con aportes de la Comunidad Europea para capacitar a los trabajadores chilenos. Se le cambió absolutamente el sentido y fue regalado, porque el Estado de Chile no recibió un solo peso por él”.
El Instituto controlado por la CPC ha crecido exponencialmente y sus alumnos ya superan los 30 mil, Monckeberg revela los nombres que jugaron un rol en su privatización, la que considera un regalo de la dictadura a los empresarios: “Se fueron generando grupos de control, el que estuvo muy metido aquí fue Juan Antonio Guzmán Molinari, que fue ministro de Educación en los tiempos cuando Federici estaba en la Universidad de Chile. Él esta casado con Paulina Dittborn, otro nombre que suena mucho en este ambiente, ella es hermana del actual subsecretario de Hacienda, Julio Dittborn. Antonio Guzmán preside además la junta directiva de la Universidad Andrés Bello y también la Clínica Indisa, que hace de campos clínicos para la Andrés Bello en algunos lugares”.
La premio nacional hace una pausa, bebe un sorbo de café y continúa. “Ellos tenían el regalo del Inacap y un día se les ocurrió comprar una universidad chica, Vicente Pérez Rosales, para tener la autonomía adquirida para hacer universidad, saltándose el proceso de licenciamiento que es bastante largo. Ellos hacen unos movimientos extraños con los estudiantes, que estudian ésto y después pasan para allá, en fin. Con todo, lograron subir de 1.500 matriculados el 2005 a 30.602 el 2012″.
La Universidad Mayor, incluida en su ranking, es utilizada para introducir el mundo de las influencias. El que, según cuenta Monckeberg, sostiene el negocio: “La Mayor ha sido siempre de dos personas que fueron altos funcionarios del Ministerio de Educación en el gobierno de Pinochet: Erick Villaseñor y Rubén Covarrubias, que es uno de los que más influye, junto a su vice rector académico, don René Salame, que fue el último ministro de Educación de Pinochet. Ellos están siempre diciendo que todas las universidades son iguales y que el Estado tiene que darle apoyo a todas. Esa es la voz cantante de las privadas, es lo mismo que dice Federico Valdés LaFontaine de la Del Desarrollo, la gente de la San Sebastián, es decir, empujar a que el Estado les dé más plata. Y durante el actual gobierno de Piñera les ha resultado bastante”, comenta.
“Después del 2011 me da la impresión que algunas han tratado de maquillar estas situaciones. Seguramente tienen muy buenos abogados que los asesoran. En el caso del grupo Laureate detecté que los abogados que los asesoran vienen del estudio de Fernando Barros, el mismo que defendió a Beyer en la acusación constitucional, y el mismo que defendió a Pinochet cuando estaba en Londres”, señala en referencia a las redes de contactos que mantienen los dueños de las universidades privadas.
Todo el poder de la UDI
Las universidades privadas se masificaron en Chile a partir de 1981. Sus dueños, en muchos casos, coinciden con quienes fueron los ideólogos del sistema. Sus amigos y parientes están también en el Congreso, y legislan a favor de esa creación. Hay una coherencia en todo esto, y nada es casual. La periodista está convencida, y a pesar de las miles de horas dedicadas a investigar este tema, a ella le gustaría que otros se sumaran a despejar las nebulosas que aún rodean a varias casas de estudios.
Para María Olivia, lo que ocurrió en la Cámara Baja durante la primera Comisión Investigadora del Lucro fue un salir del closet para los defensores del negocio. “Es muy significativo lo que pasó. Salieron los diputados (Alberto) Cardemil y (Felipe) Ward a desacreditarme porque yo trabajo en la Universidad de Chile. Ellos nunca hablaron de argumentos, solo descalificaciones, no les importaron los hechos. Su lógica era “si lo dice José Joaquín Brunner, está bien, si lo dice cualquier otro, entonces no”.
Hay vínculos, amistades, coincidencias ideológicas. Pro libre mercado y neoliberales. Los mismos que son dueños de varias universidades y que se sientan en esos directorios, llegan después a votar al Congreso. Ellos, o sus amigos. La periodista no para de tirar nombres a la mesa, datos, preguntas y respuestas. Dice que en la derecha se concentran los que defienden el modelo. Pero el acento lo pone en la UDI.
