Escándalo sexual remece a Obispado de Chillán: 8 sacerdotes se declaran gays
La investigación por el crimen pasional del sacerdote Cristián Fernández Fleta, asesinado de 16 puñaladas en marzo de 2009, permitió establecer que él junto a otros curas organizaban fiestas donde mantenían relaciones sexuales con jóvenes de la ciudad.
Un escándalo de proporciones se desató en el Obispado de Chillán tras la investigación policial realizada luego del crimen pasional del sacerdote Cristián Fernández Fleta, asesinado de 16 puñaladas el 6 de marzo de 2009.
La indagatoria destapó varios casos de homosexualidad al interior del obispado en la provincia de Ñuble, quienes al romper su voto de celibato arriesgan que la alta jerarquía eclesiástica decrete el cese de su ejercicio sacerdotal.
Por el homicidio de Fernández fue enviado a prisión preventiva, en marzo pasado, Elías Cartes Parra, acusado de ser el presunto autor del crimen. Sin embargo, Cartes será ahora absuelto y dejado en libertad, tras alegar inocencia y dar a conocer los antecedentes que iniciaron la actual linea investigativa.
Según su testimonio, debido a las evidentes manifestaciones homosexuales por parte de Fernández y su cercanía con jóvenes delincuentes, él abandonó la casa que junto a su polola le arrendaban al sacerdote. De ahí la gota de sangre que se encontró en el baño y que fue la principal prueba para inculparlo inicialmente.
La información de Cartes fue conectando con otros testimonios hasta determinar que Fernández, junto a otros curas, organizaban fiestas con jóvenes en la periferia de la ciudad, con quienes mantenían relaciones sexuales. La historia tiene en ascuas al Obispado, porque varios de sus sacerdotes habrían sido identificados como clientes frecuentes de locales para gays.
El Obispado de Chillán solicitó los antecedentes al tribunal y, de acuerdo al diario La Discusión, de los 16 sacerdotes investigados, ocho habrían asumido su condición homosexual.
En caso de que se determine que los párrocos faltaron al celibato, podrían ser sancionados con la suspensión permanente, aseguró Carlos Pelegrin, obispo de la Diócesis de Chillán a BíoBío.
