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1 de Marzo de 2014

Sebastián Piñera: “No está en mis planes volver a presentarme a la Presidencia de Chile”

A diez días de entregar el poder a la nueva mandataria Michelle Bachelet, Piñera afirmó que no piensa seguir ligado a la actividad partidista, pero sí a "la política con mayúsculas".

Por EFE
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“No está en mis planes hoy día repostular a la Presidencia” de Chile, aseguró Sebastián Piñera, el mandatario que en diez días más entregará el poder a Michelle Bachelet.

“La centro derecha tiene muchos liderazgos. Es bueno que florezcan todas las flores. Cuando llegue el momento de elegir a nuestro candidato, veremos quién es el que está mejor posicionado, pero todavía falta mucho”, reflexionó Piñera, que se marcha con un respaldo del 50%.

“Tengo un millón de planes. Hay vida después de la Presidencia”, manifestó el mandatario, que no piensa seguir ligado a la actividad partidista, pero sí a “la política con mayúsculas”.

“Como ex Presidente deseo aportar mi experiencia y mis puntos de vista a todos los gobiernos que tenga mi país”, dijo Piñera, quien desea “un buen Gobierno” a Bachelet, y “que mantenga el ritmo de crecimiento” que hizo que en cuatro años Chile pasara de 15.000 a 20.000 dólares de renta per capita.

Tras recordar que gobernó en minoría parlamentaria, el Presidente se quejó de que “en algunas materias la oposición fue muy obstruccionista”, aunque reconoció que a veces los problemas venían de sus propias filas.

Para Piñera, “la centro derecha chilena no puede tener sus ojos clavados en el pasado”, sino que debe demostrar “un compromiso inquebrantable y definitivo con la democracia, la libertad y los derechos humanos”.

El régimen de Augusto Pinochet “no respetó las libertades y cometió muchos abusos en contra de los derechos humanos, sin perjuicio de reconocer que, al mismo tiempo, hizo una obra modernizadora que fue valiosa”, añadió.

“Algunos creen que los gobiernos de derechas se ocupan sólo del crecimiento económico, el funcionamiento de los mercados y el orden y la seguridad”, dijo. “Pero mi Gobierno se preocupó también por la igualdad de oportunidades, la lucha contra la pobreza, la justicia social, la protección del medioambiente y los derechos de las mujeres y las minorías”.

Y especialmente la defensa de los derechos humanos, un tema que Piñera considera “esencial” y por el cual rechazó indultar a represores, condenó el golpe militar y cerró penales donde los represores gozaban de notorios privilegios.

Esa convicción, dijo, le llevó también a “levantar la voz cuando en otras partes del mundo, incluyendo América Latina, hay países donde los derechos humanos no son debidamente respetados”. “La democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos son valores que no reconoce fronteras”, enfatizó.

Acerca de la integración regional, Piñera dijo que “hay muchos organismos sin resultados fecundos” y resaltó que “la experiencia más exitosa es la Alianza del Pacífico”, el bloque que integran Chile, Perú, México y Colombia, y para el que espera un pleno apoyo de Bachelet.

Porque no es sólo un bloque comercial “ni una alianza ideológica contra nadie”, sino un grupo de países que también comparten principios políticos, como la economía social de mercado, el valor de la democracia y el Estado de derecho, destacó.

Respecto a la preponderancia de gobiernos de izquierda en la región, el Presidente afirmó que “los países de América Latina que están avanzando mejor son los que creen en la libertad, la iniciativa individual, la economía de mercado y el Estado de derecho”.

“Eso demuestra que hay caminos que conducen a mejor calidad de vida y felicidad de los pueblos”, a diferencia de los que han optado por “el populismo y la demagogia”, añadió.

Al hacer balance su presidencia, Piñera admitió que “nunca se puede hacer todo lo que uno quiere”, pero aseguró que logró gran parte de las metas que se propuso.

Una de las tareas que más esfuerzo requirió fue la reconstrucción tras el devastador terremoto del 27 de febrero de 2010. “Pero además logramos recuperar el liderazgo, la capacidad de crecer, crear puestos de trabajo y reducir la pobreza y las desigualdades”, algo que en su opinión se había perdido durante el gobierno de Bachelet.

“Hemos creado un millón de nuevos empleos. Comparado con el tamaño de España, es como si en cuatro años se crearan tres millones de puestos de trabajo”, citó como ejemplo.

Además de por las grandes expectativas que abrió su triunfo electoral tras veinte años de gobiernos de centro izquierda, Piñera explicó que gobernar se le hizo más difícil, porque los ciudadanos se volvieron “más exigentes e impacientes”.

Parte de esas dificultades fueron las protestas estudiantiles a partir de marzo de 2011. “En Chile hay cuatro millones de estudiantes. Los que se manifestaban eran 50.000 y pedían que toda la educación fuera pública. Yo no estoy de acuerdo con eso. Eso es un monopolio, un atentado contra la libertad”, dijo.

Las protestas ecologistas, que bloquearon megaproyectos energéticos, fueron otra preocupación para Piñera, quien reconoció que por este motivo su gobierno tuvo problemas con los jueces, a los que en ocasiones también criticó por “preocuparse más de los derechos de los delincuentes que de los de las víctimas”.

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