“La UDI tiene tejida una red cual laboriosa abeja, es muy fuerte. Desde la dictadura, y al amparo de la dictadura, pudieron cambiar dramáticamente el modelo de universidad, y en general el modelo social y político, pero especialmente en educación. Fueron reformas muy brutales y muy grandes. Diseñadas por el equipo de Miguel Kast, gente que participó y que uno los ve hoy en las universidades privadas. Cuando hablamos de la UDI, piensa en la Universidad del Desarrollo, que tiene una característica muy especial, porque es una universidad que le ha significado ganancias económicas a sus verdaderos dueños, y también, foco de influencia ideológico-política. Las inmobiliarias, como Ainavillo, y la misma universidad, son todas de la UDI”. Salen a la palestra los nombres de Joaquín Lavín, Cristian Larroulet, Andrés Chadwick, Ernesto Silva… todos cuadros de la derecha política, que a la vez jugaron, o juegan, un rol en las universidades privadas. Ministros, ex ministros, diputados y senadores. El poder.
Monckeberg no se cansa: “Hay influencias de la UDI también en la San Sebastián y la Santo Tomás… sus dueños son UDI o pro UDI. O, vínculos con RN. Como el caso de la Santo Tomás. Juan Hurtado, que la compró, y es el socio principal junto a Linzor Capital, representa a su familia, los Hurtado Vicuña. Una de sus hermanas, Victoria, es casada con Carlos Larraín Peña, el presidente de Renovación Nacional. Hay otras personas que han sido rectores o asesores de ahí, como Anibal Vial Echeverría, que es UDI y también es Opus Dei”.
Hay otra más. María Olivia detiene su lupa en la Andrés Bello, cuyos dueños iniciales también fijan domicilio en el gremialismo. Aparecen Marcelo Ruiz, Pablo Longueira, Andrés Chadwick, Ignacio Fernández Doren, Luis Cordero y Andrés Serrano. Todos vinculados en algún momento a la casa de estudios cuya cartera de estudiantes fue vendida el 2006 al consorcio internacional Laureate, dueño también de la U. de Las Américas, U. Viña del Mar e Instituto AIEP.
Hay una trenza detectada por Monckeberg, entre la Andrés Bello, la San Sebastián y la Clínica Indisa. Un origen común, nombres que se repiten. Directorios y domicilios compartidos. Luego que el 2006 la UAB se vendiera a Laureate, sus controladores pasaron a ocupar cargos de relevancia en la San Sebastián, mientras mantenían en sus manos la Clínica: “La propiedad de la San Sebastián es complicada, porque hay muchas sociedades, muchas sociedades de papel. En el directorio de la San Sebastián está Andrés Navarro, lo preside Alejandro Rodríguez. Pro rector hoy, Luis Cordero Barrera. Se repiten los nombres, hay algo muy raro, como una cadena alrededor de la Andrés Bello y de la San Sebastián, una cadena vinculada a la UDI. Hay mucha gente, y por tanto, mucho guardián del lucro”.
Los vínculos de la UDI en el negocio no terminan ahí, según relata María Olivia Monckeberg. Otro foco de influencia y control es el grupo CEPECh: “En la historia como se concibió ese preuniversitario, de nuevo aparece Longueira. Los dueños del CEPECh, son también dueños del Instituto Profesional de Chile, que ha crecido harto, y también compraron mayoritariamente la UCINF. La historia de esta gente es muy especial, porque partieron en las cercanías de la Universidad de Chile. En los 80 había un preuniversitario que lo estaba desarrollando la que era la Federación de Centros de Estudiantes, que eran los dirigentes designados. Cuando ellos entregaron el mando, se llevaron este preuniversitario a una casa en calle Carmen, que hasta ahora es la sede central del CEPECh, y generaron una fundación, que la llamaron Fundación Estudiantes de Chile. La figura central de esa Fundación fue Pablo Longueira”.
Es tanta la información y tantos los cruces de datos que hay preguntas que quedan en el aire, por ejemplo, ¿efectivamente las platas que salen del negocio universitario van a los bolsillos de particulares, o se usan para financiar otros grupos?. La inquietud la plantea la investigadora: “Este tema, en especial para la UDI, viene hace bastantes años, y la figura de Longueira cruza bastante todo, toda esta red, con el foco en la Universidad del Desarrollo, con este foco más chico en el grupo CEPECh. Ahí uno dice, para ellos este tema es importante, es estratégico, es ideológico, para perpetuar su modelo y para que no se pueda cambiar. Pero también es importante para obtener beneficios económicos… ¿para quiénes? ¿para ellos? ¿para financiar la propia UDI?. Yo me recuerdo que hace poco tiempo Manuel José Ossandón acusó a Golborne de recibir dineros de la San Sebastián. Ese es un tema a indagar”.
