Tribunal brasileño suspende de nuevo obras de hidroeléctrica en la Amazonía
La orden fue adoptada por un tribunal con jurisdicción sobre gran parte de la Amazonía brasileña. Las obras tendrán que permanecer paralizadas hasta que los responsables por la construcción atiendan las exigencias técnicas hechas por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente como condición para la concesión de la licencia.
Un tribunal brasileño ordenó nuevamente la suspensión de las obras de la central hidroeléctrica de Belo Monte, una presa que el Gobierno construye en medio de la Amazonía y que ha generado una gran polémica por la cantidad de selva que inundará y de indios y pescadores que desplazará.
La orden de suspensión de las obras, la segunda en los últimos dos meses, fue determinada este martes por el Tribunal Regional Federal de la Primera Región, con jurisdicción sobre gran parte de la Amazonía brasileña, informaron fuentes oficiales.
Los magistrados atendieron una petición de fiscales del Ministerio Público en el estado amazónico de Pará, quienes denunciaron incumplimientos de exigencias en la licencia ambiental provisional que la empresa constructora recibió para instalar sus frentes de trabajo.
De acuerdo con los fiscales, las obras tendrán que permanecer paralizadas hasta que los responsables por la construcción atiendan las exigencias técnicas hechas por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) como condición para la concesión de la licencia.
El tribunal determinó una multa diaria de 500.000 reales (unos 217.390 dólares) en caso de que la empresa constructora ignore la orden judicial y prohíbe al estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) liberar nuevos recursos para la obra hasta que la situación sea resuelta.
El mismo tribunal ya había ordenado en octubre pasado la suspensión de las obras igualmente por supuestas irregularidades en la licencia ambiental, pero luego la presidencia del organismo acató un recurso presentado por el Gobierno y permitió la retomada de la construcción.
Las obras iniciadas en marzo de 2011 también habían sido suspendidas en marzo de 2012, aunque el Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) autorizó su reanudación meses después.
Hasta el pasado octubre la fiscalía había presentado veinte demandas pidiendo la paralización de las obras por considerar que los constructores incurrieron en diversas irregularidades.
Las obras también han sido paralizadas por diferentes huelgas de los cerca de 27.000 obreros responsables por la construcción.
Belo Monte apunta a ser la tercera mayor represa del mundo y su construcción genera la oposición de indios, campesinos y ecologistas, que han obligado a parar las obras en numerosas ocasiones.
La hidroeléctrica, ubicada en el río Xingú, afluente del Amazonas, tendrá una capacidad de generación máxima de 11.233 megavatios; inundará 506 kilómetros cuadrados de selva y obligará a desplazarse a entre 16.000 y 25.000 personas.
El proyecto exigirá inversiones de alrededor de 10.600 millones de dólares y hará de la represa la tercera mayor del mundo, por detrás de la china de Tres Gargantas y la brasileño-paraguaya de Itaipú, según cálculos del Gobierno.
