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29 de Enero de 2014

Jaime Weidenslaufer, el temido subteniente de Isla Dawson que hoy es director regional de Sernapesca

En el 2012 fue nombrado director regional de la institución por Arica y Parinacota. Aquí el testimonio de los prisioneros de Dawson que recuerdan su dura bienvenida a la isla.

Por Carolina Rojas
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“El subteniente Weindeslaufer nos conduce a la barraca extremando la escolta militar. Nos instruye a estar formados y mantenernos en posición de firme frente a cada litera, dos soldados se estacionan a ambos costados de la puerta y proceden a encañonarnos, mientras el subteniente se pasea arrogante por el pasillo central mirándonos uno a uno sin decir palabra, deteniéndose cuando parece reconocer a alguien hasta que comienza a enunciar el siguiente discurso: “prisioneros ustedes tendrán que olvidarse de lo que eran antes, vean los que son ahora cualquier conscripto vale cien veces más que ustedes. Chile no necesita intelectuales vagos, ociosos como ustedes. Chile necesita soldados y haremos de ustedes soldados cueste lo que cueste. Óiganlo bien ¡cueste lo que cueste!. El que no quiera entenderlo se quedará en el camino”.  Miguel Lawner lee el discurso en las páginas que hojea de su libro “Retorno a Dawson”. Han pasado cuarenta años, “si es el mismo cabrón, no hay dudas”, reflexiona moviendo la cabeza y mientras se humedese el índice para pasar a las siguientes hojas.

La fila también la integraban Julio Palestro, Antonio Jirón, médico personal de Allende, el doctor Edgardo Enríquez, rector de la Universidad de Concepción, entre otras personalidades.

Para el día del Golpe, Lawner era director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano, CORMU, designado por Allende, cargo en el que lideró la construcción de viviendas sociales. Fue detenido el mismo día del golpe. Escribir su libro fue una dura tarea, pero dice que la memoria de arquitecto fue la virtud que le permitió recomponer dibujos en el exilio en Copenhague. Otras imágenes las dibujó en la misma Isla, los planos del lugar los bosquejó por partes en papelitos que cuando lograba memorizarlos, los rompía para no arriesgar un castigo. Todas las ilustraciones forman parte de su libro “La vida a pesar de todo”.

foto weidenlaufer isla dawson

Gracias a esa misma memoria fotográfica, le quedó grabada la ferocidad de Weidenslaufer. Por eso el otrora subteniente es protagonista de uno de sus dibujos en el libro, la escena es el discurso de presentación. Lawner también lo recuerda como ese joven que los miraba directo a los ojos, el que ejercía un  constante hostigamiento y el responsable instaurar “la mano dura” en Isla Dawson. “Vi las fotos que aparecen en Sernapesca y su currículum, es él. En ese tiempo era un chico de poco menos de 30 años cuando llegó, de una insolencia sin nombre, una persona de ese equipo nos confesó un día que a ellos los habían seleccionado uno por uno, con el fin de castigarnos hasta quebrarnos. Por eso, no había instante en el día que no fuéramos objeto de alguna vejación”, recuerda Lawner.

El 21 de enero, el diputado Hugo Gutiérrez presentó un oficio en la Cámara de Diputados para denunciar este hecho y a la cantidad de personas en Sernapesca relacionadas con la Armada. Acusa una lista de más de doce altos funcionarios en la que aparece el mismo director nacional de Pesca Juan Luis Asoleaga. En Sernapesca declinaron referirse a este tema y al pasado de Jaime Weidensfauler, pero confirmaron la recepción del oficio que contestarán este viernes.