Para la investigadora el lucrar con la educación estaría casi en el ADN de la UDI, sería parte de su ethos político, como una prueba de ello se refiere a quienes están vinculados con casas de estudio: “Joaquín Lavín, fundador de la Universidad del Desarrollo, es un cuadro importantísimo. Larroulet, también fundador y decano de la Facultad de Economía por 20 años, y mientras tanto era director ejecutivo del Instituto Libertad y Desarrollo. Lo mismo personas como Longueira, como Chadwick, que estuvo en COPRA, sociedad que estuvo tras la Andrés Bello. Estamos hablando de una cuestión casi corporativa. Para no dejarlos afuera, el grupo Penta, que participa de la Universidad del Desarrollo, Carlos Alberto Delano, Carlos Eugenio Lavín, poderoso grupo y que son UDI”.
Lunares negros
Para Monckeberg una de las motivaciones para reincidir en la investigación en el negocio de las universidades fue lo ocurrido con la Universidad Central, cuyo intento de compra por un grupo cercano a la DC fue frenado por el movimiento estudiantil. Ella dice que dentro de la Nueva Mayoría los que lucran con la educación son los menos, y que representan verdaderos lunares negros. En el caso de la Central menciona a Vicente Caruz y a Ernesto Livacic Rojas, quienes estuvieron tras el intento de compra. Sobre el escándalo de la UNIACC, donde se investiga una estafa a beneficiados con las Becas Valech, apunta al recién electo diputado PPD, Daniel Farcas. Y también aparece como uno de los lunares, Ángel Maulen, formalizado por estafa y lavado de dinero.
Aquí la periodista hace una pausa: “Vamos viendo que pasa con Angel Maulén, es un ingeniero que ha sido demócrata cristiano toda su vida. Que fue estudiante de la Universidad de Chile, y que después fundó el Preuniversitario Pedro de Valdivia. Fue también dirigente del Colegio de Ingenieros y dirigente de la Asamblea de la Civilidad. Después él tiene una vida de empresario, y ahí se queda con el negocio de los preuniversitario, además de los colegios, los hoteles, etc. En un minuto se incluye en la Universidad Miguel de Cervantes, que encabeza Gutenberg Martínez. Después llega la Pedro de Valdivia. Por lo que yo he sabido fue un negocio personal de Maulen con su socio Rodríguez Villa. No es una cuestión que uno pudiera decir que es de la DC”.
A juicio de la premio nacional “le hace mal” a los partidos de la Concertación que algunos de sus militantes estén involucrados en estos casos, más aún cuando, segpun su lectura, la elección del 17 de noviembre la ganaron debido a sus propuestas de cambio educacional: “La elección parlamentaria es muy interesante. Nos está mostrando un apoyo, el mismo que las encuestas daban a las demandas estudiantiles, al programa de Michelle Bachelet y, sobretodo, un apoyo a los cambios necesarios en educación. Además, tienes lo que se ha llamado la “bancada estudiantil”, con Giorgio Jackson, Camila Vallejo, Karol Cariola, Gabriel Boric… y tienes también todo lo que pasó con Alejandra Sepúlveda, que presidió la primera comisión investigadora, que arrasó yendo por fuera de los pactos. Yasna Provoste salió en el norte a pesar de haber sido la ministra de las manos, fue de las que se opuso al lucro en el congreso ideológico de la DC. Y ganaron otros que se han destacado por sus posiciones pro cambios profundos en educación, como Carlos Montes y Alfonso De Urresti”.
Están disminuidas las fuerzas del lucro
En la lectura política del momento, Monckeberg plantea que han sufrido una derrota momentánea quienes defienden el actual modelo educativo: “Creo que están disminuidas las fuerzas del lucro. Hay una derrota de la UDI evidente”. Pero advierte que los estudiantes han sido los que han modificado la agenda, por lo que llama a estar atentos a lo que pase con ellos: “Ojo con los estudiantes, porque ellos han dado las señales de alerta. Porque finalmente han sido los que han tenido razón. No ha terminado el tiempo de ellos, la experiencia indica que hay que tomárselos en serio”.
Monckeberg basa su argumento en lo ocurrido con las movilizaciones de este siglo, cuando los estudiantes se opusieron al sistema de enseñanza heredado de la dictadura, pero también al Crédito con Aval del Estado que fue creado en el gobierno de Lagos. “La conexión de los estudiantes y la ciudadanía ha sido muy estrecha porque ellos han tenido mejores sensores”.