Coalición Ciudadana Aysén Reserva de Vida, destaca movilizaciones ciudadanas que frenaron proyectos
El coordinador de la organización y director regional de Codeff Aysén, Peter Hartmann, dijo que 2013 fue un etapa con “una institucionalidad cada vez más en crisis”. Y dijo que "seguimos cumpliendo bien el rol de exportador de ‘recursos naturales’ a bajo precio, bajo valor agregado y alto costo ambiental y social".
Como un período “con una ciudadanía cada vez mas movilizada, crítica y observante” calificó el año 2013 el coordinador de la Coalición Ciudadana Aysén Reserva de Vida y director regional de Codeff Aysén, Peter Hartmann, para quien también fue un etapa con “una institucionalidad cada vez más en crisis”.
Para el dirigente, referente de causas socioambientales en Aysén y el país desde los 80, “seguimos cumpliendo bien el rol de exportador de ‘recursos naturales’ a bajo precio, bajo valor agregado y alto costo ambiental y social, para lo cual evidentemente existe una institucionalidad ad hoc”. Sin embargo, esta misma institucionalidad está “cada vez mas en crisis, con una ciudadanía cada vez mas movilizada, crítica y observante, con cada vez más proyectos judicializados y paralizados, o al menos en estado de coma”. Entre ellos incluyó los resueltos en tribunales como la Central Castilla y Punta Alcalde, y los que el gobierno y sus propios socios han decidido postergar –por lo menos por ahora- como HidroAysén.
En opinión de Hartmann, las controversias del último tiempo en este ámbito son muestra “del síntoma del final de una época en que los mega proyectos, en complicidad con el gobierno de turno (y el poder político), hacían de las suyas sin mayor contrapeso”. Claros ejemplos de esa perjudicial práctica para el interés público son “la debacle pesquera y salmonera, las represas del Alto Bío Bío, comuna hoy con la mayor pobreza, tasa de suicidios y tarifa eléctrica de Chile”. O la propia minería, “principal responsable de los conflictos por el agua en buena parte del país y de la expansión en la demanda de energía, que causa otra buena parte de los conflictos. Incluso ejecutivos de esas empresas pasan avisos de que si no les entregamos energía a precio razonable ‘dejamos de ser competitivos como país’”.
El dirigente apuntó a que “esta forma de proceder (como nación) es absolutamente irresponsable e insustentable, para no decir que antipatriota. Al menos en Aysén se ha hecho sin siquiera contar con un mínimo de conocimiento sobre el ambiente que se estaba ‘interviniendo’ para estrujarle dinero, del que evidentemente sólo queda una mínima parte en la región, lo que no compensa para nada la cantidad de problemas sociales, culturales y en la naturaleza que provocan”.
Ejemplo de ello es HidroAysén, que pretende impactar irreversiblemente la Patagonia, “incluso instalando una represa en una Reserva de la Biósfera y reservorio de huemules, especie en peligro de extinción, para llevar la energía, tajeando medio Chile, hacia el Norte Chico para la expansión de las transnacionales robadoras de minerales”. O Energía Austral, que intenta “construir un embalse de 13 mil hectáreas sobre una falla geológica activa (río Cuervo, vinculada a la Liquiñe-Ofqui) y en un área rodeada de volcanes, con el consiguiente riesgo para la población que vive aguas abajo y la pérdida de ecosistemas únicos no intervenidos”.
Se mostró confiado en que “esa época -o era- parece estar pasando a ser parte del pasado, porque Chile ya no es el de antes”. Algunas pequeñas muestras, además del fortalecimiento ciudadano, serían el Programa de Protección al Huemul financiado por el Gobierno Regional de Aysén, la creación del Parque Marino Tic Toc y Área Marina de Conservación y Protección de Pitipalena, y la creación del Parque Nacional Yendegaia. “Todo esto lo recibimos como buenas noticias de final de año, y esperamos que sean un síntoma de una nueva época y era de mayor consideración, respeto y cultura ambiental, y en especial en reconocer las cualidades excepcionales de naturalidad y biodiversidad de la Patagonia” concluyó.