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13 de Febrero de 2014

[Fotos] La solitaria realidad de los colegios cerrados en Cerro Navia

Más de un mes llevan en toma y no tienen soluciones. Han interpuesto recursos de protección, recibido apoyo de políticos, pero nada. En pleno febrero, padres de Cerro Navia luchan para mantener en pie las escuelas de sus hijos. Pero lo peor es que están cada vez más abandonados.

Por Francisco Parra
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Las noches de verano en Cerro Navia no son para dormir. A las 3 de la mañana continúan despiertos, rondando por el colegio, asegurándose de que todo este bien. La amenaza de desalojo tiene a los apoderados que sostienen la toma de la Escuela 377 Ciudad Santo Domingo de Guzmán atentos a cualquier ruido extraño que pueda significar la llegada de Fuerzas Especiales. Los últimos días han estado movidos. El 6 de febrero tres personas lanzaron piedras y botellas al colegio, rompiendo un vidrio. Por las noches se pasean los ya clásicos guanacos zorrillos de FF.EE., presentes en cada una de las luchas educacionales desde el 2011. Los pocos padres hacen guardia, mientras que a los jóvenes de la Aces les toca dormir, pero no pueden. Son las 4 am y nadie duerme en la toma.

El 30 de diciembre, el alcalde RN Luis Plaza llegó a las dependencias del Ministerio de Educación para hacer una entrega simbólica de las 4 llaves de los colegios de Cerro Navia que serían cerrados por orden de la Seremi: El 377, 380, 386 y el 407, todos de básica. En total, 1200 familias se quedaron sin establecimiento para sus hijos. La explicación del edil es que la situación actual es insostenible. Dice que la matrícula total de la comuna es para 23 mil alumnos, pero solo tienen 7.800 y que por problemas de financiamiento es mejor cerrar las escuelas y fusionarlas con otras.  Al momento de llegar a las oficinas del Mineduc, Plaza dijo que era “para que el Estado vea qué hará con los establecimientos. Las comunas no se tienen por qué hacer cargo de la educación”.

Los argumentos generan dudas. Los números no calzan con la matrícula que, de hecho, ha aumentado en los últimos 3 años. Y la supuesta falta de financiamiento llama más la atención teniendo en cuenta que en 2012 se dio a conocer la desviación de 1700 millones de pesos que le llegaron al municipio por la Ley SEP (Subvención Escolar Preferencial) y que no se invirtieron en ningún colegio, según detalla la investigación realizada por Ciper.

Esto se suma a las denuncias hechas por El Dínamo a Luis Plaza hace unos meses. Desde entonces que el edil -que ha transformado a Cerro Navia en una de las comunas símbolo de la derecha-  culpa de los problemas a la crisis general de la educación municipal.

La situación del cierre de los establecimientos ha sido denunciada como irregular por los concejales de la comuna y la ex alcaldesa y actual diputada por la zona Cristina Girardi. Se han interpuesto tres recursos de protección hasta el momento, que fueron declarados admisibles, pero no se declaró la orden de no innovar por lo que la polémica decisión continúa en pie.

Ese día 30 de diciembre, los apoderados de los 4 colegios se enteraron del cierre. Así, por la prensa. Recién la última semana de enero empezaron a llegar las cartas de que el colegio se cerraba, pero ni siquiera a su nombre, pues estaba dirigida a los escolares. Incluso algunos acusan que no les ha llegado ningún comunicado o carta de la municipalidad que diga que el colegio donde su hijos están matriculados no abrirá en 2014. Hasta el día anterior a la visita de Plaza al Mineduc, el proceso de matrícula se realizaba normalmente, como todos los años. Los apoderados, desconcertados, sin entender mucho qué estaba pasando, decidieron optar por una medida radical para presionar al alcalde: Desde el 2 de enero, los 4 colegios se encuentran tomados.

