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28 de Febrero de 2014

"El Papudo", conocido desertor del Comando Conjunto, declarará el lunes ante el juez Carroza

El dos de febrero llegó desde Francia para declarar en varias causas de Derechos Humanos y el lunes a las nueve entregará su testimonio ante el magistrado, principalmente por el caso Fuenteovejuna donde varios miristas fueron asesinados en septiembre de 1983.

Por Carolina Rojas
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Según fuentes cercanas a la investigación del magistrado Mario Carroza, Andrés Valenzuela Morales deberá ser interrogado en calidad de testigo el lunes a primera hora por el ministro por varias causas de Derechos Humanos, pero principalmente por el caso de “Fuenteovejuna”. Esta operación se llevó a cabo en las calles Fuenteovejuna y Janequeo de la comuna de Las Condes, el 7 de Septiembre del 1983, como represalia por la muerte del intendente metropolitano mayor (r) Carol Urzúa.

En el lugar, fueron asesinados los miristas Lucía Orfilia Vergara Valenzuela, Arturo Jorge Villavela Araujo, Sergio Peña Díaz, Alejandro Salgado Troquian y Hugo Norberto Ratier Noguera. En ese contexto, Valenzuela Morales, conocido como “El Papudo” ampliará la declaración que ya entregó a la Brigada de Derechos Humanos de la PDI.

“Efectivamente se en cuentra en Chile desde febrero requerido por varios ministros que llevan causas de Derechos Humanos y la cantidad de información que tiene al respecto”, confirmó a El Dínamo un funcionario de la Brigada de DD.HH de la Policía de Investigaciones. También agregó que Valenzuela Morales se estaría alojando en la casa de unos familiares en Santiago y habría declarado este lunes ante el juez Miguel Vásquez.

Su caso es conocido y también su frase: “Sólo necesito hablar… Quiero hablarle sobre cosas que yo hice, desaparecimiento de personas”, como el mensaje y revelación con el que Valenzuela llegó hasta la revista “Cauce” (en septiembre de 1984) para contarle esta historia a la periodista Mónica Gónzález (actual directora de Ciper). Valenzuela en ese entonces era Suboficial de la Fuerza Aérea y tenía tan sólo 28 años.

La confesión histórica la dio como desertor del denominado “Comando Conjunto”, aparato represor que llegó a rivalizar con la DINA, encargado principalmente de la persecución y exterminio del Partido Comunista  y que luego de su disolución siguió operando dentro de la FACH hasta la década de los ‘80.

Como en el tiempo de sus declaraciones, “El Papudo” se desempeñaba como miembro activo de Fach, tiene una orden de requerimiento por deserción en la Fiscalía de la Institución. Después de este testimonio y por el riesgo de ser asesinado,  debío salir del país, ayudado por funcionarios de la Vicaría.

A través de esa histórica entrevista, por primera vez se pudo obtener datos acabados sobre las desapariciones, torturas y métodos de exterminio de militantes de partidos de izquierda. A través del confesión de Valenzuela además se conocieron nombres de agentes, centros de detención y tortura y el destino final de los cuerpos de los desaparecidos que fueron lanzados al mar en helicópteros y enterrados en fosas comunes

Las declaraciones de un agente en plena Dictadura

El 4 de noviembre de 1984, se decretó Estado de Sitio. Dos días después, cerraron las revistas opositoras, entre ellas Cauce. Fue una medida desesperada para censurar la publicación de la entrevista que Mónica González a Andrés Valenzuela. Un mes después, el texto fue publicado en El Diario de Caracas, en Venezuela. Entre otras revelaciones sobre torturas con electricidad y centros de detención, Valenzuela Morales también contó detalles sobre El Fanta (Miguel Estay Reyno) y a (René) Bazoa. Ambos militantes de las Juventudes Comunistas que fueron detenidos por el Comando Conjunto, y desde fines de 1975 se convirtieron en colaboradores de ese aparato represivo.

Sobre los cuerpos lanzados al mar
“Llegó un helicóptero de la FACH a Colina y sacaron alrededor de diez o quince personas. Entre esas personas recuerdo claramente que iba un ex regidor (hoy concejal) de Renca que era cojo, tenía sus años, deben haber sido los mismos que cayeron con él en la redada. (Se trata de Humberto Fuentes Rodríguez, detenido desaparecido desde el 4 de noviembre de 1975)”
“Sí, los drogaban, les daban unas pastillas pero parece que no eran muy efectivas, porque se daban cuenta. Uno de los que participó, “Fifo”, me contó después que uno había despertado en el vuelo y le había pegado un fierrazo. Luego empezaron a lanzarlos al mar, frente a San Antonio creo”.

Sobre el destino de la Carlos Contreras Maluje y los cuerpos de otros detenidos

“En una Cuesta en el camino Melipilla. Es una bifurcación del camino principal y nosotros doblamos a la derecha. Recuerdo que hay un desvío, avanzábamos por ese camino hasta un puente, pasando el puente empezaba la Cuesta (…) Allí procedíamos a dejar los detenidos y los fusilábamos en el lugar. Allí mismo eran enterrados”.

Sobre el asesinato de los miristas en el caso Fuenteovejuna

“Al que más recuerdo es a Palma, que fue sacado de un colectivo o de un taxi. En la tarde nos dirigimos a la casa de Fuente ovejuna. Nos reunieron antes en un supermercado por ahí cerca. Éramos alrededor de 60 agentes. Llegó un jeep con una ametralladora punto 30, nos reunió uno de la CNI, tengo entendido que es oficial de Carabineros, y dijo: “Bueno, aquí ningún huevón vivo, todos muertos”.

También puedes leer en “Los casos de Los archivos del Cardenal” (UDP):

Confesiones de un agente

El hombre que olía a muerte

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