Las primeras sospechas del diputado Gutiérrez, se originaron con la designación como director regional de Sernapesaca –por Arica y Parinacota- de un oficial de la Armada que supuestamente habría contratado a otros ex integrantes de esta rama de las Fuerzas Armadas. “La sorpresa fue cuando me encontré con que a lo largo de todo Chile esta institución se había hecho un apéndice de la Armada. Pero mi sorpresa fue aún mayor cuando me di cuenta que este director (Weindenlaufer) aparecía vinculado a violaciones a los derechos humanos y mencionado como un ex integrante de Patria y Libertad de Valparaíso”, explica Gutiérrez. En el currículum de Weidenslaufer aparece cómo hizo carrera en la Armada y detalla  que el 9 de febrero del 2012 fue nombrado director regional de Pesca de Arica y Parinacota.

Otros antecedentes de Weindeslaufer aparecen en la demanda “Juicio de hacienda de ex prisioneros políticos de Isla Dawson y Magallanes contra el Estado de Chile” que fue presentada en enero de 2008  por Elie Valencia, Miguel Loguercio, Baldovino Gómez y Héctor Avilés en representación de 31 ex presos políticos y  patrocinada por el abogado Víctor Rosas. En algunos de sus párrafos,  se cita la función del ex subteniente Weindeslaufer y el terror que imponía en el campo de concentración. Allí, todos le temían porque se sabía que venía del centro Cochrane, donde se aplicaban torturas.

Según lo relatado en la demanda, Weidenslaufer llegó el 20 de marzo de 1974 al campo de concentración junto con Mario Tapia, otro subteniente. Los infantes de marina estaban a cargo del teniente Eduardo Carrasco y tenían una muy mala reputación por su supuesta experiencia en otros campos de detención. Esta guardia de jóvenes  infantes de marina fue designada “guardia de castigo” para los prisioneros de Río Chico. Allí se vuelve hacer hincapié en la dureza de Weindeslaufer, quien implantó un alto grado de represión y la vuelta a trabajos forzados que debieron realizarse con más intensidad.

El 15 de enero del año pasado la demanda tuvo una resolución positiva y  se dictaminó un pago a las víctimas como indemnización por lo sufrido en la isla.

Miguel Lawner

Miguel Lawner

Las víctimas de Punta Arenas

Baldovino Gómez Alba, ex prisionero de Isla Dawson, recuerda que Weidenslaufer formaba parte de uno de los equipos del duro “capitán Parra”. El subteniente era conocido y mucho más después del intimidante discurso de bienvenida. “Siempre recordamos su arenga tan llena de odio ‘Chile no necesita intelectuales ni vagos como ustedes…'”, dice recitando las palabras de memoria en un acto reflejo. Y agrega: “Ese contingente tuvo un trabajo sumamente cruel en la isla de castigos, de trabajo forzado, se endureció todo aún más, estábamos mal alimentados y soportábamos temperaturas muy bajas. Todos estos antecedentes están dentro de la demanda que presentamos durante el 2008”.

A su juicio es inaceptable que personas que participaron en crímenes de lesa humanidad se encuentren trabajando en un organismo del Estado. “Esta impunidad tiene que ver el centralismo de Chile que toca hasta en esta materia, pero estos son delitos  que no prescriben, tenemos muchos testimonios de quienes estuvieron en el regimiento. Incluso nos llegó la información de que Weidenslaufer habría pertenecido a Patria y Libertad”, asegura.

El testimonio de Manuel Parada, también ex prisionero político, quien vive en Punta Arenas, coincide con los recuerdos que todos tienen de Weidesnlaufer. Dice que que el joven de “rasgos alemanes” siempre andaba junto a un subteniente de apellido Tapia y que estaban encargados de vigilarlos mientras trabajaban a tres kilómetros de la barraca. “Era un tipo prepotente, no dejaba hablar, no dejaba hacer nada, íbamos con guardias, pero se las daba de hombre malo y mientras nosotros hacíamos trabajos forzados, él se dedicaba a dispararle a los patos, quería dar la impresión que era un alemán fuerte, un nazi. Es terrible, que personas que fueron violadores de derechos humanos, estén en una institución del Estado ¿no? Aún nos queda un largo camino, parece”, dice con la voz cansada al otro lado de la línea.

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