La 377: Buena infraestructura y puntaje Simce

Frontis Escuela 377 / Foto: Hisashi Tanida

Frontis Escuela 377 / Foto: Hisashi Tanida

La Escuela Ciudad Santo Domingo de Guzmán se ubica cerca de la intersección entre Av. Las Torres y J.J. Pérez. La reja está cercada por sillas y mensajes en contra de Luis Plaza. Está en toma desde el 2 de enero, pero por dentro no lo parece. El piso está reluciente, no hay colillas de cigarro, no hay rayados en las paredes y solo hay algunas colchonetas en salas. En horas de la tarde, solo hay 5 personas adentro: 3 niños alumnos del colegio y dos jóvenes de la Aces.

La “mala infraestructura” que el alcalde dio como explicación para el cierre no es tal. El colegio tiene 3 pisos, una biblioteca y una cancha de fútbol de pasto sintético techada e iluminada. Las salas, puertas, pizarras están en mejores condiciones que muchos colegios en Chile, incluso de particulares.

Luis Plaza pretende que se transforme en una escuela solo para adultos, pues tiene capacidad para 600 y solo hay 200. Pero el establecimiento ha aumentado en 17 alumnos su matrícula desde el 2010. Según información del Mineduc, el sueldo de los apoderados oscila entre los 180 y 210 mil pesos. Más de la mitad de los niños está en situación de vulnerabilidad social. Aún así tienen el mejor resultado Simce  de 2° Básico en la comuna y se ubican por sobre el promedio nacional.

“El colegio no es de Plaza, es  de la comunidad. Ha tenido buenos resultados en la prueba Simce, tiene 300 matrículas y tiene buena infraestructura. Lo que él dice es una falacia”, afirma Ingrid González, apoderada del establecimiento.

Escuela 377 / Foto: Hisashi Tanida

Escuela 377 / Foto: Hisashi Tanida

La ocupación que empezó con 60 personas está disminuida. Ahora son entre 8 y 10 personas que se van turnando para ir en el día. Los padres que apoyaban se han ido restando por el cansancio, las vacaciones, la falta de respuestas. En la noche se quedan 4 apoderados haciendo vigilia, por si hay desalojo.

Como el colegio es solo hasta octavo básico, la Aces ha apoyado en mantener la toma, quedándose en las noches y organizando actividades. “Nosotros como Aces venimos acá porque creemos en el proyecto educativo, pero la toma es de los apoderados, de los vecinos, de los niños. Nosotros somos un factor externo”, cuenta Tomás Araya, que se ha quedado las últimas noches en el lugar.

La toma se sostiene por la solidaridad de los vecinos, que de vez en cuando van a cocinar al lugar. En medio del patio hay una piscina portable, regalada por otro vecino para que niños del sector vayan a la toma a bañarse. A veces se hacen actividades, como vender humitas, organizar partidos de fútbol o ver películas en un proyector.

Pero hay preocupación. Es la segunda semana de febrero y no se sabe qué pasara con el colegio. Las acciones judiciales han fracasado y cada vez toma más fuerza la idea de una escuela autogestionada por la propia comunidad, basados en la experiencia del Colegio República Dominicana de La Florida. La asamblea de la toma decidió, pese a todo, continuar con las matrículas que mantenían hasta el 30 de diciembre, día del cierre. También, según la Aces, habrían profesores, dispuestos a trabajar en un proyecto comunitario que tenga a los niños en clases todo el año y rindiendo exámenes libres en diciembre.

“La gente tiene situado el proyecto en sus cabezas y quiere empezar a construirlo. El control comunitario no se pide, no se demanda, se construye“, señala Tomás Araya.

La soledad del 386

Susana Núñez camina sola por el patio de la Escuela 386 Santander de España. Son las 4 de la tarde y es la única persona en la toma. Mueve las sillas, prepara las mesas. En una hora más se llevará a cabo una nueva asamblea de la coordinadora contra el cierre de colegios, que se conformó a principios de enero ante la noticia de clausura de 9 establecimientos en la Región Metropolitana y más de 20 en todo Chile.

Cuando vio por televisión a Luis Plaza en el Mineduc entregando la llave del 386, su colegio, donde ella estudió, sus hijos estudiaron, donde su nieta cursa 4° básico, lo llamó inmediatamente. El alcalde RN le dijo que no había recursos para los colegios. “¡Qué recursos! Si acá no llega nada, ni siquiera detergentes para limpiar el baño. Todo lo costeábamos como centro de padres”, señala.

Susana Nuñez: "Los niños me preguntan qué va a pasar y no sé qué responderles". Foto: Hisashi Tanida

Susana Nuñez: “Los niños me preguntan qué va a pasar y no sé qué responder”. Foto: Hisashi Tanida

Susana está cansada. Tiene la mirada vacía, la voz entrecortada. Ese mismo día en la mañana estuvo en tribunales, solo para enterarse que del recurso de protección que habían hecho – el tercero desde el cierre- fue rechazada la orden de no innovar. Es la segunda semana de febrero y no sabe qué pasará con el futuro de su nieta ni de uno sus hijos, también alumno del establecimiento. “Los chiquillos nos preguntan qué va a pasar, si nos vamos a quedar todo el año y no sé que responder”.

De los 218 apoderados del colegio, solo 5 sostienen la toma. El resto, dice, tiene miedo a las represalias que pueda tomar el alcalde contra quienes participen. Ahí han aparecido organizaciones como la Aces y La Trinchera, que han ayudado, se han quedado en las noches y han organizado actividades para los vecinos.

Susana y los otros apoderados se han encargado de hacer trámites judiciales e ir a reuniones. Lo que sea para evitar el cierre, pero no hay respuesta. Su relato es estremecedor: “Estuvimos con la Ministra, en la Seremi, hemos estado en el Congreso, con senadores, diputados, pero nadie escucha. Tu vas y es como si fueras a una sala cerrada y vacía. Hablai y hablai y nadie te escucha, nadie te da una solución. Nadie dice ‘ya podemos hacer esto o esto otro’. Es una pérdida de tiempo”, cuenta.

Resalta que al Santander de España van niños que echaron de otros colegios. Que en el sexto básico casi todos tienen problemas de sobrepeso, por lo que no se quieren separar porque ahí nadie les hace bullyng. Que las clases empiezan a las 2 de la tarde, pero hay niños que llegan las 10 para poder desayunar. Que si cierra el colegio, muchos de ellos van a quedar en la calle.

El plan de la municipalidad es trasladar a los estudiantes a la Escuela 405 Millahue, que queda a 5 cuadras del 386. Pero la zona es de riesgo. “Para llegar desde acá hay que pasar por una cancha, donde hay mucha prostitución, mucha drogadicción. ¿Qué va a pasar con los niños que sus mamá no van a buscar? Eso es lo que la gente no mira, lo que alcalde no entiende”, afirma.

Resguardo policial

Son las 5 de la tarde y dos patrullas de carabineros empiezan a circular afuera de la toma del 386. De a poco la gente va entrando, y el carro policial toca se estaciona afuera y un oficial toca el portón.

– Hemos escuchado de amenazas contra las tomas, de gente sospechosa rondando por el lugar. Si ve cualquier cosa me llama, ¿ya? Aquí tiene mi número, llámeme a cualquier hora – le dice el oficial a Susana.

Carabineros llegan a la toma / Foto: Hisashi Tanida

Carabineros llegan a la toma / Foto: Hisashi Tanida

El carabinero mira hacia adentro del recinto y pregunta: “¿Cuánta gente hay en la toma?”.

Con las patrullas rondando afuera, empieza la asamblea. La primera reunión fue a comienzos de enero en la Fech. Desde entonces, se reúnen todos los martes a las 5, para evaluar la situación de los colegios cerrados y prestar apoyo a los que están en toma. Pero el principal objetivo es coordinar la creación un proyecto comunitario de educación autogestionada, como en el liceo A-90 de San Miguel o el República Dominicana en La Florida antes de que el alcalde Carter lo cerrara. Pero la asistencia ha disminuido notablemente desde entonces. 

Ahora llegaron solo 20 personas. La mayoría son estudiantes y trabajadores del sector, militantes de organizaciones que han apoyado las tomas. Solo hay dos apoderados: Susana e Ingrid.

La ausencia de representantes de la Fech sorprende. Dicen que intentaron contactarlos y les dijeron que estaban de vacaciones. Todos se miran. No cuentan con la principal plataforma de difusión. “Ya pero no hay que echarse a morir, tenemos que tomar acciones para revertir la situación”, dice Jorge, uno de los asistentes.

La situación está cuesta arriba. No hay gente en las tomas, los padres se han desmotivado, marzo está cada vez más cerca y no hay profesores para sustentar una escuela autogestionada. Ni siquiera hay un proyecto educativo claro. “Ya la experiencia del República fue difícil. Con una fue complejo hacerlo, con 4 lo es mucho más”, se escucha. Susana mira fijo a cada uno de los jóvenes que hablan. La mayoría son estudiantes, algunos secundarios, otros universitarios.

Francisca, estudiante del Pedagógico, alza la voz para recordar la difícil situación que viven: “Estos no van a ser los últimos colegios en cerrarse. Hay que prepararse, estar dispuestos y dar una solución. No nos van dar respuestas si ven que las tomas se caen por su propio peso. No les interesa, van a seguir cerrando colegios, van a seguir con la matanza de la educación pública. Deberíamos tratar de exigir que las dirigencias se pongan con esto, ellos tienen una plataforma mediática de la cual tienen que hacerse cargo. Me da lata que se hayan ido de vacaciones, porque las autoridades saben que todos se van de vacaciones en febrero y aprovechan para cerrar los colegios, para que no haya apoyo, para que no haya difusión y no haya plataforma mediática. Deberíamos poner todo lo que podamos, porque si no vamos a salir desmoralizados de aquí, con una derrota total”.

Pese a las palabras de ánimo, la cabeza gacha se mantiene en la mayoría. Sin apoyo de los padres, son casi pura gente externa tratando de levantar el proyecto de autogestión. Ingrid cuenta como los apoderados le han dicho que les gusta la idea de un proyecto educativo, que lleguen profesores a hacer las clases y los niños rindan exámenes libres después. Pero hay que crear ese proyecto. “Hay que darle, no podemos ser tan negativos. Yo ahora podría tener a mi hijo en otro colegio, pero lo mantengo en el 377 porque creo en el proyecto. Si no ofrecemos algo concreto a los otros apoderados, se van a ir”, señala.

La asamblea definió 4 dificultades: Participación de apoderados, necesidad de un proyecto educativo, necesidad de profesores y autogestión económica. Se definen equipos de trabajo para abordar cada una. Susana se mantiene en silencio, con la mirada fija, algo caída.

En la reunión también afloraron diferencias con las otras escuelas en toma en Cerro Navia, la 407 y la 380. Ahí tiene presencia

Ingrid Gónzalez:

Ingrid Gónzalez: “Lo que piensa la NM de la educación pública se ve con el nuevo ministro”. / Foto: Hisashi Tanida

la Agrupación de Padres y Apoderados (Corpade) . “La Corpade espera respuesta al recurso de protección, pero la institucionalidad no va a responder. A la Nueva Mayoría no le interesa el colegio, para ellos es un gasto. Lo que es para ellos la educación pública se ve con el nuevo ministro Eyzaguirre. Por algo lo puso y también a la subsecretaria que gracias a que se manifestaron los de las Aces y la Confech tuvo que renunciar. Si analizamos esto, sin ser grandes académicos, ellos no responden a las necesidades que tenemos los apoderados”, dice Ingrid González.

Por mientras, siguen ahí, resistiendo, en la lucha. Todos los miércoles organizan una marcha por Cerro Navia. Los viernes hay cacerolazos. Pero están solos. Nadie los escucha. Ni Luis Plaza ni los parlamentarios. Y siguen en los colegios, en la toma. Cuando llegue marzo, “probablemente aquí voy a seguir”, dice Susana.

Esos apoderados se mantienen aferrados a lo poco que queda de educación pública.

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